La naranja mecánica – Una aplicación del conductismo

Película Naranja mecánica

La naranja mecánica es una historia, no apta para mentes débiles, que muestra la realidad de los jóvenes en la calle y el riesgo que esto encierra.

La naranja mecánica es un film angloamericano dramático de ciencia ficción (CF) y comedia negra, realizado en Inglaterra y estrenado en 1971. Fue producida y dirigida por Stanley Kubrick, uno de los cineastas más respetados del siglo pasado. Y pese a ser un tema polémico, recibió nominaciones a abundantes premios cinematográficos, aunque ganó pocos. Entre las posibilidades estuvo el Oscar a mejor película (constituyendo la primera vez que una cinta CF aspira a tal galardón), director, montaje y guion adaptado.

A Clockwork Orange, nombre original, es una adaptación a la gran pantalla del libro homónimo de Anthony Burgess, publicado en 1962. Se distingue por su gran cantidad de escenas violentas, características de una sociedad indeseable o distópica de un futuro ficticio. Esto ha hecho que se la considere una película de culto, polémica y alejada de los convencionalismos tradicionales. Su exhibición en Gran Bretaña fue prohibida en su tiempo; por considerarse que servía de mal ejemplo a la juventud.

En contraste, algunos aficionados e incluso críticos la valoran como una de las mejores cintas de todos los tiempos. El protagonista Alex DeLarge (Malcolm McDowell), que sufría de un trastorno antisocial de la personalidad, es el líder de una pandilla de sociópatas. Esta, se compone además por Michael Tarn, James Marcus y Warren Clarke, en los papeles de Pete, Georgie y Dim, respectivamente; quienes visten y hablan de un modo particular. Ellos son asiduos a bares lácteos y toman leche-plus, un producto con sustancias añadidas que exacerban su conducta agresiva y violenta.   

Sinopsis de la película

Alex que vive en un Londres futurista es un muchacho excéntrico que ama la música de Beethoven. Él y sus amigos, los drugos, se divierten dando palizas a la gente, robando y violando mujeres. Lo que hacen por un buen tiempo sin sufrir ninguna consecuencia. Hasta que una noche asaltan la casa de una mujer sola y la golpean con un objeto, ocasionándole la muerte. La policía llega y gracias a que la banda lo traiciona, logra arrestar a Alex; quien es sentenciado a 14 años de cárcel. Durante el tiempo en prisión se hace amigo del capellán y lo convence de que se ha reformado leyendo la biblia.

Gracias a esto le dan la libertad condicional a cambio de participar en la terapia conductista de rehabilitación, llamada tratamiento Ludovico. Su objetivo es crear en el paciente, una aversión profunda hacia el crimen, con lo cual puede reintegrársele a la sociedad. El método expone a Alex a la observación en una pantalla de actividades violentas; simultáneamente se le administran unas drogas que provocan parálisis y dolor. Para impedirle apartar la mirada, le inmovilizan la cabeza y con unos ganchos le obligan a tener los ojos abiertos.

En consecuencia, Alex pierde su agresividad, que ni siquiera puede usar en defensa propia, y el placer de estar con una mujer. Como efecto colateral, ya no es capaz de escuchar a Beethoven por ser el fondo musical de una de las cintas utilizadas. Al salir de prisión, sus padres lo echan de la casa y vagando por la ciudad se consigue a sus antiguas víctimas, quienes cobran venganza. Al final, luego de un intento de suicidio y una larga convalecencia en el hospital, se ve que los efectos del tratamiento se desvanecen.

Lecciones que nos deja La naranja mecánica

La película muestra de manera descarnada el impacto de una paternidad negligente que, por causa de sus múltiples ocupaciones y el cansancio, desatiende a sus hijos. Asimismo, se hace hincapié en el hecho de que dentro de las bandas los jóvenes no están seguros. Esta no es una relación amistosa positiva, ya que por rivalidad y celos en ocasiones se traicionan y atacan entre ellos. Sus integrantes son seres solitarios que no pueden confiar en nadie. Además, son incapaces de amar y solo ven a las mujeres como un objeto sexual.

El film es también una tribuna abierta hacia el gobierno, que abusando del poder promueve medidas con consecuencias de corte moral y ético no analizadas previamente. O sea, al tratar a los prisioneros como un trastorno sin considerar sus derechos e individualidad, las autoridades deforman sus mentes y se convierten en criminales. La verdad es transmitida por el capellán, quien expresa que una verdadera bondad tiene que provenir de la voluntad y el deseo del sujeto.

En conclusión, La naranja mecánica es una obra de arte de la cinematografía mundial que nadie debería dejar de ver y analizar. Expone el impacto de obedecer solo a los más bajos instintos, sin medir las consecuencias. Y critica ferozmente al abuso de poder por parte de políticos deshumanizados, que buscan sus propios intereses por encima de todo. La gran pregunta es, ¿quién actúa peor? ¿Alex que es irreflexivo y violento?  O ¿quiénes desarrollan un sistema para modificar la conducta ignorando sus efectos?