El final de un matrimonio generalmente implica una variedad de emociones, que incluyen ira, tristeza, ansiedad y miedo. A veces, estos sentimientos pueden surgir cuando menos los esperas. Esta situación es normal y, con el tiempo, la intensidad de estas emociones disminuirá. Tu prioridad en esta situación es hacer lo posible para que sea un divorcio saludable.
Mientras tanto, sé amable contigo mismo. Los investigadores han descubierto que las personas que son amables y compasivas consigo mismas pueden manejar más fácilmente las dificultades diarias de un divorcio.
Trata de no hacer que el divorcio se vuelva una batalla
Si quieres separarte lo más suavemente posible, tratar de trabajar con tu pareja para lograr un divorcio saludable es esencial. Ya que es probable que los problemas que contribuyeron al divorcio reaparezcan durante las negociaciones del divorcio.
Las investigaciones muestran que la mediación de un especialista puede ser beneficiosa para la satisfacción emocional, las relaciones maritales y las necesidades de los niños. Sentarse y hablar con tu pareja puede ser lo último que quieres hacer, pero trabajar juntos y comunicarse hace que el divorcio sea más saludable para todos los involucrados. Además, hablar con tu psicólogo puede ayudarte a tomar decisiones coordinadas con el mínimo de controversia.
Cómo tratar con los niños
El divorcio puede ser una experiencia traumática para los niños, pero investigaciones muestran que la mayoría de los niños se adaptan bien dentro de los dos años posteriores al divorcio. Por otro lado, los niños a menudo enfrentan más problemas cuando sus padres permanecen en matrimonios muy conflictivos o en matrimonios donde no hay expresión de emociones.
Durante un divorcio, los padres pueden hacer mucho para facilitar la transición del niño. Haz todo lo posible para mantener cualquier conflicto fuera del alcance de los niños. Los conflictos parentales aumentan el riesgo de que los niños tengan problemas psicológicos y sociales.
Es necesario que los padres divorciados elaboren un plan y lo presenten juntos a sus hijos. Es muy importante mantener abiertas las líneas de comunicación. Los niños se benefician de una discusión honesta sobre los cambios que enfrenta su familia.
En muchos casos, los cambios repentinos pueden resultar difíciles para los niños. Avísales con algunas semanas de anticipación (al menos un mes) antes de trasladarlos a una nueva casa o antes de que uno de los padres se vaya.
Ayuda de un especialista para asegurar un divorcio saludable
Busca ayuda de un psicólogo… El divorcio es un momento difícil para toda la familia. Los cónyuges divorciados y sus hijos pueden beneficiarse de hablar con un psicólogo para poder lidiar con sus sentimientos y adaptarse al cambio.
Los psicólogos también pueden ayudarte a pensar detenidamente sobre lo que salió mal en tu matrimonio para evitar que se repitan patrones negativos en tu próxima relación.
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