Hermanos que se pelean en casa ¿Cómo poner un orden?

Pelea entre hermanos

La rivalidad entre hermanos es normal en familias con más de un hijo. Sin embargo, esto puede convertirse en un problema si uno de los niños intimida o domina al otro. Y en realidad puede ser algo más complejo de lo que parece. De manera superficial, parece que tienes dos hijos que están «en guerra», que discuten constantemente y no se llevan bien.

Puede haber muchas razones para que esto suceda, pero en lo más profundo de esta rivalidad hay una cosa que suele ser la raíz del problema: la sensación de un hermano de que él es víctima del otro y de alguna manera «menos importante». Y ese niño a menudo cree que él recibe menos amor de sus padres que su hermano o hermana dominante.

Hermanos en guerra dentro del hogar

La rivalidad entre hermanos es un problema difícil y a veces doloroso para muchas familias, pero finalmente la rivalidad y los celos son una parte normal de la vida. Tu responsabilidad es ayudar a tus hijos a aprender a manejar los sentimientos que se ven acompañados de esto.

De no hacerlo, estos problemas pueden prolongarse hasta la vida adulta. Los sentimientos de injusticia, y victimización ocasionados por esta rivalidad se volverán aún más abrumadores y difíciles de solucionar. Siguiendo algunas estrategias simples, puedes trabajar con tus hijos para manejar la rivalidad entre hermanos y negociar un tratado de paz en tu hogar.

El hermano acosador

No confundas el acoso escolar con la rivalidad normal entre hermanos. En este caso, uno de los niños es el acosador, generalmente el que es mayor o más fuerte, y molesta constantemente a su otro hermano. Debido a esta agresión, el niño que está siendo molestado a menudo desarrolla métodos antagónicos que le devolverá a su hermano acosador. Dado que él no puede enfrentarse al acosador directamente, desarrolla formas de vengarse de su hermano más agresivo diciendo cosas en voz baja o llamándolo por sobrenombres.

Si uno de tus hijos intimida a sus hermanos y los controla hasta el punto de llegar a los golpes, esto indica que puede haber mucha falta de confianza y errores serios en su pensamiento. Está justificando de alguna manera ser hiriente con los demás para sentirse mejor. En estos casos, debes responsabilizar a todos tus hijos cuando haya una pelea, pero también debes responsabilizar al hermano acosador por cualquier agresión más allá de una discusión.

Aplica consecuencias a todos los niños que estuvieron involucrados, pero si hay una situación donde hay intimidación, debes adoptar una posición más firme. Tienes que decir «Aquí no habrá intimidación. No se permite maldecir el uno al otro. Hay graves consecuencias para ese comportamiento«.

4 formas de controlar la rivalidad entre hermanos

En cualquier tipo de intervención con un niño que intimida a sus hermanos, debes desafiar su pensamiento. Dile francamente, «¿por qué cuando te enojas crees que está bien golpear? ¿Acaso las reglas no se aplican a ti una vez que te enojas?» Y deja muy claro: «Cuando estás enojado, las reglas aún se aplican a ti, y también las consecuencias«.

El hermano acosador va a poner a prueba a todos porque eso es lo que hacen los matones; intentan ejercer su poder sobre cualquiera. Pero como padre, debe desafiar estos errores de pensamiento directamente y rechazar ese tipo de comportamiento con consecuencias firmes.

1. Responsabilizar a ambos niños por su comportamiento

En muchos casos de rivalidad entre hermanos, ambos niños son casi igualmente responsables de este comportamiento. Un niño puede comenzar a burlarse del otro o llamar al otro con apodos, lo que puede iniciar una pelea de burlas y sobrenombres. Aun cuando sepas que hay cierta equidad en la forma en que se da este comportamiento y en quién lo está iniciando, lo mejor es que responsabilices a tus dos hijos. Establece una regla en casa de que si se produce una pelea, ambos tendrán que acostarse media hora antes. No importa de quién sea la culpa o quién haya empezado.

2. Organiza una «Mesa de discusiones»

Si las peleas entre hermanos son un problema constante en casa, pueden considerar implementar una «mesa de discusiones» en la que básicamente se fijará una hora en la noche en la que ambos se sentarán y discutirán. Se sorprenderán de lo rápido que dejarán de discutir, porque se sentirán tontos tratando de pensar en cosas para discutir.

Incluso si ya no tienen nada que decir, haz que permanezcan sentados en la mesa durante media hora. Y hazles saber que si no se pelean durante el día, no tendrán que ir a la mesa de discusiones en la noche. Esto se convertirá en un gran motivador para que los niños eviten las discusiones entre ellos.

3. Deja de arbitrar las peleas de tus hijos

¿Cómo puedes dejar de meterte en medio de las peleas de tus hijos? Mientras no sea una situación de bullying, no juegues a ser el árbitro. No te conviertas en el juez para tratar de decidir quién tiene razón o no. Y tampoco intentes decidir quién es el antagonista. En cambio, lo que puedes decir es: “No se permiten peleas en casa, y estas serán las consecuencias de su comportamiento. Ustedes dos tienen que aprender a mantener su distancia. Y si no están dispuestos a hacer eso, entonces ambos serán responsables de las consecuencias”.

En lo que respecta a las consecuencias, pueden ser los videojuegos, dispositivos electrónicos, teléfonos celulares, cualquier cosa que sea importante para tus hijos. Y lo que puedes cuando pelean es irles quitando el tiempo que tienen permitido usarlos.

4. No dejes lugar para la envidia

Si uno de tus hijos tiene envidia de su hermano, lo mejor será que trates de minimizarlo. No dejes que se transforme en un gran problema. Podrías decir algo como: “Bueno, ya sabes, eso es natural, a veces todos nos sentimos celosos. Puede que a tu hermano le haya ido bien en el fútbol, ​​pero te vi que lograste hacer tu tarea de matemáticas la otra noche, y sé que fue difícil”. Siempre señala las buenas características de tus hijos. Menciona cosas concretas que los hayas visto y escuchado hacer, y hazles saber que valoras sus esfuerzos tanto como los de su hermano o hermana.

A menudo, si un niño actúa con envidia y siente que es una víctima, los padres tienden a prestarle más atención a él, independientemente de si es el hermano que molesta o el que es molestado. Pero realmente esta no es la mejor manera de solucionar las cosas, porque lo que hacen es recompensar esa sensación de victimización.

En lugar de esto, trata de reconocer a todos tus hijos por igual. Cuando ellos reciben elogios de ti, lo que realmente experimentan es tu afecto. Se llama «afecto hipodérmico» y es una forma efectiva de aumentar la confianza de tu hijo al darle muchos cumplidos y decirle cosas positivas. Y cuanto más afecto hipodérmico sienten los niños, menos celosos tienden a ser, porque sienten que están siendo reconocidos y que sus necesidades están siendo satisfechas.

Somos una familia, nos apoyamos mutuamente

Recuerda hablar con tus hijos acerca de cómo se suponen que deben tratarse los hermanos. Debe haber una filosofía general que parta de la base de que: «Somos una familia, tenemos que ayudarnos unos a otros, tenemos que apoyarnos unos a otros«.

Los padres también deben modelar ese comportamiento actuando de manera solidaria. Habla con tus hijos sobre lo que significa la amistad y concéntrate en que tus hijos se ayuden mutuamente.

[mks_toggle title=»Bibliografía:» state=»close «]

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