3 pensamientos que debes cambiar si quieres ser feliz

Si quieres ser feliz, evita esta clase de pensamientos

 Lo creas o no, la manera de alcanzar la felicidad está en tu cerebro. Lo primero que debes tener claro, es que realmente no existe una definición exacta de lo que es la felicidad; por lo que conviene que ahora evalúes qué significa para ti ser feliz.

¿Qué significa ser feliz?

Cuando se habla de felicidad, en principio se puede asociar a tener cierta calidad de vida, disfrutar de una sensación de bienestar o tener una predisposición a enfocarnos solamente en las emociones positivas.

El primer hallazgo que encontramos en este planteamiento, es que la felicidad no es un estado permanente de la condición humana. Por ello, la sensación de felicidad va asociada directamente al estado anímico en el que nos encontremos.

Entonces es aquí cuando las cosas se empiezan a complicar un poco, ya que los estados anímicos se ven afectados por múltiples variables, de las cuales una cantidad importante escapan por completo de nuestro control.

 ¿Debería esta situación desanimarnos porque debemos aceptar que la búsqueda de la felicidad es una quimera? En lo absoluto.

Solo estamos introduciéndonos a comprender que el camino a la felicidad conlleva primero que entendamos y evaluemos su significado, para desglosar de estos pensamientos todo aquello que nos hace ser felices; para posteriormente entrever cómo podemos alcanzarla y movernos hacia ella. 

Pensamientos que debemos eliminar para ser felices

Existen caminos que nos ayudan a tomar el rumbo hacia la felicidad, todas ellos coinciden en una cosa: Es necesario un cambio radical en nuestra manera de pensar, para poder alcanzar el grado de felicidad que deseamos para nosotros.

Todo ser humano va estructurando su personalidad, en base a sus aprendizajes, experiencias, conductas inculcadas y una que otra influencia genética que nos puede predisponer a tener algún tipo de conducta particular.

Y es precisamente en medio de esa estructura, donde vamos a detectar qué es aquello que podría interferir en nuestro camino a la felicidad.

Esa línea de pensamiento es precisamente la parte que debemos modificar y adaptar a lo que queremos lograr, siguiendo las siguientes sugerencias:

1. Obsesionarnos con las cosas

Estas líneas de pensamientos repetitivos no obedecen a la realidad. Sólo conseguimos con ellos llenarnos de angustia, ansiedad, infelicidad y desasosiego.

En pocas palabras, solo están presentes en nuestras cabezas para hacernos sufrir.

Los pensamientos obsesivos se enfocan en situaciones hipotéticas de índoles negativas, relacionadas con nuestro trabajo, la salud, la relación de pareja, la falta de dinero e inclusive; pensamientos auto destructivos relacionados con la autoestima o el auto valoración.

 La manera más efectiva para lidiar con ellos, es tranquilizar  la mente y llevarla a contactar con la realidad. La mente puede ser entrenada ya que nace de nosotros mismos y depende de la educación y orientación que le demos.

2. Creer que todo es generalizado

Es un pensamiento que se genera cuando tenemos que enfrentarnos a situaciones negativas, que comparamos con circunstancias anteriores. En ese momento la tendencia es pensar que como la vez anterior nos fue mal, seguramente nos puede suceder de nuevo algo similar.

No podemos determinar en realidad, cómo sucederán las cosas, ni debemos enfocarnos en la inminencia de que se produzcan nuevamente resultados adversos; en circunstancias similares a vivencias anteriores.

Hay que tener presente que en ocasiones lo que más tememos es lo que termina por ocurrir. Por eso, es mejor racionalizar la situación y evaluar a fondo qué hicimos mal o qué estamos dejando de hacer para tener los mismos resultados desfavorables.

3. Tender a exagerar los temores

Son el tipo de pensamientos exacerbados, que nos conllevan a hacer una tormenta dentro de un pequeño vaso con agua. Nos imaginamos muchas veces hasta de manera involuntaria, situaciones catastróficas que en nada se corresponden con la realidad; ante pequeños e inconsecuentes eventos.

De esa línea de pensamientos, solo obtenemos angustia y sumo estrés, que derivan en infelicidad y depresión; que pueden incluso llegar a enfermarnos emocionalmente. Lo más sensato que podemos hacer para inhibir este tipo de pensamientos, es racionalizar la situación y poner los pies sobre la tierra.

Debemos entonces, detenernos a pensar un poco y reflexionar en referencia a ¿Qué tan difícil es la situación y cuáles son sus probables consecuencias? ¿Puedo hacer algo para solventarla?

Dando respuesta a estas interrogantes tendremos un panorama más realista de lo que en realidad está sucediendo, y de esa manera ser más asertivos con nosotros mismos.

Una de las definiciones de la felicidad, me personalmente me ha parecido de la más acertada, la ha dado Jorge Bucay:

«La felicidad es la certeza de no sentirse perdido, la felicidad no es estar contento, reírse todo el tiempo, la felicidad es la sensación de serenidad que tienes cada vez que tienes la certeza de estar en el camino correcto, la felicidad está más cerca de la calma que de la euforia.»