Epicureísmo en nuestros días | El arte de vivir sin tener

epicureísmo y la filosofía de priorizar el placer

El epicureísmo es una corriente filosófica que puede ayudarnos hoy día a encontrar un balance en nuestra vida y vivir placenteramente.

Según la doctrina filosófica del epicureísmo, el placer es el principal fin al cual se debe aspirar, pies, es el mayor bien supremo. Pero, ¿cómo alcanzar esto hoy día?

Claramente, Epícuro de Samos, el fundador del epicureísmo, no se refería al placer desenfrenado de la vida, sino a la tranquilidad, la templanza, el autodominio, y al placer que se encuentra en las cosas simples.

¿Cuántas personas no afanan día a día por acumular grandes riquezas, tesoros, dinero, joyas, valiosas obras de arte, entre otras?, pero, ¿qué queda al final de todo esto si la vida no es bien vivida?

Epicuro vivió una vida tan sencilla que, cansado de la gran Academia fundada por Platón, se dedicó a impartir sus enseñanzas en un jardín. Es por ello que a estos filósofos se les llamó “los filósofos del jardín”, pues, en medio de la naturaleza eran repartidos los conocimientos.

El epicureísmo hoy día

Esta forma de llevar la vida puede ser útil hoy día, pues, el ser humano se encuentra inmerso en una cotidianidad llena de preocupaciones, padecimientos o sucesos inesperados y terribles. Pero, el epicureísmo puede ser una medicina en la actualidad para que el alma encuentre alivio.

Estas preocupaciones no son nuevas, obviamente, así como tampoco lo son el deseo por encontrarles solución. De hecho, el epicureísmo fue una escuela helenística que apareció en el siglo IV a.C cuando muchos pensadores se preguntaban sobre la mejor forma para alcanzar la felicidad.

Pero, este deseo por encontrar la felicidad no se trataba de un libertinaje. Al contrario, estaba anclado a las ideas morales que se tenían en el momento. Así, frente a todas las dificultades y sufrimientos de la vida, los epicúreos trataron de encontrar la mejor manera de sobrellevarlos.

Postulados del epicureísmo

¿Cuáles fueron los postulados o cuál fue la receta infalible para encontrar el sosiego y la tranquilidad del alma según esta escuela?

A continuación, te presentamos algunos de sus remedios infalibles para sentir paz en el alma.

Una vida con placer

Una vida con placer, que no es libertinaje como ya se ha enfatizado, se caracteriza por lo siguiente:

  1. Tener contacto seguido con las buenas amistades: porque un verdadero amigo siempre acompaña en los peores momentos y con ellos se puede encontrar deleite. Nada como una buena compañía.
  2. Llevar la vida con moderación: sin excesos, sino más bien de forma equilibrada.
  3. Hacer cosas relevantes: o que tengan un significado para la vida. No se vale vivir como una hoja arrastrada por el viento, sino que cada trabajo que se realice tenga un sentido.
  4. Cultivar la calma mental: y espiritual. Es por ello que los excesos quedan excluidos, así como los conflictos.

Esta receta, tal como se aprecia, es bastante sencilla y de fácil aplicación. Algunas veces, también es necesario, para moderar los placeres, decantarse por aquellos que son más sencillos y dejar de último aquellos que serán más placenteros, pero que requieren sacrificios.

El placer y el sufrimiento

El sufrimiento es un hecho que siempre podría estar presente en la vida de muchas personas, pero, de lo que se trata es de saber sobrellevarlo, con coraje y templanza.

Además, la persona siempre debe escoger aquello que le proporcione placer, entendido en el sentido de bienestar, a diferencia de las grandes emociones que le puedan traer sufrimientos.

Epicuro entiende el placer como la calma del alma y la satisfacción de las necesidades básicas del alma. Este es un modo de vivir que se puede aplicar hoy día, cuando muchos buscan las ostentosidades, pues, lo más sencillo puede terminar siendo lo más sublime.

El placer al que se refiere Epicuro tampoco está relacionado con la sexualidad, y esta aclaratoria es necesaria. El placer para este autor helenístico tiene que ver con la sencillez, con disfrutar el poder respirar el aire del campo o degustar un delicioso sabor, un aroma, entre otros.

De igual modo, hay placeres que están asociados con el alma, o que son de índole espiritual, tal como disfrutar de una pieza musical o leer una gran obra literaria.

Para Epicuro, hay varios placeres, por ejemplo:

  • Los placeres naturales que son necesarios: que es el abrigo, poder alimentarse y tener seguridad. Estos son de fácil satisfacción.
  • Los placeres naturales que no son necesarios: tales como las conversaciones agradables.
  • Los placeres que no son necesarios ni naturales: entre los que se encuentra la búsqueda de la fama, el prestigio, el dinero y el poder.

Los mejores placeres, y aquellos a los que el hombre debe aspirar, son los placeres espirituales, aquellos en los que no pierde su vida buscando cosas innecesarias, sino que permiten que cultive su alma y encuentre la mayor tranquilidad posible, es decir, ese estado del alma que los epicúreos denominaban ataraxia.

Bibliografía:
  1. Gérvas, J., Pérez Fernández, M., & Gutiérrez Parres, B. (2009). Consultas sagradas: serenidad en el apresuramiento [Sacred encounters: serenity in haste]. Atencion primaria, 41(1), 41–44. https://doi.org/10.1016/j.aprim.2008.05.005