La carta de Abraham Lincoln al maestro de su hijo

Educación Abraham Lincoln y la carta al maestro de su hijo

Abraham Lincoln es una de las personalidades más famosas del mundo. Es su mérito la abolición de la esclavitud en los Estados Unidos, lo que lo convirtió en un verdadero héroe nacional. Según las encuestas, sigue siendo el presidente más querido del pueblo estadounidense.

En 1855, Abraham Lincoln escribió la famosa Carta al maestro de su hijo. La carta estaba dirigida al maestro de William, de cinco años, el favorito del presidente, quien, lamentablemente, no tuvo la oportunidad de aplicar ninguno de los conocimientos adquiridos en la edad adulta: murió a los 11 años y fue enterrado con su padre.

Educación Abraham Lincoln y la carta al maestro de su hijo

Una carta con grandes mensajes para el maestro de mi hijo

Lee esta carta imbuida de amor paternal y preocupación por el niño. Estas son las cosas realmente importantes que a menudo olvidamos:

“… Entiendo que tendrá que averiguar que no todas las personas son justas, no todas son sinceras. Pero enséñale, además, que por cada sinvergüenza hay un héroe, que por cada político egoísta hay un líder entregado.

Enséñele que si hay un enemigo, entonces habrá un amigo. Tomará tiempo, lo sé, pero si puedes, enséñale que un dólar ganado es mucho más valioso que cinco encontrados. Enséñale a perder y también a disfrutar ganando.

Si puedes, aléjalo de la envidia, enséñale el secreto de la risa tranquila. Deja que aprenda temprano que la intimidación y los fanfarrones son las cosas más fáciles de vencer. Si puedes, enséñale a interesarse por los libros…

Y dale también tiempo libre para que pueda reflexionar sobre los misterios eternos: los pájaros en el cielo, las abejas en los rayos del sol y las flores en las verdes laderas del cerro.

Cuando esté en la escuela, enséñale que es mucho más honorable fracasar que hacer trampa… Enséñale a confiar en sus propias ideas, incluso si alguien le dice que está equivocado… Enséñale a ser amable con las personas blandas y cruel con los crueles.

Trata de darle a mi hijo la fuerza para no seguir a la multitud cuando todos están del lado ganador … Enséñale a escuchar a todas las personas, pero también enséñale a considerar todo lo que escucha desde el ángulo de la verdad y seleccionar solo lo bueno.

Si puedes, enséñale a reír en el dolor… Enséñale que no hay vergüenza en las lágrimas. Enséñale a reírse de los cínicos y cuídate de ser demasiado dulce.

Enséñale a vender su cerebro y su fuerza muscular al precio más alto, pero que nunca intercambie ni el corazón ni el alma.

Enséñale a no escuchar a la multitud que aúlla, sino a ponerse de pie y luchar si cree que tiene razón.

Trátalo con cuidado, pero sin ternura indebida, porque sólo una prueba de fuego hace que el acero sea de alta calidad. Que tenga el coraje de ser intolerante [con cualquier cosa mala]… Que tenga la paciencia para volverse valiente.

Enséñale a tener siempre mucha fe en sí mismo, porque entonces siempre tendrá mucha fe en la humanidad.

Esta no es una tarea fácil, pero mira lo que puedes hacer… ¡Él es tan bueno, hijo mío!”