5 diferencias entre terapia y hablar con un amigo

Diferencia entre hablar con un amigo y una terapia psicológica

Hablar con un amigo de confianza o alguien cercano a tu familia puede ser una muy buena fuente de apoyo, además de que es una opción gratuita. No es algo sorprendente que las relaciones positivas y de confianza con nuestros seres queridos y amigos sean clave para nuestro bienestar.

Sin embargo, hay momentos en nuestras vidas en que, por muchas razones, vale la pena buscar ayuda profesional. Cuando no entendemos completamente qué es la terapia y que hay al menos varios tipos de ellas, es fácil suponer que no puede ser más beneficiosa que simplemente hablar con un amigo y buscar apoyo con alguien cercano.

Pero lamentablemente eso no es correcto. Llevar una forma de terapia, que seleccionada de manera adecuada, para ayudarnos a hacer frente a nuestros problemas puede cambiar drásticamente la calidad de nuestras vidas, darle rumbo y profundidad nuestras vidas, e impulsar nuestro propio potencial.

Tanto las amistades como la terapia son invaluables y únicas a su manera, pero hay algunas diferencias entre ellas.

Diferencias entre terapia y hablar con un amigo

Descubre algunas de las diferencias notables entre visitar a un terapeuta y hablar con un amigo, y por qué ambas formas de encontrar apoyo pueden trabajar en conjunto, y de ningún modo una suplantar a la otra.

1. La terapia es confidencial y la conversación con un amigo no lo es

Existe la creencia de que siempre puedes contarle todo a un amigo. Y si funciona en algún porcentaje y tu secreto, o el problema o dilema específico con el que está luchando no se transmitirá, entonces durante la terapia, está 100% seguro de que lo que está hablando con el terapeuta nunca será repetido a cualquiera.

2. El terapeuta está especializado para tratarte

El terapeuta cuenta con capacitación especializada, incluida la preparación para escuchar sin juzgar ni molestar, y los amigo no.

El terapeuta está entrenado para escuchar abiertamente y no molestar al paciente. Él nunca te pondrá palabras en tu boca ni se lanzará a conclusiones sobre a qué te refieres. No minimizará ni exagerará demasiado tu experiencia. El terapeuta es neutral y objetivo, y no aceptará sin razón alguna la postura de tu madre o esposo, por decir un ejemplo, ya que no está involucrado emocionalmente. 

Un amigo, por otro lado, es más probable que ofrezca sus opiniones y consejos, incluso si no los solicitas en ese momento. Además, los terapeutas tienen años de capacitación y conocimiento avanzado sobre el comportamiento humano, la dinámica de las relaciones y las intervenciones efectivas. 

Es innegable que los amigos quieren tu bienestar, pero generalmente no buscan que cambies demasiado, ya que los cambios que hagas afectarán tu relación con ellos. Un buen terapeuta te ayudará a identificar áreas de oportunidad.

3. Un amigo no tiene la obligación de hacerte sesiones semanales

La terapia generalmente se lleva a cabo en un día específico a una hora específica en el consultorio del terapeuta. Cuando estás recibiendo apoyo de un amigo, tienes que ser más flexible porque hay más factores a considerar, como la disponibilidad de la otra persona. 

Entrar en una relación terapéutica, implica el compromiso de tener reuniones regulares, durante las cuales tú y el terapeuta se toman el tiempo para profundizar en tus necesidades. No tienes que preocuparte de sentir que hablas demasiado porque la sesión tiene una duración determinada (las sesiones duran entre 45 y 50 minutos), con un comienzo y un final claros. 

Gracias a las sesiones regulares, sabes que si hay algo que no has mencionado, podrás terminar el tema la próxima semana. El terapeuta también puede ofrecerte algunos ejercicios para hacer en casa y puedes compartir tus resultados durante la próxima sesión.

4. La relación terapéutica tiene límites claros y la conversación con un amigo no

Además del hecho de que la terapia tiene límites de tiempo, también hay límites éticos con respecto a la relación terapeuta-paciente, los conflictos de intereses o el uso del contacto físico en la terapia. El terapeuta también está obligado a cumplir con el código profesional y ciertos límites y obligaciones del terapeuta contenidos en él deben ser comunicados a sus clientes al comienzo de la terapia. 

Algunos ejemplos de esto incluyen la «obligación de alertar» al cliente cuando puede considerase una amenaza para la vida de alguien, y la obligación del terapeuta de informar esto a las autoridades correspondientes.

5. El terapeuta cuestionará lo que dices o haces

Algunas personas suponen que los terapeutas se limitan a ayudarte a aceptar y confirmar tus pensamientos, sentimientos y comportamientos, es decir, algo que un amigo puede hacer por ti de forma gratuita. Sin embargo, los terapeutas son objetivos y buscan desafiar tu pensamiento actual para que puedas encontrar nuevas formas de mejorar tu vida. 

Un terapeuta no dejará pasar ni apoyará ninguno de tus comportamientos incorrectos o inadaptados. Esto puede hacerte sentir irritable o inseguro, pero a veces eso es precisamente lo que necesitas para cambiar tu pensamiento negativo y hacerte reconsiderar comportamientos que no te traerán nada bueno.

 Algunas personas evitan recibir ayuda profesional que podría ofrecerles puntos de vista y formas de vida alternativas, y prefieren quejarse todo el tiempo sobre sus problemas con sus amigos.