La bulimia, o bulimia nerviosa, se caracteriza por el consumo de porciones de comida incontrolada en grandes cantidades, que luego se excreta principalmente por vómitos autoinducidos, para evitar el aumento de peso. Además de los vómitos, los pacientes tienden a abusar de los laxantes, medicamentos, agentes deshidratantes u otras sustancias.
La enfermedad afecta principalmente a niñas y mujeres. La bulimia generalmente se desarrolla al final de la pubertad o en la adultez temprana y en muchos casos sigue a la anorexia. Las personas afectadas a menudo tienen una imagen distorsionada de su propio cuerpo.
Se perciben a sí mismos como demasiado gordos, aunque sean normales o tengan bajo peso. El vómito frecuente, o el uso indebido de laxantes o deshidratadores, se debe en la mayoría de los casos a grandes fluctuaciones de peso. Debido a los frecuentes vómitos, la hinchazón de las glándulas salivales en la mandíbula inferior o las mejillas se puede ver desde el exterior y puede provocar un cambio en la forma de la cara.
¿Cómo reconoces la bulimia nerviosa?
Una de las principales característica de la enfermedad de la bulimia nerviosa son los atracones repetidos. Se consumen enormes cantidades de alimentos altos en calorías. A esto le siguen comportamientos compensatorios, como los vómitos.
Las personas afectadas suelen tener mucho miedo de engordar. La figura y el peso tienen una fuerte influencia en la autoestima. Otra de las características es también el alto grado de ambición, inteligencia y el impulso hacia la perfección.
La bulimia nerviosa suele ir acompañada de sentimientos de vergüenza, culpa, aburrimiento, ira, frustración y vacío. Esto generalmente hace que los afectados se aíslen cada vez más para preparar su atracón en secreto. Luego se realiza el diagnóstico de la bulimia nerviosa.
¿Cuáles son sus causas?
Al igual que con todos los trastornos alimenticios, generalmente hay varias causas para el inicio de la enfermedad. Factores biológicos tales como:
- Predisposición genética.
- La deficiencia de serotonina.
- Bajos niveles de opioides pueden ser la causa de la bulimia. Debido a la falta de serotonina y opioides endógenos, que pueden reducir la sensación de dolor y apetito, puede suceder que la sensación de saciedad comience demasiado tarde o no se presente.
En los bulímicos, los siguientes rasgos de personalidad son particularmente comunes: una autoimagen negativa, una delgadez extrema como ideal, un alto rendimiento y una baja autoestima.
Además, los afectados tienen expectativas exageradas y son extremadamente autocríticos, lo que les da la sensación de que no son lo suficientemente buenos y los lleva al fracaso y la culpa.
A través de la alimentación compulsiva, los bulímicos tratan de encontrar un equilibrio para la presión permanente que se auto-imponen. Se «recompensan» a sí mismos comiendo alimentos altos en calorías, que de otro modo no se permitirían. Los vómitos inducidos, además de evitar el aumento de peso, son liberadores y relajantes para muchos enfermos, ya que sufren una insatisfacción intensa debido a su ingesta, pero esto trae consecuencias muy graves a la salud, incluso a su apariencia física.
Te puede interesar leer la Guía sobre los Trastornos de la conducta alimentaria (TCA)
¿Cuál es el papel de la familia en esta enfermedad?
A menudo, los pacientes experimentan en su familia muy poco o nada de calidez, afecto o reconocimiento. Además, la familia tiende a una interpretación impulsiva de los conflictos existentes porque carece de una cultura de debate apropiada.
Un reclamo demasiado alto por parte de los padres favorece la enfermedad. No pocas veces, los padres tienen enfermedades mentales como trastornos de la alimentación u otras adicciones. Esto carece de un modelo a seguir para los hábitos alimenticios normales. Otra gran influencia es la belleza ideal de la cultura occidental. Muchos bulímicos tienen inicialmente un poco de sobrepeso, lo que puede llevar a la insatisfacción con su propio cuerpo. A partir de una dieta supuestamente inocua puede entonces desarrollarse una bulimia.
Las repercusiones de la bulimia en la salud
El vómito que se ha producido a lo largo de los años puede tener graves consecuencias, pero no solo eso, también existen otros factores como las ingestas voluptuosas y el pasar hambre, que trae otras consecuencias tanto físicas como mentales.
Consecuencias físicas:
- Los vómitos frecuentes y las fases de hambre entre el atracón pueden llevar a la desequilibrio de electrolitos y la desnutrición. La fatiga y los trastornos de concentración, así como el ritmo cardíaco afectado y los trastornos hormonales son el resultado.
- Las glándulas salivales se hinchan por los vómitos constantes, por lo que las personas con bulimia suelen tener las mejillas hinchadas. El ácido gástrico ingresa al esófago y puede causar acidez estomacal, quemaduras por ácido e inflamación. Se ataca el esmalte dental y favorece la formación de caries.
- Las grandes cantidades de alimentos consumidos ejercen presión sobre el estómago, lo que puede provocar un agrandamiento gástrico crónico.
- Además, la ingesta de medicamentos en dosis altas también es muy perjudicial para la salud y puede provocar insuficiencia renal o daño hepático.
- Dado que la bulimia se caracteriza por la pérdida de control, el abuso de drogas, consumo excesivo de alcohol y la autolesión a menudo se asocian con esta enfermedad.
Consecuencias psíquicas:
La falta de control sobre la ingesta de alimentos da lugar a sentimientos de vergüenza y culpa, que junto con el temor constante de descubrir el trastorno alimentario puede conducir al aislamiento social. Además, pueden aparecer ansiedad, depresión y pensamientos suicidas. Algunos enfermos también tienen un trastorno de personalidad durante el curso de la enfermedad.
Cómo se puede tratar la bulimia nerviosa
Además del asesoramiento nutricional, el tratamiento psicoterapéutico es absolutamente necesario. Particularmente eficaz en el tratamiento de la bulimia es la terapia conductual cognitiva. Funciona sobre el pensamiento negativo y los patrones de comportamiento para encontrar estrategias de afrontamiento constructivas para los estados de estrés y los eventos estresantes.
Esta terapia sirve para restablecer una relación sana con los alimentos. Además, las intervenciones de terapia familiar pueden ser útiles. Para observar y tratar las consecuencias físicas de la enfermedad, las visitas regulares al médico son extremadamente importantes. Como otras opciones de apoyo, los ejercicios de relajación, la creatividad como realizar dibujos, tejidos, etc, y la terapia de ejercicios han demostrado ser muy eficaces para mejorar la salud mental de las personas con bulimia.
Deja un comentario