No se me acabó el amor, sino la paciencia

Una pareja en conflicto que ha perdido la paciencia antes que el amor

Las relaciones de pareja son uno de los vínculos más valiosos e importantes en la vida de las personas. Los lazos que pueden formarse entre las personas de una relación son tan fuertes que llegan a marcar un antes y un después en la vida de ambos individuos. Sin embargo, muchas veces o que se termina no es el amor, sino la paciencia, y esto a consecuencia de que se ha estado resistiendo por algún tiempo determinadas situaciones, las cuales se debieron dialogar y cambiar en su momento.

El camino hacia una relación constructiva

El vínculo que se forma en una relación de pareja puede volverse realmente positivo y beneficioso para las personas; la pareja puede ser un gran apoyo en situaciones nuevas o complicadas, volverse una motivación para emprender nuevos proyectos que beneficien a ambos, potenciar y enriquecer las cualidades espirituales, emocionales y físicas de una persona, etc.

Cuando la relación está basada en el compromiso, la confianza, la empatía y la comunicación, una pareja puede lograr grandes cosas, incluso, lograr un impacto positivo en quienes los rodean.

Sin embargo, es necesario decir que llegar a este punto no es nada fácil. Son muchos los factores que intervienen en la dinámica de una relación, por lo que es un vínculo muy frágil, si no se fortalece, puede romperse fácilmente, lo que se traduce en perder la paciencia, que fue la que contribuyó para soportar una relación poco saludable.

Por desgracia, las posibilidades de que una relación se vuelva algo dañino para los involucrados (relación tóxica) son igual de elevadas que de que sea algo bueno.

Son muchas las parejas que han llegado a herirse gravemente de forma emocional, psicológica y hasta físicamente por no saber cómo proceder ante las situaciones duras que siempre se presentan, perdiendo la paciencia y llegando a perder la confianza antes que el amor. Aun así, siempre existe una salida sana y justa para ambas partes.

En este artículo se presentan algunas de las razones más comunes por las que una pareja llega al punto límite, además de algunos consejos generales para reconstruir el vínculo.

La paciencia se puede terminar antes que el amor

Cada relación es muy distinta, los factores internos y externos que afectan a una pareja no son los mismos que afectan a otra.

Sin embargo, existen algunos motivos que pueden considerarse generales para afectar la salud de una relación de pareja, no solo porque son muy comunes sino, porque están de cierta manera relacionados con los problemas de la sociedad actual.

Aun así, es importante hacer un análisis profundo, tanto de uno mismo como de la pareja, para determinar qué áreas están fallando en lo particular.

Con el objetivo de aclarar la mente respecto a este tema, a continuación, mencionamos algunos de los factores que suelen afectar negativamente las relaciones de pareja:

El egoísmo puede terminar con la paciencia de la otra persona

Esta es una característica muy presente en la sociedad actual. El pensar en sí mismo, valorar los propios sentimientos y buscar el beneficio personal se han vuelto premisas fundamentales en el pensamiento colectivo.

Pensar en uno mismo no es necesariamente malo, de hecho, tener claro el valor de uno como persona y buscar el beneficio propio es una práctica sana y necesaria para el buen vivir. El problema está en hacerlo desmedidamente.

Una persona egoísta antepone las propias necesidades y deseos a los del otro, incluso si eso supone perjuicio para alguien más.

Centra su atención en lo concerniente a sí mismo, perdiendo de vista los sentimientos, necesidades y deseos de la otra persona. Por esto, rige su vida en función de lo que solo él/ella opina o siente y de acuerdo a su absoluta conveniencia.

Esto resulta realmente dañino en una relación de pareja. Cuando dos personas se han comprometido a formar un vínculo amoroso, implícita o explícitamente, adquirieron la responsabilidad de velar por el bienestar y felicidad de la otra persona, incluso si eso supone, en ocasiones, obtener un menor beneficio para sí mismo.

Es importante que ambas personas se sientan atendidas, tomadas en cuenta, escuchadas y queridas, ya que omitir o ignorar las necesidades del otro (sea de forma intencional o no) puede resultar muy hiriente y dañino para la pareja, haciendo la otra persona sienta que el amor está desapareciendo.

