7 tipos de adicción emocional y sus características

Tipos de adicción emocional

La adicción se trata de una necesidad fisiológica o psicológica compulsiva y crónica de consumir una sustancia, un comportamiento (p. ej., sexo) o una actividad (p. ej., juegos de azar) que tiene un efecto negativo en la salud, la psicología o la sociabilidad de una persona. Pero también existen algunos «malos» hábitos emocionales que se vuelven intensos y apremiantes, en el sentido de que la persona no puede dejar de realizarlos. En estos casos estamos hablando de adicción emocional.

Algunos de los síntomas de la adicción emocional

  • Sensación placentera, que luego es reemplazada por malestar.
  • Malas decisiones
  • Comportamiento inadecuado
  • Autogestión deficiente
  • Mala organización / planificación
  • Productividad reducida
  • Problemas de pareja

Tipos de adicción emocional que seguramente no conocías:

La adicción emocional se centra en la necesidad de experimentar un sentimiento o situación en específico, dependiendo de la persona. A continuación describimos algunas de las características y diferentes tipos de adicción emocional.

Adicción emocional al enojo

Para muchas personas, la ira es una emoción intensa a la que son adictos. Buscan razones para enojarse y estallar. Con la ira, sienten que tienen poder, que controlan la situación y que tienen la ventaja. Encuentran justificación en su ira. Se sienten infalibles, en una posición superior y piensan que los demás no están haciendo bien las cosas. Que no son dignos de las expectativas que tienen, no son lo suficientemente «buenos». 

Esto en contraste con ellos mismos, quienes sienten superioridad y ventaja. Estas personas cuando están enojadas se sienten más cómodas, sienten que todo está bien en su vida.

Necesidad constante por quejarse

Muchas personas son adictas a lamentarse, tanto en desde el interior como en exterior. Esto significa que, ya sea internamente, en pensamiento y emoción, tienden a lamentarse, o lo manifiestan externamente quejándose con las personas cercanas a ellos. Este lamento va de la mano de pensamientos negativos, valoraciones negativas, falta de gratitud y pesimismo. 

La persona cascarrabias es adicta a este sentimiento que le da la sensación de poder, la sensación de tener mejor juicio y ser juez de todo: lo familiar, lo conocido y lo desconocido, lo político, lo económico, la situación social, etc. Porque tiene algo negativo que decir de todo.

Adicción emocional al dolor

Para otras personas, el dolor y el duelo son los sentimientos a los que son adictos. Estas personas o recuerdan algo muy hermoso que vivieron en el pasado, pero que ya pasó inevitablemente. O permanecen atrapadas en un trauma del pasado (por ejemplo, una relación que terminó) y no pueden o no quieren superarlo. 

Estas personas tienden a orientarse hacia el pasado. No están particularmente interesados ​​en el presente y casi no tienen interés en el futuro. Se han vuelto adictos a su dolor, a contar su historia personal y han hecho de su identidad personal el dolor que deja este vacío.

Búsqueda perpetua de placer

Otro caso de adicción emocional es la búsqueda perpetua del placer. Para algunas personas, todo en la vida es tener placer, como tener una vida sexual intensa o ser adicto al juego o cualquier otra cosa. Por supuesto, cuando se hace algo con moderación no hay problema. El problema comienza cuando la persona pierde los estribos y toda su vida gira en torno a la actividad que le brinda placer. 

Adicción a la impulsividad

Algunas personas son adictas a hacer cosas impulsivamente. Esto, por supuesto, le puede pasar a cualquiera aquí y allá, como cuando alguien decide hacer una compra de manera impulsiva o ir de viaje, etc. Pero esta es la excepción. 

A veces, la impulsividad puede tener efectos positivos. Pero suele traer problemas. La persona que es adicta a la impulsividad en esencia actúa solo así: hace lo que se le viene a la mente, ya sea un tema pequeño o grande, sin organización, sin planificación y, por supuesto, sin pensar en las consecuencias para él y para sus seres queridos.

Adicción emocional al deseo

Otra adicción emocional es el deseo. Es la tendencia del hombre a convertirse en esclavo de sus deseos, en cualquier momento: puede desear un dulce, un helado, un cigarrillo o una bebida, o un nuevo teléfono móvil caro, cualquier cosa. El hombre que es esclavo de sus deseos no puede decirse «no» a sí mismo. No puede imaginarse viviendo y funcionando normalmente a menos que se cumpla su deseo.

Necesidad por sentir temor

El miedo también es un tipo de adicción emocional que conduce a resultados negativos. El miedo es principalmente una emoción importante, porque hace sonar una alarma y nos advierte que tengamos cuidado de algo. Sin embargo, el miedo puede convertirse en un hábito. Cuando uno le tiene miedo a su propia sombra, cuando vive con la posibilidad de que algo malo suceda (pero no ha sucedido, no está cerca de suceder y no hay ni siquiera una señal de que vaya a suceder), entonces esto se convierte en un problema.

Esta persona disfruta creando escenarios de miedo en su mente, imaginando desastres, diciendo constantemente «no» y «cuidando» a los demás (y a sí mismos). El adicto al miedo se complace en el hecho de que piensa que es más inteligente y más perspicaz que los demás, que tiene funciones mentales superiores y la capacidad de predecir exactamente lo que sucederá si los demás no lo escuchan.