La autoobservación para aprender a controlar la ira

Cómo controlar la ira y el enojo

Si tratas de no sentirte enojado, reprimirás el enojo. Si intentas vencer la ira, no la reprimirás: al contrario, debes comprender la emoción, observarla. El secreto para superar la ira está en la observación.

Si reprime la ira, penetrará en su subconsciente. Te envenenará cada vez más. Esto no es bueno para ti ni para tu salud, y tarde o temprano te volverá neurótico.

¿Cómo puedes lidiar con la ira?

En algún momento, la ira acumulada explotará, y esto será mucho más peligroso, porque no podrás controlarla en absoluto.

Superar es un proceso completamente diferente. En la transgresión no reprimes la ira y tampoco la expresas.

Solo se conocen dos formas de lidiar con la ira: la expresión y la opresión

Y el verdadero negocio no es ninguna de las dos. No es la expresión, porque cuando expresas enojo, provocas enojo en la otra persona y luego se crea una cadena sin final. Y cuanto más se exprese la ira, más se convertirá en un hábito, en un hábito mecánico.

De este miedo surge la opresión: no te expreses, porque esto te traerá miseria a ti y a los demás, y sin sentido. Te pone mal, crea situaciones negativas en la vida, y luego tendrás que pagar por todo. Lentamente, esto se convierte en un hábito tan intenso que se convierte en tu segunda naturaleza.

Por miedo a la expresión nació la opresión. Pero si estás oprimido, el veneno se acumula y es seguro que explotará.

El tercer enfoque no es la expresión ni la opresión, sino la autoobservación

Cuando aparezca la ira, siéntate en un lugar tranquilo, deja que te rodee en su mundo interior, deja que la nube te rodee, conviértete en un observador silencioso.
Lenta y constantemente, mediante la observación, te separas tanto de la ira que no puede afectarte.

Calma y autoobservación para controlar la ira

Estás tan distraído de la ira, permaneces tan despreocupado y distante de ella, y la distancia es tal que no parece importar. De hecho, comenzarás a reírte de todas las cosas ridículas que has hecho en el pasado debido a esta ira.

Recuerda que proporcionamos energía a la ira, solo así adquiere vitalidad

La ira en sí misma no tiene energía propia, depende de nuestra cooperación. Cuando observas, la colaboración se disuelve, ya no la apoyas.

Estará ahí por unos momentos, por unos minutos, y luego desaparecerá. Si no encuentra raíces en ti, si descubre que no estás disponible, si ve que estás distanciado, que eres un observador, se desintegrará, desaparecerá. Y esta desaparición es maravillosa, es una experiencia única.

Al ver desaparecer la ira, nace una gran paz: el silencio que sigue a la tormenta. Te sorprenderá descubrir que cada vez que nace la ira, si puedes observarla, te hundirás en tal calma que parecerá sin precedentes.