Los trastornos mentales pueden acelerar el envejecimiento

Trastornos mentales envejecimiento

Las personas de 45 años con antecedentes de depresión, problemas de adicción o TDAH, por decir algunos ejemplos, tienen un envejecimiento más rápido que las personas sanas. Según nuevas investigaciones estadounidenses.

El estudio se basa en datos de un gran proyecto de investigación en Nueva Zelanda, donde se le dio seguimiento a más de 1000 personas nacidas en 1972 y 1973 durante 45 años.

En el marco del proyecto, los investigadores recopilaron datos sobre el estado socioeconómico y la salud de los participantes desde el nacimiento. Entre los 3 y los 11 años, también realizaron pruebas de visión, audición, motricidad y funciones cognitivas, entre otras. A partir de los 26 años, los participantes enviaron muestras de sangre regulares donde los investigadores midieron biomarcadores específicos relacionados con el envejecimiento.

Durante el último seguimiento (cuando los participantes tenían 45 años), se volvió a realizar un control de la visión, la audición, la motricidad, el equilibrio, las funciones cognitivas y la velocidad al caminar.

Resultados del estudio

Al combinar todos estos factores, se pudo obtener una imagen general de la edad biológica de cada participante.

El estudio mostró que algunas personas de 45 años eran «mayores» de lo que deberían ser. Las mismas personas también parecían mayores. Según un panel independiente que tenía que estimar la edad de los participantes en función de los retratos.

El denominador común resultó ser un historial de uno o más diagnósticos relacionados con enfermedades mentales, problemas de adicción o discapacidades como el TDAH. La conexión con el envejecimiento acelerado era más fuerte cuanto más tiempo los participantes habían arrastrado estos problemas. Y si se enfrentaban a varios diagnósticos combinados.

Trastornos mentales causan envejecimiento: otros factores lo comprueban

La asociación estadísticamente significativa entre la enfermedad mental y el envejecimiento se mantuvo incluso cuando los investigadores tomaron en cuenta una serie de otros factores. Como el peso y los hábitos de fumar de los participantes, así como factores de la infancia como la pobreza o la mala salud.

Ya que el estudio se basa en observaciones, los investigadores no pueden sacar conclusiones sobre causa y efecto. Tampoco saben por qué los grupos incluidos en el estudio parecen sufrir un deterioro del cuerpo más rápido que otros.

Por otro lado, se sabe por estudios previos que los diagnósticos que se recopilan van de la mano con otros factores vinculados al envejecimiento acelerado. Por ejemplo, una dieta deficiente.

También sabemos que las personas con estos diagnósticos experimentan un mayor estrés como resultado de su situación de vida y, en general, tienen un menor acceso a una atención médica de alta calidad, por lo que ambos factores podrían estar relacionados con el envejecimiento acelerado.

Independientemente de cómo se vean las relaciones causales en detalle, el estudio plantea un problema importante: que algunos grupos pueden necesitar más apoyo de la atención médica, ya que corren el riesgo de sufrir problemas corporales relacionados con la edad antes que otras personas.