El frasco de la calma de María Montessori para padres y niños

Frasco de la calma montessori

El frasco de la calma es una metodología que ha probado su efectividad, cuando se aplica en los niños que están pasando por un momento de exacerbación (o inclusive sus padres) y tiene dificultades para contener su enojo.

A través del frasco de la calma es posible reducir significativamente los niveles de estrés en los niños, evitando en estas manifestaciones, reacciones negativas como la ira o la rabia; o que expresen sus emociones de forma violenta.

Origenes del frasco de la calma

Esta herramienta se basa en las enseñanzas del método Montessori de Educación, desarrollado a principios de 1900 por Maria Montessori para educar a los niños pobres en su ciudad natal en Italia. Fue probado por más de 100 años, teniendo éxito en diversas culturas alrededor del mundo.

La necesidad de encausar las presiones de los niños

Los niños no escapan a las presiones que ejerce la sociedad sobre el resto del mundo y sus reacciones ante ésta; no es muy distinta a la de los adultos en realidad.

Por eso, cada día es más frecuente observar actitudes violentas e iracundas entre los más jóvenes.

Este tipo de conducta no debe ser admitida ni tolerada por los padres o representantes, por lo que es de suma necesidad lograr desactivarla con prontitud.

Para ello, tenemos la disponibilidad de acceder a metodologías como el frasco de la calma; para apoyarnos en ella.

Lineamiento para utilizar el frasco de la calma

Cuando se va a recurrir a la utilización del frasco de la calma, debe entenderse que el mismo no debe aplicarse como una imposición.

Si el niño está alterado y la pretensión es que se calme, ordenarle que centre su atención en el frasco no servirá de mucho.

El niño debe entender la necesidad que tiene de calmarse y debe aceptar el frasco de la calma, como una forma voluntaria de lograrlo.

Aunque en el fondo, si nuestra meta es que los niños controlen sus emociones, deben percibir que los adultos ya lo podemos hacer.

Predicar con el ejemplo

Los hijos muchas veces son el reflejo de los padres en muchos aspectos.

Por eso, el tener un frasco tanto para la madre como para el padre, redundará en una buena estrategia el optar por utilizarlo; cuando estos se encuentren estresados y así poder volver a retomar la calma.

Los niños podrán observar que cuando se pone de manifiesto algún tipo de emoción intensa, los padres hacen una pausa y buscan el apoyo del frasco de la calma para volver a centrarse.

Esto les  enseñará una forma de control emocional, que le será de utilidad por el resto de sus vidas, sin duda alguna.

¿Cómo se aplica la técnica del frasco de la calma?

El método del frasco de la calma es un método que está especialmente dirigido a los padres, para que ellos lo puedan utilizar en los niños cuya edad esté entre los dos años y un poco más de edad.

El objetivo final del frasco es lograr disminuir los niveles de ansiedad y los de estrés, calmando un poco los nervios tanto en la figura paternal como en los niños; a través de la concentración en los suaves movimientos del interior del frasco.

Es de suma importancia que el frasco se encuentre muy bien sellado,  para que el mismo no pueda abrirse en ninguna circunstancia; ya que algunos de los materiales que se encuentran en su interior pueden resultar tóxicos.

De igual forma es necesario explicarle al niño en un tono cordial y amistoso, las instrucciones necesarias relacionadas con el modo de respirar para poder relajarse; y que así vaya aprendiendo a controlar sus emociones y a despejar su mente.

Tú puedes elaborar un frasco de la calma

Es una actividad que puedes realizar con los niños, para irlos familiarizando con el instrumento mientras le platicas en referencia a su funcionalidad y el objeto del mismo.

Para construirlo, debes seguir los siguientes pasos:

  • Consigue un frasco de vidrio resistente (aunque también serviría uno de plástico transparente para eliminar el riesgo de que se pueda quebrar).
  • Procede a llenarlo mezclando: Agua tibia, algo de brillantina, pegamento líquido transparente o un poco glicerina.
  • Si es de tu preferencia, puedes agregarles algunas gotas de colorante así como otros elementos que reflejen la luz y resistan el agua, como es el caso de las lentejuelas.
  • Procede ahora a mezclar muy bien todos los elementos y a sellar la tapa.
  • Para poder utilizarlo, debes revolver el contenido y observar como las brillantinas se agitan dentro del frasco, lo que resulta muy relajante al mirarlas mientras estas bajan.