Círculo de la violencia – Etapas y pasos para romperlo

El círculo de la violencia

El círculo de la violencia muestra una interrelación peligrosa y dañina entre el agresor y sus víctimas. Entérate aquí de cómo escapar del ciclo.

Como círculo de la violencia se conoce al conjunto ininterrumpido de situaciones por las que atraviesan las personas involucradas en dicha dinámica; ya sea, el agresor o el agredido. Este proceso resulta complejo y, en ocasiones, su identificación se complica. La razón es que si no vemos golpes o una víctima llorando tendemos a ignorarlo o a clasificarlo de “esperable”.

La violencia es el uso del poder contra uno mismo o en forma de agresión a otras personas. Según la naturaleza del acto puede ser física, verbal, sexual, económica, religiosa o cultural. También encontramos en el grupo al ciberbullying y a la negligencia. Y de acuerdo al agente que produce la agresión se clasifica como: auto-infligida, interpersonal o colectiva.

Su manifestación más común es la violencia de parejas, cuando los interesados se encuentran en la fase del noviazgo. Además, en el seno de nuestra sociedad, aparece con frecuencia la violencia doméstica; que, generalmente, se asocia con un hombre agresivo. Las víctimas suelen ser la esposa y los hijos; aunque se han visto afectadas personas de cualquier edad, incluso lactantes y ancianos.

Fases del círculo de la violencia

Por ser una de las más conocidas, aplicaremos el análisis a la violencia intrafamiliar. Este es el caso en el que una mujer, a partir de un cierto momento, sufre de abusos continuos por parte de su pareja masculina. O sea, que teniendo una relación pseudo-normal, la misma se fue deteriorando con el paso del tiempo. Las etapas del ciclo son:

1. Acumulación de tensión

Durante este período cada vez se produce una mayor cantidad de conflictos y enfrentamientos de diversa naturaleza; porque, el agresor demanda más física, psíquica y emocionalmente. Por consiguiente, se acumula el estrés; y, la ansiedad en la mente de la víctima. Al principio, aparece la agresión verbal; por ejemplo, se critica vestuario, amigos, trabajo, etc.

Asimismo, se presentan los celos insistentes y el deseo de controlar el tiempo y el comportamiento de la pareja. De allí se pasa a la violencia contra los objetos: se lanzan cosas y se tiran puertas. Entre las características de esta fase, que carece de un período de duración definido, encontramos:

  • El agresor se justifica diciendo que la víctima lo ha provocado. A su vez, el primero trata de alejar a la segunda de familia y amistades.
  • La víctima no percibe con claridad la situación e intenta complacer para ayudar a solucionar el problema. También niega o minimiza su existencia.

2. Agresión

Aquí se descarga la tensión acumulada y se producen reacciones violentas. Hablamos del momento en que el hombre golpea, o maltrata en lo sexual, a la mujer. Muchas víctimas no responden y quedan indefensas, otras buscan ayuda externa. Es una fase más corta pero de mayor intensidad que la anterior. El agredido sigue creyendo en una posibilidad de redención y se siente culpable.

3. El círculo de la violencia y la calma

En la tercera y última etapa, la de la luna de miel, el agresor se muestra arrepentido, tierno y amable. Y trata de persuadir a su mujer de que posee autocontrol. Algunos buscan apoyo externo para que les ayude a convencerla de que no lo abandone. Incluso, puede que hable de necesitar terapia; aunque, en casi ningún caso, estos individuos aceptan ayuda psicológica.

La otra persona, por su parte, le cree y perdona; si lo denunció a la policía, se retracta y cuenta a todos que aún se aman. Y hará su mayor esfuerzo para no provocar ninguna discusión, asumiendo que de ese modo no se repetirá el ciclo. Lo cierto, es que volverá a ocurrir y cada vez a una escala mayor.

Para superar la violencia de género, el primer paso es reconocer que se está inmerso en una situación anormal. Si usted es la víctima, debe entender que una relación de pareja no tiene porqué funcionar de esa manera y que necesita ayuda. Desear salir de allí, es el principio de la solución; por supuesto, habrá temor al cambio o a la pérdida de la estabilidad. Pero, es importante que crea que lo que vendrá es mejor que lo dejado atrás.

En conclusión, el círculo de la violencia mina la autoestima y la confianza de la víctima. Muchas de ellas se someten, porque carecen de los recursos económicos para vivir por su cuenta o temen a las represalias.

Si ya usted entendió que no puede ni debe continuar así, es hora de buscar ayuda. La misma podría venir en la forma de un terapeuta profesional, un grupo de apoyo, un familiar o un amigo. Recuerde que estas situaciones escalan y su integridad se encuentra en riesgo.