¿Qué criterios utilizamos para elegir a nuestra pareja? ¿La persona con la que buscamos pasar el resto de nuestras vidas? ¿El futuro padre o la futura madre de nuestros hijos? ¿Y qué papel juegan nuestros padres y la forma en que nos criaron en esta elección? En este artículo trataremos de abordar estas cuestiones, desde un punto de vista psicológico.
El papel de los padres en la psique del niño
Hay una variedad de factores que empujan a una persona a elegir una pareja que, entre otras cosas, obedece a sus diferentes necesidades. Por lo tanto, además de las necesidades sociales, físicas, financieras y el deseo familiar, las necesidades inconscientes del hombre asociadas a su familia paterna (educación de los padres, experiencias de la infancia, etc.) son igualmente importantes y cruciales.
Según la experta, las necesidades específicas, definitivamente inherentes a la elección de pareja, están formadas por la familia de cada niño y por las vivencias de la infancia. Pero, ¿qué entendemos por «necesidades inconscientes»?
Estos son sentimientos, pensamientos y experiencias de todas las personas, desde la infancia y la niñez, hasta sus padres y personas que han jugado un papel importante en su crianza y educación.
Cómo influyen los padres
El niño, desde que nace, escucha y recibe las señales del amor incondicional, pero también la libertad que le da el padre, al mismo tiempo que iniciativas -a medida que crece-, motivación para las responsabilidades personales y, en definitiva, autonomía. Cada uno de los elementos anteriores juega su propio papel en el desarrollo de la personalidad del niño.
Por el amor incondicional de los padres por los hijos entendemos un amor que no espera nada a cambio, que no tiene barreras ni restricciones, que se ofrece generosamente y se expresa en todas las formas, en todos los aspectos de la vida familiar.
Cuando hablamos de libertad en la vida de un niño nos referimos a que lo dejamos crecer sin “no” y “debería”, pero con reglas que permitan escuchar el verdadero deseo y “querer” del niño, y que se observan con flexibilidad y adaptabilidad en las respectivas condiciones de vida de una familia.
El desarrollo de la confianza y la autoestima del niño
Elementos importantes que ayudan al niño en el correcto desarrollo y desarrollo de su personalidad son la iniciativa y la responsabilidad personal de sus actos. Cuando los padres no se apresuran a atrapar a su hijo en cualquiera de sus movimientos o no le muestran constantemente qué y cómo hacer algo, sino que le muestran una confianza especial para hacer las cosas que quiere y puede hacer, entonces el niño se siente cada vez más seguro. para el mismo.
Así es como se construye tanto la confianza en uno mismo como la autoestima. Desde temprana edad, cuando el niño aprende la relación de causa y efecto, se da cuenta de que cada uno de sus movimientos tiene consecuencias para el entorno que lo rodea.
Este conocimiento, en el futuro, se verá enriquecido por la conexión de su comportamiento y las correspondientes consecuencias, y lo hará más maduro y evolutivo en el transcurso de su vida.
Todo lo anterior se complementa con la construcción de la personalidad sana del niño a medida que aprende a ser autónomo e independiente. Esto comienza a una edad temprana, cuando, por ejemplo, los padres dejan que sus hijos se vistan o se sirvan solos, tengan su propio espacio y cosas.
Elegir un compañero de vida
Todo lo anterior ayuda a entender cómo la crianza, y la actitud general de los padres hacia la crianza de los hijos, incide en cierta medida en el criterio del adulto para la elección final de pareja.
Una persona que se siente emocionalmente completa y autónoma, busca una pareja que le lleve un paso más allá en su vida. Los dos socios, a través de su relación única, evolucionarán como personas, cónyuges y padres.
De lo contrario, una persona con carencias afectivas de su propia familia tenderá a buscar a alguien que satisfaga sus necesidades afectivas pasadas, lo que redundará en la ansiosa búsqueda de ‘segundos padres’ en lugar de una auténtica relación marital.
En definitiva, uno de los elementos más intrigantes para una elección de pareja exitosa es la plenitud emocional del individuo y la buena imagen de los padres como pareja a los ojos del niño. Los padres son los que van a preparar una buena independencia de sus hijos, a fin de preparar una buena vida conyugal del niño como adulto.
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