Lo llevas y recoges del entrenamiento, cuidas su equipo, recuerdas lavar su ropa deportiva y empacar snacks saludables en su mochila. Y así, varias veces a la semana durante mucho tiempo.
Y de repente llega el momento en que tu hijo te dice con seguridad que ya no quiere entrenar. ¿Qué debes hacer si tu hijo abandona el deporte? ¿Cómo debes lidiar con tus propios sentimientos? ¿Cómo puedes ayudarlo a tomar la decisión correcta?
Cómo actuar cuando tu hijo quiere abandonar el deporte
Y de pronto sucede, tu hijo te dice que ya no quiere seguir entrenando y la noticia te agarra totalmente desprevenido. Tu hijo, que hasta ahora ha estado muy involucrado en el deporte, de repente quiere renunciar a algo que le ha costado muchos sacrificios a toda la familia.
Después de todo, debías de llevarlo y recogerlo, debiste comprar el equipo adecuado, levantarte al amanecer los fines de semana para llegar al torneo, etc.
Y claro que es normal que todo esto te despierte diversas emociones: ira, desilusión, tristeza. Recuerda que sentir emociones no tiene nada de malo. El comportamiento que les sigue es el que puede no estar bien.
Entonces, incluso antes de hablar con tu hijo al respecto, tómate un momento para lidiar con cómo te sientes. Especialmente cuando sientes emociones fuertes en relación con la decisión del niño. Las conversaciones basándonos en emociones a menudo toman un giro no deseado y pueden terminar en una discusión.
Para empezar, piensa en:
- Por qué surgió esta emoción en ti.
- Qué significa para ti el hecho de que tu hijo deje de hacer deporte.
- Cómo esta decisión te afecta como padre.
Intenta evaluarte a ti mismo
Son los padres los que suelen mostrar a sus hijos el camino deportivo. Los llevan al primer entrenamiento y entonces comienza toda la aventura. Sin embargo, sucede que la vida deportiva del niño a veces se convierte en un tema ambicioso para los padres. Y entonces es el padre o madre quien se preocupa más por los resultados que el niño mismo.
Para el pequeño deportista, esta es una situación extremadamente difícil. Por un lado, el deporte puede no ser su pasión, pero por otro, no quiere decepcionar a sus padres. Un niño que ve lo importante que es el deporte para sus padres, cuánto invierten en él, puede entrenar durante mucho tiempo solo para que los padres estén satisfechos.
Sin embargo, esta no es la mejor manera de hacer las cosas, porque en tales situaciones, el abandono del deporte simplemente se retrasa. Esto puede ser aún más complicado si se trata de adolescentes.
Ya que los padres pueden tener cada vez menos autoridad, y puede haber más rebelión por parte del adolescente. Por lo tanto, si un niño hace deporte solo para complacer a sus padres, tarde o temprano querrá escapar de él.
Si estás lidiando con esta situación, entonces vale la pena que consideres si tu enfoque podría haber contribuido a la decisión del niño.
- ¿Te concentraste solo en los resultados o también buscaste tiempo para estar con tu hijo y hablar sobre temas no deportivos?
- ¿Lo apoyaste después de los fracasos o le diste consejos sobre lo que podría haber hecho mejor?
- ¿Trataste a tu pequeño deportista como si fuera un jugador 100% profesional enfocado en el entrenamiento o como un niño cuyo objetivo principal es divertirse?
¿Por qué el niño abandona el deporte?
Puede haber muchas razones para esto. La presión de los padres, el entrenador, el equipo, los malentendidos en el equipo, conflictos o simplemente el deseo de hacer otra cosa. Esto último es especialmente importante para los adolescentes.
Un atleta de diez años debe abandonar muchas actividades típicas de la adolescencia, por ejemplo, salir con amigos. En este caso, el riesgo de dejar el deporte es alto, especialmente si el niño tiene que hacer a un lado a sus amigos.
La adolescencia también es un momento importante para dar forma a la identidad, por eso los adolescentes prueban nuevas actividades, buscan su lugar en el mundo, y puede resultar que el deporte no haya sido el suyo.
Es muy importante entender por qué un niño deja el deporte. Háblalo con calma, y pregunta los motivos de esta decisión. ¿Es repentina o tal vez la ha estado considerando por algún tiempo? Comprueba si se trata de dejar de practicar deportes «en absoluto» o si tal vez le gustaría probar algo diferente.
¿O tal vez no se trata del deporte en sí, sino de algo que sucedió en el equipo, en relación con el entrenador? Tal vez no se trata de abandonar el deporte por completo, sino de continuar esta aventura en otro lugar, con un nivel diferente de compromiso. Es importante conocer el contexto y las razones de esta decisión.
No tomes decisiones apresuradas
Cada uno de nosotros tenemos momentos horribles en que todo lo que queremos hacer es tirarlo todo por la borda. Lo mismo sucede con los niños. Algunas veces esta decisión puede ser dictada por una frustración momentánea y emociones fuertes.
Es por eso que vale la pena darle un tiempo para que descanse y se salte varios entrenamientos, y posteriormente ver lo que sucede. Tal vez el niño echará de menos el deporte y pronto te dirá que quiere volver a entrenar.
También puedes tratar de acordar con tu hijo que deberá entrenar al menos durante un cierto período de tiempo (especialmente si ya tiene algunas obligaciones con el club). Esto te permitirá verificar qué tanto ha pensado su decisión y qué tan seguro está de tomarla.
La autonomía del joven deportista es algo importante a tomar en cuenta. Quizás él quiera involucrarse nuevamente si siente que es por su propia decisión. Sin embargo, no dudes de sacarlo si tu hijo ha sido víctima de violencia física y psicológica.
Si, a pesar de todo, el niño todavía insiste en retirarse, recuerda que obligarlo a practicar deportes a la larga no funcionará. No solo será una fuente constante de conflicto, sino que el niño también aprovechará la primera oportunidad para dejar el deporte. Y esto sin duda se reflejará en sus relaciones.
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