Cómo reconocer los primeros síntomas del síndrome de Amok

El síndrome de Amok

El síndrome de Amok es una enfermedad de naturaleza psiquiátrica, que se caracteriza por un comportamiento caracterizado por una reacción intempestiva y sorpresiva de violencia, en medio de la cual el individuo agrede a las personas o animales que se encuentren en su camino, llegando incluso a producirles la muerte.

Estos ataques son cometidos contra cualquier persona que se encuentre, por así decirlo, en el lugar y momento equivocados; por lo que se ha observado, hasta el momento las acciones no van dirigidas a personas específicas o conocidas por el individuo.

Una las más conocidas manifestaciones del síndrome de amok, es donde la persona afectada (atacante) corre por las calles y ataca indiscriminadamente a todas las personas que se cruzan en su camino.

Causas del síndrome de Amok

El síndrome de Amok fue clasificado por primera vez como una afección psiquiátrica, alrededor del año 1849, esto basado en los informes anecdóticos y estudios de casos que revelaban que la mayoría de las personas con este padecimiento, tenían enfermedades mentales.

Por lo repentino de los ataques, así como por la extraña aparición del síndrome, éste ha sido poco estudiado. [¹‚²]

En un principio, era asociado con culturas específicas de tribus que habitaban territorios aislados de las ciudades, sin embargo, en las últimas décadas se ha evidenciado un incremento de los casos del síndrome de Amok, el cual se ha puesto de manifiesto en individuos que habitan las grandes ciudades.

A pesar de que los ataques no son usuales, es de gran importancia que se estudie y se fomente la prevención del síndrome para así evitar que se desarrolle en mayor medida pues estos individuos tienden a ser propensos a cometer asesinatos.

En un típico caso del síndrome de Amok, un individuo puede llegar a generar asesinatos en masa, los cuales se extenderán, si la circunstancia lo permite, durante varias horas y sólo cesarán en cuanto la persona sea detenida o se suicide.

El síndrome de Amok y la amnesia

Si la persona sobrevive tras el ataque, no recordará nada de lo sucedido, puesto que desarrollará una amnesia que le evitará recordar cómo se dieron los hechos.

La dificultad de una situación como esta, en la que un individuo está en medio de un episodio psicótico y en total desconexión con la realidad, es que todas aquellas personas que se encuentren a su alcance o que intenten detenerle, se ponen en riesgo de ser atacadas sin piedad alguna.

Las causas, al menos a nivel neurológico, son poco conocidas. En primera instancia, debido a que hasta hace poco era una enfermedad que se producía en individuos aislados de la civilización, por así decirlo.

Por otra parte, este síndrome suele reducirse a un único episodio en la vida de una persona, ya que por lo general fallecen en medio del estallido de violencia.

Al presentarse dichos episodios con estas características específicas, se ha imposibilitado de cierta manera el poder explorar a profundidad las propiedades del síndrome. No obstante, determinados síntomas han servido de indicativo para saber el momento en el que la persona es propensa a desarrollar el síndrome, los cuales deben tomarse en cuenta con la finalidad de evitar tragedias a futuro.

El comportamiento observable durante el episodio psicótico, típico del síndrome de Amok, es completamente descontrolado y salvaje. La persona se encuentra fuera de sí, ante la imposibilidad de hacer contacto con su conciencia o con el daño que está provocando.

¿Cómo detectar la predisposición a desarrollar el síndrome de Amok?

El síndrome de Amok es una patología difícil de predecir; la mayoría de los hombres se ven afectados. No necesariamente la persona en cuestión debe haber tenido previamente problemas psicológicos.

Este raro síndrome se presentó por primera vez en países del sudeste de Asia, como una conducta con bases supersticiosas, que obedece a la posesión del cuerpo del individuo por una entidad maligna, la cual quiere ejecutar su venganza; esto ha sido objeto de investigación en los últimos años, dada la aparición de casos en Occidente.

Las investigaciones en cuanto al síndrome de Amok, han determinado ciertos factores de riesgo que se ubican dentro del contexto que rodea al individuo que lo padece, algunos de ellos son los siguiente:

1. Hombres jóvenes o de mediana edad:

El síndrome de Amok, por lo general se suele desarrollar en individuos del género masculino, en un rango de edades que va desde la adolescencia hasta la adultez.

2. Suelen presentar otras enfermedades psiquiátricas:

Esta persona, que de manera repentina experimenta un arranque de locura que puede extenderse por horas, por lo general padece una condición patológica que puede ir asociada con la depresión, la ansiedad o diversos trastornos de la personalidad.

En muchos casos, estas patologías no han sido diagnosticadas mas es posible que se ponga de manifiesto este episodio psicótico en individuos que han sido diagnosticados pero que  no se han apegado al tratamiento.

Otro factor de riesgo que se ha evidenciado como potencial detonador del síndrome de Amok es la madurez de tipo emocional, lo cual supone que el individuo carece de las herramientas para enfrentar las situaciones adversas que se le puedan presentar en medio de su cotidianidad.

3. La frustración como desencadenante:

De acuerdo a diversas investigaciones, la ira que abruma a los individuos puede estar motivada por episodios en los que la persona se sintió avergonzada, experimentó pérdidas o se enfrentó a una gran frustración.

En los casos observados, los hechos que funcionaron como detonantes fueron seguidos por un período de aislamiento por parte del individuo hasta que el episodio psicótico se apoderó de su ser y salió a atacar a cuanto ser viviente se encontrara en su camino.

Posibilidad de tratamiento

Los pacientes con trastornos psicóticos, tales como la esquizofrenia paranoide o el trastorno delirante, deben ser tratados con medicamentos antipsicóticos. Los agentes antipsicóticos son efectivos para reducir el trastorno del pensamiento, las alucinaciones y los delirios en la esquizofrenia, la manía y los trastornos psicóticos inespecíficos.

Tratar la condición psiquiátrica subyacente

El segundo paso en la intervención, es tratar la condición psiquiátrica subyacente del paciente o el trastorno de la personalidad, para que nunca se produzca la pérdida de control y un posible atentado.

Un profesional de atención primaria puede iniciar una intervención médica en pacientes que son susceptibles a padecer este síndrome, pero debe complementarse con una derivación inmediata para evaluación y tratamiento psiquiátrico o psicológico, porque estos pacientes presentan casos de manejo clínico complicados y desafiantes.

Bibliografía:
  1. Burton-Bradely BG. The amok syndrome in Papua and New Guinea. Med J Aust. 1968;55:252–256. [PubMed]
  2. Teoh J-I. The changing psychopathology of amok. Psychiatry. 1972;35:345–351. [PubMed]
  3. Saint Martin M. L. (1999). Running Amok: A Modern Perspective on a Culture-Bound Syndrome. Primary care companion to the Journal of clinical psychiatry, 1(3), 66–70. doi:10.4088/pcc.v01n0302. [PubMed]