¿Cómo determinar que un niño necesita la ayuda de un psicólogo?

Niña en terapia con un psicólogo

Vale la pena pensar en visitar a un psicólogo cuando los padres se enfrentan a la incontrolabilidad de su hijo o cuando el comportamiento del niño es muy diferente al comportamiento de sus compañeros.

Los padres pueden verse perturbados por reacciones emocionales inapropiadas del niño, que no pueden afrontar por sí mismos. Los educadores o maestros que notan síntomas alarmantes en un niño pueden recomendar una consulta con un psicólogo infantil a sus padres.

Reconocer los problemas de forma oportuna

Si, con todos los esfuerzos de los padres, los problemas del niño no se resuelven, es muy importante no hacer la vista gorda ante esto y no darse por vencido, sino reconocer la presencia de dificultades de manera oportuna y contactar a un especialista.

A menudo, los padres se niegan a visitar a un psicólogo infantil debido a sus propios miedos y vergüenza (miedo a «lavar la ropa sucia en público«, contar a un extraño a los asuntos familiares, miedo a admitir que uno es un «mal» padre que no puede hacer frente a la crianza, y ser condenado por ello, temor a que le diagnostiquen un trastorno mental, un “diagnóstico terrible”, etc.).

Los temores de los padres se basan principalmente en la falta de conciencia del trabajo de un psicólogo infantil. Los padres deben ser conscientes de que el trabajo de un psicólogo infantil profesional se basa en los principios de ética, confidencialidad, competencia y responsabilidad, así como en la preocupación por el bienestar del cliente.

Psiquiatra y psicólogo: ¿cuáles son las diferencias?

Un psiquiatra es un especialista con una educación médica superior que se dedica al diagnóstico y tratamiento de trastornos mentales graves. El psiquiatra usa medicamentos en terapia.

Un psicólogo es un especialista con una educación psicológica superior, no es un médico, por lo tanto, no tiene derecho a recetar medicamentos. El psicólogo identifica los problemas del desarrollo normal del niño y los corrige con la ayuda de métodos pedagógicos y psicológicos.

Un psicólogo clínico trabaja tanto con dificultades psicológicas que surgieron durante el desarrollo natural de un niño como con trastornos mentales graves (autismo infantil, psicopatía, hiperactividad, retraso mental, trastorno por déficit de atención, etc.).

¿Qué problemas se dirigen con mayor frecuencia a un psicólogo infantil?

El psicólogo generalmente trabaja con los siguientes problemas emocionales y de comportamiento en un niño:

  • Neurosis, agresión desmotivada, miedos, ansiedad;
  • conflictos del niño en la familia – con padres, hermanos, parientes mayores;
  • problemas en la comunicación con compañeros, profesores;
  • falta de motivación, deterioro cognitivo, problemas con el rendimiento académico;
  • dificultades de adaptación en un grupo (jardín de infantes, sección, escuela);

Crisis de niños y adolescentes

Se requiere una visita a un psicólogo infantil si existe una sospecha de trastornos graves en el desarrollo mental del niño (autismo infantil, comportamiento desviado, retraso mental, etc.).

Los padres que están interesados ​​en la salud psicológica y el desarrollo del niño, que necesitan un asesoramiento competente sobre educación, también recurren a un psicólogo infantil.

A menudo, los padres acuden a una cita preventiva con un psicólogo infantil para asegurarse de que su hijo se esté desarrollando normalmente.

¿En qué casos es necesario acudir a un psicólogo?

Como padre, debe estar alerta sobre los siguientes síntomas en su hijo:

  • Problemas con el rendimiento académico en el jardín de infantes o la escuela (especialmente si los educadores y maestros llaman su atención regularmente sobre esto);
  • comportamiento agresivo y cruel hacia mascotas, miembros de la familia y compañeros;
  • miedos, ataques de pánico, reacciones emocionales «extrañas»;
  • Dificultades para comunicarse con los compañeros, comportamiento muy diferente al de otros niños.

¿Cómo preparar a un niño para una visita a un psicólogo?

Una visita a un psicólogo no requiere una formación especial. Debe informar al niño con anticipación que irá al médico, pero no se realizarán procedimientos dolorosos allí. Es importante que el niño se sienta seguro, no sienta hambre, cansancio o malestar, es necesario, si es posible, eliminar el estrés en la víspera de la consulta. No es deseable ir a una cita en la víspera del sueño diurno o nocturno de un niño; es mejor elegir el momento de su máxima actividad.

¿Cómo transcurre la consulta con un psicólogo infantil?

Al hablar con los padres, el especialista descubre las razones que los llevaron a acudir a un psicólogo, aclara las características de las manifestaciones conductuales o emocionales del niño; luego realiza pruebas de diagnóstico del pequeño paciente, sobre la base de las cuales llega a una conclusión sobre la necesidad de psicocorrección.

El diagnóstico es la etapa más importante en el trabajo de un psicólogo

Comienza en el momento en que el niño entra a la oficina: exactamente cómo entró, qué dijo e hizo, cómo se acomodó en la habitación, cómo se comporta mientras su madre (u otro adulto que lo trajo) habla con un psicólogo.

Luego, el diagnóstico continúa con la ayuda de técnicas psicológicas. Se trata de una conversación con un paciente pequeño, pruebas, cuestionarios, juegos especiales, ejercicios, etc. En esta etapa, el psicólogo determina las cualidades emocionales y personales del niño, el nivel de su desarrollo y también examina el estado mental superior. Funciones, como el pensamiento, la atención, la memoria, el habla, la percepción, etc.

En el curso del diagnóstico, el psicólogo aclara a los padres la naturaleza de su relación con el niño: qué estilo de crianza se adopta en la familia, cuál es el modo de trabajo y descanso, cuánto tiempo y cómo los padres están involucrados en el niño, etc. Esta información también se tiene en cuenta al determinar el método de posible corrección (por ejemplo, la hiperactividad de un niño puede ser causada no por trastornos mentales, sino por una falta de atención por parte de los padres).

Una vez recopilada toda la información, el psicólogo expresa su visión profesional del problema, comenta las conclusiones obtenidas durante el diagnóstico, si es necesario, elabora un programa de corrección y da recomendaciones a los padres sobre cómo corregir las dificultades identificadas.

Si no se identifican trastornos mentales en el niño, se pueden emplear técnicas pedagógicas y de logopedia de naturaleza general del desarrollo: ejercicios, juegos y técnicas especiales para mejorar la memoria, el pensamiento, el habla, la percepción, las habilidades motoras y el desarrollo de la inteligencia emocional.