Aunque esta característica es común en la mayoría de las personas, resulta muy difícil de admitir.

Por lo general, las personas no están dispuestas a sacrificar sus comodidades o beneficios en favor de otros, la sociedad antepone el ‘’yo’’ al ‘’nosotros’’, lo que hace que las personas se nieguen a dar o hacer cosas de forma desinteresada por alguien más.

Es importante la negociación en la pareja, es necesario dejar en claro qué cosas espera el uno del otro y saber reconocer cuando estos requerimientos no son válidos.

Pensar en el otro demuestra amor, compromiso, dedicación y humildad, además de generar sentimientos positivos y elevar el espíritu de quien se despoja de algo (material o emocional) en favor del ser amado.

Falta de auto-control

Esta es otra de las características que suelen afectar a las parejas y en gran medida se ven determinadas por la dirección de la sociedad actual.

Hoy en día, es poco usual ver personas que se detengan a pensar si sus palabras o actos pueden resultar dañinos para sí mismos o para otras personas.

La sociedad envía un constante discurso de ‘’vivir sin límites’’ o ‘’vivir como si fuera el último día’’ que pone de manifiesto la gran incapacidad de dominar las emociones de los seres humanos. Actualmente, es exaltada la imagen de la persona que se atreve a cualquier cosa.

La impulsividad, la pasión, el arrebato, y el ímpetu son cualidades que, aunque son necesarias en algunos momentos, cuando se usan sin equilibrio, pueden llegar a ser muy peligrosas, causando que la otra persona pierda la paciencia fácilmente.

Aunque no lo parezca, todas nuestras acciones tienen repercusiones futuras o inmediatas que, la mayoría de las veces, afectan a las personas de nuestro entorno y nuestros seres queridos. En una relación de pareja, la falta de prudencia y auto-control puede llegar a ser altamente dañina para ambas partes.

Esto se puede ver reflejado de muchas maneras, administrar mal el dinero, decir palabras hirientes, tener arrebatos de furia, ser infiel, cambiar repentinamente de estado de ánimo, tomar decisiones a la ligera y un largo etcétera.

Todas estas cosas son producidas porque no ponemos en práctica el auto-control y la adecuada gestión de los sentimientos y emociones.

Cuando se habla de auto-control, no se trata de reprimir las emociones y detenerlas para que no salgan, sino de gestionarlas de una forma adecuada, dejándolas fluir de una forma que no dañen a otros ni a uno mismo.

Por otra parte, la prudencia es también fundamental en la relación de pareja. Reflexionar antes de usar ciertas palabras o tomar decisiones, teniendo en cuenta las necesidades y deseos de la otra persona, es esencial para evitar consecuencias negativas.

Es importante recordar que las acciones de hoy tienen repercusiones en el mañana, y al estar en una relación se debe pensar en ambas partes.

La falta de comunicación

Posiblemente esta sea la frase más trillada en el tema de parejas, sin embargo, es totalmente cierta.

Cuando las parejas no se comunican efectivamente, no entienden lo que sucede con el otro, lo que le gusta, le molesta y le hiere, se hace imposible el llegar a acuerdos sanos.

Hablar con la pareja es fundamental. Expresar con palabras lo que le incomoda a uno es el primer paso para resolver los problemas.

Si no lo dices, ¿cómo puede saberlo tu pareja? Nunca se debe dar por sentado que la otra persona sabe algo si no se lo hemos comunicado de forma explícita.

Aunque a veces puede resultar complicado poner los sentimientos y emociones en palabras, intenta hacerlo con metáforas, ejemplos o palabras escuetas, esto puede fomentar la comprensión en la pareja e incluso puede volverse un momento divertido.

Si piensas que la comunicación está tan deteriorada que las discusiones escalan negativamente y demasiado rápido o con demasiada frecuencia, busca la ayuda de un terapeuta de pareja que proporcione herramientas adecuadas y efectivas de comunicación y entendimiento.

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