«En cuerpo y alma» es una película húngara sobre esa zona bien escondida dentro de nosotros, en la que anidan nuestras expectativas y nuestros sueños.
¿Qué posibilidades hay de que dos personas sueñen lo mismo todas las noches? Con esta pregunta poética, Ildikó Enyedi y sus actores intentan acercarse a las dificultades emocionales y los miedos al contacto de la gente moderna.
Breve introducción a la trama
Los protagonistas de la historia trabajan en un matadero de animales en Budapest. Ambos son profundamente introvertidos y solitarios, por diferentes razones y de diferentes maneras cada uno. Endre es un hombre de mediana edad con una discapacidad en el brazo izquierdo, de quien se siente visiblemente avergonzado, realmente frustrado y cansado de la vida y sus componentes.
María, mucho más joven que él, es una joven estricta y distante, con comportamientos compulsivos e importantes dificultades emocionales (probablemente en el espectro del autismo), que ama la limpieza, el orden y la precisión. Cuando descubren accidentalmente que están teniendo el mismo sueño, con dos ciervos y su aproximación paulatina a un bosque nevado, intentan superar su vergüenza y acercarse. Pero en realidad, este es un camino difícil.
Una historia de amor detrás de los contrastes
Enyedi se apoya en múltiples contrastes (hombre-mujer, cuerpo-espíritu, sueño-realidad, discapacidad físico-mental, ternura-brutalidad) para crear una historia de amor inesperada, entre dos personas vacilantes, que temen la intimidad, física o emocional.
El enfoque frágil y etéreo del ciervo a la dimensión onírica contrasta con el contacto rígido y caprichoso de los dos a nivel realista. Su soledad encuentra escape en las imágenes líricas de sus sueños, donde los procesos mentales y las emociones fluyen sin esfuerzo, sin las preocupaciones de la conciencia.
Según Enyedi «En sueños es prácticamente imposible erigir muros de corrección política, ya que dejamos de pensar conscientemente y experimentamos nuestras emociones en su totalidad. Por eso la noche y los sueños actúan como el refugio inconsciente que buscamos para liberarnos.«
El tema del inconsciente colectivo
Carl Jung, una de las inspiraciones de Enyedi, afirma en su teoría del inconsciente colectivo que los sueños y las fantasías no son solo expresiones de deseos y miedos reprimidos, o experiencias personales, sino una función de nuestra conexión con el mundo., Nuestra relación con algo exterior, y más allá de nosotros.
El inconsciente colectivo trabaja de manera protectora, tratando de restaurar el equilibrio mental y despertarnos a la inactividad mental. Los protagonistas de la película luchan por afrontar exactamente esta inercia y el pragmatismo de su vida y psique cotidianas. Su incapacidad para la comunicación y el contacto humanos, que encuentra un escape en la ensoñación.
La idea de que los sueños tienen un peso semántico y habilidades curativas es una idea que algunos adoptan y otros no. Algunos enfoques psicoterapéuticos trabajan con derivados de los sueños en busca de explicaciones, otros se contentan con su aleatoriedad. La directora aquí no se opone a esto, solo plantea inquietudes y nos pregunta seriamente en un contexto de realismo mágico: ¿la psicoterapia finalmente tiene respuestas para todo?
El sueño y su capacidad para conectar más allá de lo físico
En este contexto, utiliza el sueño como lugar de conexión entre las personas y crea un cuento de hadas romántico y moderno, rico pero para nada arrogante, una oda a la paradoja y la sensibilidad.
Con estados emocionales marginales dados con humor y sinceridad, con tomas líricas de ciervos en el bosque que se quedan en la mente durante mucho tiempo, y un característico romance estéril de dos personas que simplemente no saben cómo acercarse, la película se vuelve un hacer la vista gorda ante la introversión y la comunicación moderna y se acerca con sensibilidad a las dificultades mentales de las personas, recordándonos que sí, la realidad puede ser dura y solitaria, como un frío matadero húngaro, pero es importante encontrar los motivos y razones para exorcizarnos los miedos y movernos.
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