Cómo cambiar la percepción de uno mismo con la psicología positiva

Los beneficios de la psicología positiva para modificar la forma de percibirse a uno mismo y a los demás

La psicología positiva enfoca de manera diferente un tema antiguo y explica con sencillez y amenidad lo que nos acerca a la felicidad.

El cultivo de los principios de la psicología positiva, que dan prioridad a los pensamientos positivos, nos lleva al bienestar psicológico, elevando nuestro estado de ánimo, mejorando el optimismo, y promueve los cambios cognitivos trasmutando el estrés de la vida cotidiana.

Cada uno de nosotros diariamente tiene sus propias maneras de encontrar el propio bienestar, sin embargo, la psicología positiva proporciona algunas herramientas útiles y nuevas para poder interpretarnos a nosotros mismos y leer la realidad cotidiana de una manera saludable.

Qué es la psicología positiva

La psicología positiva se puede definir cómo un paradigma que, en las ciencias psicológicas, promueve el logro del bienestar emocional a través de la implementación de los constructos cognitivos positivos, emociones positivas y comportamientos sintónicas con tales aspectos cognitivo-emocionales.

Diversas investigaciones han demostrado la validez de los constructos de la psicología positiva sobre las personas. En la práctica, el cultivo diario de pensamientos relacionados con la gratitud hacia la otredad, el uso de claves de lectura positivas para leerse a uno mismo y la realidad cotidiana y no tomarse las cosas demasiado en serio, ayuda a las personas a desarrollar optimismo y bienestar psicofísico.

¿Qué estudia la psicología positiva?

El ser humano tiene características internas que actúan como freno contra los trastornos de la mente; entre ellos podemos nombrar el valor, optimismo, fe, esperanza, perseverancia, entre otras. El Dr. Martin Seligman, considerado el padre de la psicología positiva, expresaba que al detectar y enfatizar las áreas fuertes del paciente se hace posible prevenir o evitar el abuso de los fármacos.

En 1948, la Organización Mundial de la Salud (OMS) definió la salud como un estado total de bienestar que incluye aspectos corporales, mentales y sociales; esto va más allá del concepto original limitado a la mera ausencia de trastornos o minusvalías. Sin embargo, la primera cumbre de Psicología Positiva se celebró casi 50 años después, en 1999, y el público comenzó a conocer la expresión con un curso popularizado en Harvard en el 2006. (1)

A través del análisis de las fortalezas humanas se hace viable asociar la felicidad a una posibilidad real, en lugar de a una utopía; porque es usual que esta sea vista como una condición pasajera, ilusoria o inalcanzable. Con este abordaje se entiende que hay caminos que nos dan acceso a un mayor goce de las cosas. Así, logramos sentirnos mejor y hasta disfrutar de la rutina diaria, aceptándolas en su justa dimensión.

Los beneficios de la psicología positiva

La psicología positiva , en un entorno clínico, interviene de manera efectiva en la modificación de las cogniciones que acompañan la experiencia depresiva y revelan una ideología negativa de la vida cotidiana. En la práctica, se plantea el objetivo terapéutico para erigir el estado de ánimo en los síndromes depresivos, ayudar al paciente a cambiar las ideas más negativos y disfuncionales.

La postura positiva en la psicología tiene alcance tanto en personas con algún trastorno o individuos que solo necesitan reducir el estrés y la carga de ansiedad cotidiana,

En concreto, al cultivar mentalmente los arquetipos conceptuales de la psicología positiva se produce un aumento de la sensación de bienestar. En otras palabras, los pensamientos positivos aumentan el optimismo, cambia la connotación que se le da al estrés relacionado con la vida diaria, por lo que es más fácil liberarse de la ansiedad y una mirada opaca.

Además, de acuerdo con los parámetros de la psicología positiva , es importante ayudar a las personas a desarrollar el sentido del humor, que provoca el nacimiento de emociones positivas. El sentido del humor se puede definir, como la capacidad de reaccionar positivamente a las situaciones estresantes de la vida cotidiana.

Es el resultado del instinto lúdico del ser humano, que, en este caso, se muestra como un juego con sus propias ideas, destinado a no tomarse las cosas demasiado a pecho.

Estrategias específicas de Martín Seligman

Existen estrategias muy específicas de psicología positiva que, aplicadas a la vida de una persona, pueden modificar los patrones cognitivos de percepción de la realidad y, por lo tanto, aumentar la sensación de bienestar.

