La importancia de un abrazo para los niños

La importancia de abrazar a los niños

Caricia y abrazo significan aceptación y amor. Ayudan a los niños a desarrollarse, ya que nutren su cuerpo, cerebro y alma al mismo tiempo.

Un abrazo de 20 segundos puede ayudar al niño a ser más inteligente, saludable, feliz, resistente y sentirse más cerca de los padres. Juega un papel clave en el cultivo de la confianza en sí mismo del niño y le enseña cómo construir relaciones cercanas con ternura y amor.

Cuando el niño recibe abrazos con frecuencia, elimina la inseguridad y la tristeza, se mantiene optimista y elimina el miedo y los pensamientos negativos.

Nuestra necesidad biológica de un abrazo

Un abrazo nos libera mentalmente, porque crea una sensación de paz y seguridad. Los abrazos diarios y apretados liberan en el cuerpo una hormona, la oxitocina, también conocida como la «hormona del amor». La oxitocina parece tener un efecto beneficioso sobre la función y el desarrollo del cerebro, está asociada con los lazos sociales y contribuye al desarrollo de una relación amorosa entre padres e hijos.

También aumenta la hemoglobina en la sangre, eliminando así el miedo y reduciendo los pensamientos negativos. Por el contrario, la deficiencia de oxitocina se asocia con muchos trastornos mentales y sociales, como el autismo, la esquizofrenia, y otros.

El abrazo en la infancia

Una de las necesidades primarias del niño es el contacto físico con su madre. Un bebé ha pasado nueve meses en el vientre de su madre y esta necesidad de contacto continúa después del nacimiento.

El estrecho y cálido abrazo de la madre y el padre devuelve al niño a este ambiente familiar y seguro, en el que «vivió» en los primeros meses de su existencia. Un abrazo alivia el dolor, tanto físico como mental y, en términos más generales, ayuda a sentar una base sólida para el desarrollo de una sensación de seguridad, protección y cuidado.

Según la investigación, los bebés que tienen contacto físico frecuente con sus padres aumentan de peso más rápido, tienen un mayor desarrollo mental y desarrollan habilidades motoras más rápido.

El psicoanálisis dice algo muy simple, pero muy importante: «un infante necesita grandes cantidades de amor para sobrevivir«.

El abrazo en la infancia

El abrazo juega un papel muy importante en el desarrollo posterior del niño, ya que:

  • Desarrolla el sentimiento de «pertenencia» a un grupo de personas que lo aman.
  • Crea una sensación de seguridad y confianza y contribuye al desarrollo de emociones positivas
  • Reduce la sensación de miedo y soledad.
  • Actúa ansiolíticamente en momentos de estrés intenso.
  • Mejora la autoestima y la confianza en sí mismo del niño.
  • Ayuda en el desarrollo psíquico, así como en su salud mental y física.
  • Mejora y protege el sistema inmunológico.
  • Finalmente, desarrolla en el niño la necesidad de oferta y participación, hecho que ayuda a crear relaciones interpersonales sanas.

Un abrazo es una interacción

En varias etapas de desarrollo, el niño necesita distanciarse físicamente de sus padres en un intento de crear su propia identidad. Por supuesto, todavía necesita abrazos, pero también autoacción, y debemos darle espacio y tiempo para que él mismo exprese esta necesidad.

También en la preadolescencia y la adolescencia el niño puede evitar persistentemente los abrazos, hecho relacionado con su género o con la imagen que el niño quiere proyectar a sus pares.

En estos casos podemos buscar la comunicación de una forma diferente. No necesitamos presionar a los niños para que los abracen sino estar ahí cuando los pidan.

No hay límite de edad para que las personas se abracen. Necesitamos un abrazo cuando somos bebés, niños pequeños, niños mayores, adolescentes y adultos.

Las investigaciones han demostrado que el contacto humano aumenta la esperanza de vida, ya que tiene un efecto beneficioso sobre el cuerpo, la mente y el alma.