Puedo perdonarte, pero no significa que te quiera de nuevo en mi vida

Perdonar

Podemos perdonar a alguien, pero eso no significa que lo queramos de vuelta en nuestras vidas.

El perdón realmente es sanador

Ese perdón es expiación, eleva y descansa tu espíritu, ya sea que lo recibas o lo des.

Hay algo increíble en liberar el dolor de esa manera: saber que alguien te ha dado una segunda oportunidad o ha decidido aceptar tu disculpa.

El perdón es poderoso. Pero a veces, en el amor y las relaciones, perdonamos a las personas equivocadas. A veces, nos apegamos a las personas que nos lastiman y pensamos que tenemos que perdonarlas para seguir adelante, para salvar una relación, para arreglar lo que está roto, para acabar con nosotros mismos.

Perdonar no significa seguir soportando lo que ya no funciona

Perdonamos para sanar, no para sostener lo que se cae por sí solo, que seguirá cayéndose.

No perdonamos para soportar de nuevo, perdonamos para ser libres.

En el perdón está el secreto de nuestra libertad, no para libranos de un peso, sino de la responsabilidad de creernos salvadores de los demás, de creer que le debemos a alguien nuestra tención y cuidado.

Se perdona para estar en paz, para que el otro sepa que hemos aprendido a no repetir los errores.

El perdón debe librarte, no amarrarte a nadie

Perdonar no significa que queramos mantener a esa persona en nuestra vida. Puedes perdonar a alguien por engañarte. Podrías perdonarlo por romperte el corazón, por abandonarte en un momento de necesidad, por no ser su prioridad en ese momento, por dejarte ir.

Pero eso no significa que vuelvas a confiar en esa persona. Perdonar no significa que estés obligado a permanecer en una relación o matrimonio con alguien que ha destruido los cimientos de lo que construiste.