De acuerdo al género existen un conjunto de ideas preconcebidas conocidas como estereotipos que reducen los comportamientos de hombres y mujeres a ciertas características que en muchos casos inciden de forma negativa en las relaciones de pareja.
Dentro de las normas establecidas por la sociedad con la finalidad de lograr una convivencia organizada, de cierta manera han surgido los estereotipos, los cuales sirven para atribuir roles o funciones a los individuos.
En qué consisten los estereotipos de género
Los estereotipos de género giran en torno al conjunto de creencias que se tienen a nivel social y que son aceptadas por la mayoría de las personas con respecto a lo que es un hombre y una mujer.
Las concepciones de hombre y mujer se encuentran bien definidas y delimitadas a nivel social, enfocándose en primera instancia en los comportamientos permitidos a cada uno de ellos, así como a la forma en que deben desenvolverse.
Antes del nacimiento, inclusive si los padres tienen información acerca del sexo del bebé, suelen comprar la ropa, los accesorios y colocar colores a la habitación de rosa si se trata de una niña o azul en caso de que sea niño.
La influencia social sobre los estereotipos de género
A medida que las personas van creciendo, desde su proceso de socialización, les van siendo inculcados valores e instrucciones relacionados con el tipo de comportamiento que deben exhibir, aquello que le es permitido y lo que no.
Al niño se le van inculcando las conductas típicas de los hombres, se le alienta a realizar algún tipo de actividad deportiva, a muchos les prohíben llorar o dar amplias demostraciones de sus sentimientos porque le haría mostrarse como una persona débil y eso no es de hombres.
Es impensable que un niño juegue con muñecas, porque ese juguete está diseñado y aprobado por la sociedad solo para las niñas. Las niñas por su parte deben mostrarse delicadas, no participar en actividades o juegos bruscos y así sucesivamente.
La mujer debe mantenerse casta, es una virtud muy valorada en la sociedad mientras que el hombre se consolida en la medida en que más parejas logra conquistar.
Los estereotipos de género, si bien es cierto que son nociones aceptadas y validadas a nivel social, pueden ser la base para el surgimiento de problemáticas en las relaciones de pareja.
Los estereotipos de género y las relaciones de pareja
Por medio de los estereotipos de género se establecen de cierta manera guiones de comportamiento que servirán como guía para que los hombres y las mujeres se desenvuelvan en sociedad.
Esta asignación de roles influye de manera directa en las parejas en cuanto a que en muchas ocasiones conlleva a establecer las funciones respectivas a cada género y contribuye a crear relaciones desiguales.
La desigualdad se presenta en torno a la superioridad del hombre sobre la mujer, cuestión que en la actualidad en muchas culturas goza de gran aceptación.
Los roles impuestos por otra parte, terminan por excluir al hombre de las labores relativas al cuidado y crianza de los hijos, lo cual tiende a crear una barrera a nivel familiar.
Cambios de estereotipos en las sociedades modernas
Ante los cambios radicales que se han experimentado a nivel mundial con la globalización y el surgimiento de la sociedad de la información, los roles de mujeres y hombres han sufrido una transformación.
En muchos hogares por factores económicos y sociales, el hombre ha dejado de ser el único proveedor económico rol que históricamente tenía asignado, el cual ha pasado a compartir con la mujer.
Por ende, se ha experimentado la incorporación de la mujer a la fuerza productiva de forma masiva pero al mismo tiempo la sociedad sigue asignando a esta mujer la función del cuidado de la descendencia.
El hombre, a pesar de que ya no es el único en desempeñar el rol del proveedor, por lo general se mantiene lejos del desempeño de las tareas domésticas, las cuales siguen recayendo sobre la mujer.
El resultado de los cambios mal gestionados que se han dado a nivel de los roles o estereotipos sociales se traduce en el aumento de las estadísticas de divorcios o separaciones a consecuencia de las marcadas desigualdades entre géneros.
Las consecuencias de que la evolución de la sociedad en lo concerniente a los roles o estereotipos de géneros, no se haya dado a la par de los cambios experimentados en el entorno inmediato, causa un gran impacto negativo en las relaciones de pareja.
Existe un desfase entre el avance tecnológico y social ya que no siempre lo socialmente esperado de cada género es posible tras los cambios agigantados que como sociedad se han experimentado.
La mujer, en vista de los nuevos roles adquiridos que le conducen a formar parte de la fuerza productiva, se ve envuelta muchas veces en una sobrecarga de trabajo con la que es difícil lidiar y el hombre en ocasiones puede hallarse perdido al desconocer su lugar dentro de la pareja.
A nivel de cada pareja se requiere de un trabajo mancomunado que establezca nuevas reglas de funcionamiento, en los que se comiencen a compartir los roles para que no recaigan en uno de los miembros de la pareja, como es en el caso actual de la mujer.
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