Frases efectivas para calmar a un niño enfadado

Frases para calmar a un niño enfadado

Un niño enfadado y «berrinchudo» suele ser un estrés para los padres, sin embargo, se debe tener en claro que el niño no está actuando así porque el «es así», sino que está llamando nuestra atención.

Por ello se dice que el enfado de un niño no se resuelve siendo nosotros duros con él, sino al contrario, debemos resolver con amor lo que está roto en él, sin dejar de poner límites, eso está claro.

Frases para clamar a un niño enfadado

A continuación se comparten algunas frases que pueden ser muy útiles para clamar a un niño enfadado.

«No puedo entenderte cuando gritas. ¡Por favor, dilo de nuevo en un tono tranquilo!»

Al final, la frase no significa nada más que «deja de gritar». Sin embargo, el tono de comando rara vez ayuda en esos momentos. Es mucho mejor si les dices tranquilamente a tus hijos que te hablen a un volumen normal.

Esto demuestra que quieres escucharlos y te preocupas por lo que dicen. Gritar de vuelta hace exactamente lo contrario.

«Cuando te calmes, eres bienvenido a venir a mí. Estoy esperando aquí por ti.«

Esto demuestra que estás ahí para tu hijo, ya sea que esté enojado o no se comporte de la manera que tú quieres que lo haga.

«Tienes permitido estar enojado. Pero no quiero que le hagas daño a nadie.»

Si tu hijo arremete o te golpea específicamente a ti o a otras personas en un ataque de ira, es importante que le enseñes que la violencia nunca es una solución. Explícale con calma a tu hijo que esto lastima a otras personas.

«Entiendo que no te guste esto. Desafortunadamente, no hay otra manera ahora.»

La oración muestra que respetas la opinión de tu hijo, pero no hay otra solución en este momento. También esto le demuestra qué, aunque no estés enfadado, le estás mostrando que hay un límite, que aunque esté enfadado, no cambiará.

Entiendo que no te guste esto. ¿Tienes alguna sugerencia sobre cómo podemos hacer esto mejor?

Si los niños son mayores, por supuesto, también puedes pedirles activamente que sugieran soluciones. Esto muestra de nuevo muy claramente que sus sentimientos y opiniones son importantes.

Es importante que los niños tengan límites, que aprendan que mostrar enojo e ira no cambiará las reglas. Que la forma correcta de solucionar algo, es cuando ese estado de ánimo se modifique por uno más neutral y calmo. Esta enseñanza es fundamental para evitar que los niños crezcan «torcidos» o creyendo que si se enojan y muestran su enfado, los demás actuarán como a ellos les favorezca.