Los mejores resultados de tratamiento para el trastorno obsesivo compulsivo muestran la terapia cognitiva conductual. El terapeuta analiza el procedimiento concreto con el paciente al comienzo de la terapia. Un método en la terapia cognitiva conductual son los ejercicios de exposición que se consideran particularmente efectivos.
En estos ejercicios, el paciente se enfrenta al estímulo que normalmente desencadena su comportamiento compulsivo sin permitirle ceder a la presión interna. Por ejemplo, alguien que tiene obsesión por el orden de la ropa, debe desordenar su guardarropa y no debe clasificar la ropa. La exposición puede llevarse a cabo de tal manera que los desafíos se incrementan de vez en cuando o la persona afectada se enfrenta a su mayor ansiedad al comienzo de la terapia.
Si bien la urgencia de seguir el ritual habitual al principio parece abrumadora, el paciente experimenta cómo la presión disminuye lentamente, incluso sin ceder a la compulsión. A través de esta experiencia consciente, él recupera cierto control sobre su comportamiento. Sin embargo, al comienzo de la terapia de TOC, puede tomar varias horas para que aparezca este efecto.
Para superar los pensamientos obsesivos, se alienta a los pacientes a permitir pensamientos desagradables. Porque la supresión hace que ocurran con más frecuencia. Si los pacientes se involucran y tratan directamente con los pensamientos, pueden vencer sus limitaciones.
Además, el terapeuta del comportamiento explica al paciente cómo surgen las restricciones y lo ayuda a cambiar los patrones mentales desfavorables. Los métodos de apoyo incluyen la reducción del estrés, como el entrenamiento autogénico, la relajación muscular progresiva o el entrenamiento de atención plena.
Tratar el trastorno obsesivo compulsivo con medicamentos
Una gran proporción de los que padecen el trastorno compulsivo se benefician de los llamados inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), un grupo especial de antidepresivos. Por lo general, necesitan dosificarse mucho más que en el tratamiento de la depresión.
La ingestión reduce la tensión interna en la mayoría de los pacientes. Los síntomas obsesivo-compulsivos disminuyen, pero por lo general no desaparecen por completo y vuelven cada vez más después de la interrupción del medicamento. Por lo tanto, siempre se recomienda una terapia cognitivo conductual que acompañe la terapia con medicamentos.
Consejos para parientes
El trastorno obsesivo compulsivo no solo es una carga para el paciente, sino también para todos los que viven con él. Las acciones obsesivas que consumen tiempo también son a costa del compañero y la familia. A veces incluso se les exige someterse a la coacción, por ejemplo, al cumplir con reglas de higiene exageradas.
Los siguientes consejos pueden ayudar a sobrellevar la situación difícil:
- El ritual forzado puede ser controlado por el paciente voluntariamente y con gran fuerza. El llamado para recuperarse o las discusiones sobre la inutilidad de hacerlo no ayuda. Lo único realmente útil es una terapia.
- Alienta a la persona afectada a buscar ayuda terapéutica.
- No apoyes a tu pariente enfermo en su ritual. Por ejemplo, no lo ayudes a revisar todos los electrodomésticos ni a contarle cosas antes de salir de la casa para tranquilizarlo. A la larga, solo estabilizas el comportamiento obsesivo.
- Felicítalo por el progreso, pero no lo critique si los síntomas aumentan nuevamente, por ejemplo, cuando la persona está bajo presión. Tales variaciones en la severidad de los síntomas son normales.
- No permitas que la coerción por parte de él o ella te confisque. Continúa persiguiendo tus pasatiempos, haz amigos, no postergues tu vida.
- Dale a tu ser querido enfermo límites claros sobre lo que estás dispuesto a aceptar y lo que no.
- Si a veces te sientes nervioso y enojado, y eso es inevitable, deja en claro que esto está relacionado con los síntomas y no con la persona.
Progresión de la enfermedad y pronóstico
El trastorno obsesivo compulsivo generalmente se cronifica. Bajo estrés, los síntomas empeoran. Sin embargo, con el estado actual de la psicoterapia y ciertas drogas, las posibilidades de mejorar los síntomas han aumentado significativamente. Un peor pronóstico es para aquellos enfermos que además sufren de depresión.
En el pasado, el trastorno obsesivo compulsivo se consideraba apenas tratable. Mientras tanto, en la actualidad los síntomas generalmente se pueden reducir a un nivel tolerable. Cuanto antes se comience la terapia, mejor será el pronóstico.
Los estudios a largo plazo han demostrado que la condición de aproximadamente dos tercios de los pacientes tratados mejora en gran medida en comparación con antes, incluso dos a seis años después del final del tratamiento. Sin embargo, una cura completa para el trastorno obsesivo compulsivo es muy rara.
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