Cuando las mujeres son madres de su pareja

Cuando la madre cuida a su pareja

Los terapeutas de pareja han observado que cada vez más mujeres se preocupan demasiado por su pareja. Comportarse como una madre de la pareja puede convertirse en un asesino de relaciones.

Prepararle la ropa a su pareja por la mañana, hacer sus citas con el dentista y urólogo, ajustar y controlar su dieta, medir su fiebre, comprar sus medicamentos, etc. – Los terapeutas de pareja han observado un aumento de este fenómeno en el que las mujeres tratan a su pareja como si fueran un niño menor de edad. Claro, algunos hombres disfrutan de ser mimados, al menos durante un tiempo, pero a la larga, la maternidad constante puede amenazar la asociación de pareja.

¿Por qué algunas veces las mujeres son mamás para sus parejas?

Las razones de esto son individuales para cada caso. Las raíces pueden estar, por un lado, en la infancia: los padres también presentaron esta división de sus roles, o el matrimonio de los padres estaba determinado por la indiferencia, y por eso la mujer busca lo contrario, que sería ocuparse totalmente de su pareja y darle atención.

Pero también puede haber un miedo a la pérdida, así como una autoestima exagerada o perfeccionismo. Los hombres pueden sentirse motivados a estar en la relación porque quieren sentirse cómodos y quedarse en el papel del niño, sin estar seguros de si están haciendo las cosas bien, lo cual sucede porque no han aprendido a sobrellevar sus propias responsabilidades.

Detrás de esta maternidad suele estar el deseo de apoyo y seguridad

Tradicionalmente, muchas mujeres tienen más probabilidades de asumir la responsabilidad en la cocinar, limpieza de la casa, y el cuidado de la familia, mientras que el hombre muestra su lado infantil y juega con los niños o juega con sus amigos. La educación que hayan recibido contribuye mucho a esta actitud.

El comienzo de la maternidad es insidioso

Muchas parejas caen en estos comportamientos, porque ninguno se da cuenta exactamente del momento en que la maternidad empieza a tomar control de la relación.

A veces lo pueden sospechar, mientras coquetean y juegan de manera infantil y encuentran dulce la incomodidad de la pareja. La maternidad, sin embargo, empieza más tarde en la relación: al principio la mujer solo se dedicaba a cuidar de su pareja porque quería mostrarle su amor.

Pero a medida que pasa el tiempo, los roles cambian cada vez más, la relación pierde su equivalencia, y el hombre se degrada gradualmente y se vuelve dependiente, por lo que ya no puede hacer frente a sus responsabilidades sin la mujer.

La maternidad puede acabar con una relación

Tiempo después, cuando la pareja ya no puede ni siquiera verse a los ojos y surgen sentimientos de dependencia, la relación se ve sacudida violentamente. La tensión sexual disminuye, y ya no se sienten amantes. Ella se siente explotada, él se siente condescendiente; ambos están decepcionados y se pierde el respeto mutuo.

Para que esta maternidad no rompa la relación, ambos deben considerar ayuda profesional en forma de asesoramiento o terapia de pareja. Allí podrán explorar cómo surgió en primer lugar, cuáles son los antecedentes de la maternidad, cómo pueden trabajar en sí mismos y cómo encuentran el camino de regreso a una relación plena.