Relaciones entre «personas con necesidades complementarias”

Relación de pareja con necesidades complementarias

La elección de la pareja y las necesidades complementarias. Al elegir al compañero, cada individuo busca a esa persona que pueda garantizar la máxima satisfacción de las necesidades. Según el sociólogo Robert Winch, la elección de una pareja se produce en un terreno psicológico donde residen las necesidades complementarias.

Entendiendo las necesidades complementarias

Para explicar la complementariedad es suficiente con imaginarse dos personas, A y B, que interactúan y ambas obtienen satisfacción de la interacción que se da. Para que la secuencia de reciprocidad sea congruente con la teoría de las necesidades complementarias, es necesario que:

  • Las mismas necesidades se satisfagan en A y B, pero a niveles muy diferentes de intensidad;
  • Se satisfagan diferentes necesidades en A y B.

Para comprender mejor estos diferentes tipos de complementariedad, estos 2 ejemplos son útiles:

La interacción entre A, que tiene una gran necesidad de dominar, y B con poca necesidad de dominar. A buscará como pareja a alguien que haga lo que él quiere, alguien que no tenga la capacidad de manipular su entorno (en nuestro caso es B) y que a su vez esté buscando a alguien que le diga qué hacer (en nuestro caso A). 

Una persona que tiene una gran necesidad de cuidado y atención y que se guiará en la elección de una persona con una gran necesidad de cuidar a los demás, esto genera necesidades complementarias, aunque a simple vista son opuestas.

Entorno familiar y necesidades insatisfechas

Cuando el entorno familiar carece de orden, esto contribuye a empujar a un individuo a satisfacer inconscientemente a través de una pareja aquellas necesidades del pasado que han quedado sin resolver.

Esto explica por qué cuanto más sobrevive en un vínculo significativo (por ejemplo, padre-hijo) el sentimiento de necesidades parcialmente insatisfechas, más tiende a repetirse este sentimiento hacia las nuevas figuras de referencia, convirtiendo la necesidad de mantenimiento en un fuerte elemento de unión entre las parejas.

Es la presencia de estos elementos en las relaciones originales lo que permite que se desarrollen las áreas de dependencia en una relación posterior. Cuanto más se encuentren estos elementos en la «nueva» relación, más fuerte será la necesidad de la pareja de confrontar constantemente el problema en un intento de resolverlo o transformarlo.

Cuanto más se tienen que satisfacer las necesidades básicas de protección y seguridad en un relación, más fuerte es el vínculo que se desarrolla y mayor es la amenaza potencial que conlleva cualquier situación que lo desafíe.

Las parejas en terapia perciben esto muy bien cuando, a pesar de la incomodidad resultante de sus dificultades, parecen preferir la situación actual, a la separación.

Winch promovió la Teoría de las necesidades complementarias al afirmar que elegimos a aquellos cuyas necesidades son opuestas, pero complementarias a las nuestras

Por otro lado, parece que solo al aceptar este riesgo puede evolucionar la relación, convirtiéndose en un vínculo más maduro y, sobre todo, más libre de las restricciones causadas por dependencia.

A partir de este marco general, comenzamos a comprender que la influencia de las experiencias difíciles de la infancia en la elección consecuente de una pareja, las frustraciones, las privaciones y los rechazos sufridos durante la infancia dañan a la persona en su capacidad de amar, causando una distorsión de la necesidad de afecto que luego se desarrolla en elecciones de pareja patológicas.