En qué consisten estas técnicas:

  • escribir y enviar con frecuencia una carta de agradecimiento para agradecer a una persona de la cual se ha recibido algún beneficio;
  • acostumbrarse a escribir todos los días al menos tres cosas positivas que sucedieron durante el día;
  • percibirse a sí mismo de manera diferente, centrándote en tus fortalezas;
  • escribir todos los días, las cosas más divertidas que ocurrieron durante el día.

Cultivar pensamientos relacionados con gratitud hacia lo que es diferente a nosotros, la utilización de interpretaciones positivas para interpretar nuestra vida y a los demás, y no tomar demasiado en serio las contrariedades, puede ayudar a las persona a desarrollar optimismo y bienestar psicofísico.

La psicología positiva constituye un enfoque novedoso

La psicología positiva busca despertar el interés sobre un área que hasta ahora había sido descuidada por las ciencias dedicadas a la psique humana. Su planteamiento es que no solo es importante tratar las enfermedades mentales y las desviaciones de la normalidad; sino también, buscar la forma de aumentar el bienestar de las personas.

Con el nuevo objetivo, la psicología se viste de gala al dirigir su atención hacia las fortalezas y virtudes de la gente, en vez de dedicarse exclusivamente a las debilidades y defectos como se hacía en el pasado. De este modo se orienta al aprendizaje de aspectos positivos, el disfrute de la vida y a enseñarnos a ser más alegres, generosos, serenos y optimistas.

¿De qué manera podemos aplicar la psicología positiva?

Hay una serie de ejercicios que nos ayudan a vencer la depresión y a enfrentar nuestra realidad con una actitud positiva:

Fortalezas

Conocerlas, según Seligman, favorece el disfrute de los mejores aspectos de nuestra vida. La idea no es hacer lo que se ignora sino poner en práctica con mayor interés y frecuencia las habilidades y recursos poseídos. El estudio incluye 24 puntos agrupados en 6 bloques. Estos son:

  • Sabiduría y conocimiento: creatividad, curiosidad, apertura de mente, pasión por el aprendizaje, perspectiva.
  • Coraje o valentía: integridad o autenticidad, valor, persistencia, vitalidad.
  • Humanidad: bondad, amor, inteligencia social.
  • Justicia: equidad, liderazgo, trabajo en equipo (civismo).
  • Contención o autocontrol: capacidad de perdonar, modestia (humildad), prudencia, autorregulación.
  • Trascendencia: aprecio por la belleza, gratitud, esperanza, humor, espiritualidad. (2)

Relaciones sociales

Quienes tienen al menos un amigo cercano son más felices. Contar con alguien, sentirnos amados y apoyados, poder expresar nuestros sentimientos, intenciones y deseos con libertad nos produce una gran sensación de bienestar. Asimismo, cultivemos la habilidad de interesarnos sinceramente por las otras personas, escuchar lo que nos dicen y responder de modo alentador.

Actividad física

Aquel famoso dicho de mente sana en cuerpo sano es una realidad. Hacer ejercicio y seguir una dieta balanceada ayuda a aligerar nuestro estado de ánimo y a disminuir la depresión. Si no nos atrae ningún deporte, entonces, exploremos opciones diferentes que aceleren el ritmo cardíaco, mejoren el tono muscular y al mismo tiempo nos resulten placenteras.

Humor

Reírnos con frecuencia alarga la vida y aumenta los niveles de felicidad. Lo recomendable es rodearnos de gente con buen sentido del humor, tomarnos menos en serio y ser más jocosos cuando las circunstancias lo permitan.

Gratitud

Ser agradecidos nos produce un gran bienestar y es que, siempre hay alguna razón por la que podemos sentirnos de esta manera. Uno de los ejercicios consiste en llevar un diario y anotar cada día al menos tres cosas por las cuales expresar gratitud. Asimismo, escribir una carta a alguien especial mostrándole lo bendecido que has sido por sus acciones. Y apreciar aquello que otros hacen por ti en cualquier instante y decírselo.

La psicología positiva se puede aplicar en el trabajo haciendo más agradable la jornada, de modo que todos los días sintamos entusiasmo por levantarnos y llegar a la oficina, la fábrica o el mostrador. También es factible enseñarla a los niños, adaptando estos ejercicios a sus actividades. Con este esfuerzo nuestro grado de contentamiento aumentará y podremos ser personas mejor adaptadas y más sociables.