Ejercicio psicológico para aceptar tus defectos

Ejercicio para aceptarse a uno mismo

Aceptar nuestros defectos es un principio básico para reconocernos como seres humanos con posibilidades de cambio y también con sus propias limitaciones, como las tienen todas las demás personas. 

Existe hoy en día una clara disposición en nuestras mentes, de querer que todos nos vean con buenos ojos y a no ser el blanco de miradas burlonas ni de comentarios de mal gusto relacionados con nuestro aspecto físico o emocional.

De hecho, hay inclusive personas que se angustian por no poder adaptarse a los estándares que gran parte de la sociedad establece, como los correctos, en cuanto a la apariencia exterior o forma de ser de las personas se refiere.

Capítulo aparte son las consecuencias que esta absurda manera de valorar a las personas, trae a aquellas que son un poco más susceptibles y que no tienen algún tipo de defensa emocional que les permita lidiar con tan incómoda situación.

De hecho, las redes sociales se encuentran abarrotadas de imágenes que pregonan la importancia de lucir un cuerpo perfecto; desdibujando de esa manera la apreciación de lo que sí es importante que sea valorado en una persona.

¿Cómo se puede lidiar con esta situación?

 Lo que nos caracteriza como seres humanos es que somos seres emocionales, pero pensantes a la vez. Para bien o para mal, las emociones juegan un papel importante en nuestras vidas y con ellas tenemos que entendernos si queremos llegar a aceptarnos y querernos nosotros mismos.

Por una parte es entendible que nos afecte la opinión que otros tengan sobre nosotros, sobre todo si no son las que queremos o nos gustaría oír.

Es decir, en el fondo subyace un problema de autoestima o de aceptación.

Una vez que hemos logrado llegar a esta conclusión, ya tenemos la mitad de la partida asegurada. Solo resta buscar la manera de aceptarnos nosotros mismos, con todos los defectos o imperfecciones que podamos tener. Al fin y al cabo, se trata de aceptarnos a nosotros mismos.

Aceptar nuestros defectos puede ser una tarea compleja, sin embargo, es una labor muy necesaria para poder crecer y sentirnos seguros, este ejercicio psicológico te ayudará a encontrar los mecanismos para evaluar de otra manera tus inseguridades y poder sopesarlas para poder aceptarte.

¿Qué debo hacer para lograr aceptarme?

Para que logres aceptarte y dejar de darle tanta importancia a la opinión de los demás, debes hacer un sencillo ejercicio psicológico que cuenta de tres pasos; de la manera que se describe a continuación:

1. Hazte una autoevaluación objetiva

El primer paso es hacerte una auto evaluación y reconocer en ella cuáles consideras que son tus principales defectos, virtudes o carencias.

Una vez que los hayas identificado, procede a escribirlos todos sin importar qué tan larga pueda resultar la lista.

Ahora haz un círculo a los más significativos y concéntrate en ellos.

Pregúntate: ¿Por qué aparecen? ¿Las cualidades las tienes o las deseas?, ¿Es la sociedad quien te dicta el modo que eres o que no eres?  ¿Alguien influyó en ti para determinar que eso es un defecto y tú se lo creíste?

2. Racionaliza los resultados de la evaluación

Ahora debes hacerte las siguientes preguntas:

 ¿Qué tan cierto es ese defecto?, ¿Es realmente tan malo tenerlo?, y si así resulta ser, ¿Puede ese defecto anular el resto de mis virtudes?

Debes tener en cuenta a la hora que te respondas estas preguntas, que lo que nos hace ser lo que somos es la suma de todo lo que consideramos: defectos, virtudes, habilidades, preferencias y en fin; todos aquellos aspectos que nos individualizan como personas.

Las personas que te critican, no son perfectas y tienen sus propios defectos aunque probablemente sean de otra naturaleza, o no tan evidentes que permitan que otros los juzguen.

Seguramente también compartan contigo algunas inseguridades, ya que la perfección es una utopía, que está negada a los seres humanos por su naturaleza.

3. Acepta tus defectos y búscales el lado positivo

Una vez hayas finalizado el segundo paso, debes proceder a colocarte en frente del espejo y prestar atención al defecto que más te moleste; y ahora decir: ¡tengo este defecto como el resto de las personas tienen los suyos, lo acepto y no me causa ningún problema el admitirlo!

Esta actividad la debes practicar a diario, concentrándote cada día en un defecto distinto y haciendo la misma rutina de aceptación.

Debes tomar en cuenta que no debes encasillarte solamente en tus defectos físicos, los emocionales, también pueden ser sometidos al mismo ejercicio.

Por último, vas a iniciar una frase con las palabras «aunque tengo (menciona el defecto)»… sin embargo… es decir, busca ahora la parte positiva del defecto y termina con ella la frase.

Ten siempre en mente el hecho de que en la medida que tú te aceptes, las demás personas carecerán de herramientas para hacerte sentir mal.