Muchas personas se sienten solas de vez en cuando, pero ¿podrían los sentimientos de aislamiento y frustración social estar afectando nuestra memoria? Muy posiblemente, según investigadores de la Universidad de Barcelona.
Los científicos informan que ciertas personas que se sienten solas durante un período prolongado de tiempo pueden experimentar una disminución elevada en sus habilidades de memoria verbal.
Estos hallazgos son parte del consorcio Lifebrain más grande, dirigido por la Universidad de Oslo en Noruega. Los investigadores incluyeron tres grupos de participantes en esta investigación. Dos grupos de Suecia y Alemania incluyeron adultos mayores, mientras que el tercero involucró a adolescentes daneses. En los tres grupos, un total de 1537 personas participaron en este proyecto.
La soledad no es siempre un sentimiento negativo
Es importante aclarar que la soledad no significa necesariamente estar solo. Como muchos pueden atestiguar, es muy posible sentirse solo mientras se está rodeado físicamente de otras personas. A los efectos de esta investigación, los autores del estudio definieron la soledad como “un sentimiento negativo asociado con la insatisfacción con la cantidad y calidad de las conexiones sociales”.
La soledad tiene amplios efectos en la salud
Muchos estudios han revelado cómo sentirse solo afecta la salud física, el bienestar mental e incluso aumenta considerablemente el riesgo de deterioro cognitivo de una persona. El equipo de investigación midió los niveles de soledad de cada persona a través de una serie de encuestas sobre la aceptación social percibida y la pertenencia a un grupo. Los encuestados también revelaron si tenían a alguien en su vida con quien pudieran conversar francamente. Los investigadores midieron las habilidades de memoria episódica mediante tareas de recuerdo de palabras.
Sorprendentemente, los datos longitudinales a largo plazo recopilados indicaron que, si bien los sentimientos de soledad tenían una conexión con el deterioro de la memoria entre los participantes suecos. Sin embargo, los participantes alemanes solitarios no mostraron los mismos problemas de memoria.
“Las diferencias culturales en cómo las personas perciben y lidian con el aislamiento social podrían explicar parcialmente las diferencias encontradas”, dice la autora principal del estudio, Cristina Solé-Padullés, de la Universidad de Barcelona, en un comunicado de prensa.
Sorprendentemente, los datos longitudinales a largo plazo recopilados indicaron que, si bien los sentimientos de soledad tenían una conexión con el deterioro de la memoria entre los participantes suecos. Sin embargo, los participantes alemanes solitarios no mostraron los mismos problemas de memoria.
“Las diferencias culturales en cómo las personas perciben y lidian con el aislamiento social podrían explicar parcialmente las diferencias encontradas”, dice la autora principal del estudio, Cristina Solé-Padullés, de la Universidad de Barcelona, en un comunicado de prensa.
Además, incluso la conexión entre la soledad y el deterioro de la memoria entre los voluntarios suecos desapareció una vez que los autores del estudio excluyeron a los participantes diagnosticados con demencia durante el período de seguimiento. Como se mencionó anteriormente, este hallazgo en particular refuerza la conexión ya establecida entre la soledad y el deterioro cognitivo.
El estudio se publica en Frontiers in Aging Neuroscience.
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