La adicción a las compras puede definirse como la incapacidad que tiene una persona de controlar los impulsos, que se derivan del afán por efectuar de manera continuada compras nuevas en su mayoría de objetos que en el fondo no necesita.
Podría asemejarse al concepto de la denominada “compra compulsiva” o a lo que los psicólogos llaman “onomiomania”, aunque ambos términos obedecen más a un enfoque patológico relacionado a algún trastorno psicológico.
La denominación “adicción a las compras” por el contrario, suele tener una acepción más del tipo psicosocial que pudiese encajar mejor dentro de las adicciones tales como las del juego, las del internet, los videojuegos, etc.
¿Qué factores suelen estar asociados a este tipo de adicción?
La conducta de las personas que padecen de este tipo de adicción, es potenciada por el bombardeo de estímulos al consumo que recibe a través de los diferentes medios de comunicación y las redes sociales; hasta el punto de llegar a ser una forma de evadir el ocio.
El boom económico que han tenido ciertos países y la incorporación de nuevas y atractivas tecnologías al mercado de consumo, ha disparado en un sector de la población; las ansias de estar siempre actualizado y “a la moda”.
Por otro lado, la continua creación de “necesidades” en el subconsciente de las personas, hecho por estructuras muy bien pensadas de marketing; induce a las personas a las compras compulsivas e irreflexibles, cuyo único límite es la capacidad de gastar.
En nuestra sociedad, ya se han hecho un hábito actividades asociadas al gasto, como por ejemplo visitar los centros comerciales, salir a mirar vitrinas, visitar las tiendas, o simplemente pasar horas dando vueltas en los mall de moda; aunque en el fondo no se necesite comprar nada.
Para el adicto a las compras, este tipo de actividades puede convertirse en el detonador que dispara esos deseos irrefrenables de “querer comprar algo”; llegándose en algunos casos a los extremos de que este tipo de conducta afecte el desarrollo normal de su vida o inclusive llegar a perjudicar sus relaciones con los demás personas.
¿Cómo actúa en el adicto el deseo de comprar?
Las personas adictas a las compras poseen una característica en común: Las compras que realizan suelen ser innecesarias e inclusive irracionales.
De momento, es posible que sienta algún tipo de placer luego de efectuarla; por la sensación de alivio que le provoca el deseo de comprar.
El problema viene un poco después, cuando racionaliza que la compra efectuada no conllevaba ninguna satisfacción y viene el arrepentimiento; junto a esa desagradable sensación de culpa por no poder auto justificarse por la compra efectuada.
La adicción a las compras y el autocontrol
Estas dos condiciones suelen estar muy apegadas y están internamente relacionadas en las personas que padecen de este trastorno.
Se manifiesta como una incapacidad frustrante de lograr ajustar los malos hábitos de gasto, a la realidad económica del adicto.
No es que se trate de que los gastos cotidianos le obliguen a padecer de ciertas dificultades, es que existe una total incapacidad de poder controlar el manejo del presupuesto de una forma racional y disciplinar los gastos, sin caer en compras superfluas.
Un ejemplo claro de lo anteriormente expuesto, lo constituye el uso indebido y excesivo de la capacidad de crédito. La persona cae en el círculo vicioso de lo que significa vivir del crédito, concatenando un préstamo con el otro mientras se va endeudando de manera irremisible.
La consecuencia de esta conducta, es un continuo sobreendeudamiento que incide aún mas en el sentimiento de culpa; por los problemas que sabe que sobrevendrán asociados a la conducta gastiva de la persona.
¿Es la adicción a las compras una patología?
La adicción a las compras obedece más a una especie de desorden inducido por factores relacionados al área del comercio, que a una condición clínica que amerite un tratamiento especializado.
Sin embargo, dependiendo del grado a que haya llegado esta adicción, pudiese ser necesaria la ayuda de un profesional del psicoanálisis; para evaluar las condiciones que han propiciado este comportamiento en la persona y recomendar las estrategias más idóneas para tratarla.
Los grupos de ayuda suelen ser muy eficaces en estos casos, por lo que resultaría aconsejable consultarlos.
Deja un comentario