El mundo de las fábulas es terreno fértil para arrojar enseñanzas, muchas veces ocultas detrás de historias simples, y con moralejas capaces de brindar grandes mensajes sobre la vida y el vivir.
La fábula del zorro y el león
El viejo león, ya en sus últimos años de vida, tuvo dificultad para encontrar su comida, por lo que decidió hacerlo con astucia. Para ello, entró en la cueva y se hizo el dormido, gimiendo como si estuviera enfermo. Entonces, cuando otros animales lo visitaban, los atrapaba para tener su alimento.
Toda clase de animales venían y morían, el zorro, al ver sus trucos, también apareció y se paró lejos de la cueva, y le preguntó al león cómo estaba de salud. —»No estoy bien»—, respondió el león, invitándolo suavemente.
—»Por supuesto que entraría»—, dijo el zorro, «—si no pudiera ver que hay muchas huellas entrando a la cueva, pero ninguna de salida».
Moraleja
En la fábula del zorro y el león de Esopo encontramos una declaración de dos hechos:
Primero, el león trata de comportarse para engañar a otros para poder atrapar su presa. El zorro no solo escucha las palabras del león, sino que también es capaz de advertir las señales a su alrededor.
La naturaleza del zorro nos anima a ser sabios e inteligentes, no alcornoques. Cuando nos encontramos con personas o situaciones que nos pueden hacer daño, debemos leer todas las señales, no solamente lo que esa persona nos dice. Dios no salva al hombre, él se salva a sí mismo.
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