5 errores que debes evitar luego de una discusión de pareja

errores en una discusión de pareja

Todos aquellos que han tenido o tienen una relación de pareja, saben que discutir durante un desacuerdo es algo absolutamente normal y en muchos casos puede ser terapéutico, sin embargo, en ciertas ocasiones se asumen algunas posturas incorrectas, que tienden a desestabilizar la relación de pareja.

Saber cómo discutir es saludable para la pareja

Puede sonar extraño, pero las discusiones pueden tener efectos positivos, son estrategias terapéuticas para la pareja, pero claro, esto depende de cómo sepan llevar a cabo una discusión, que no es lo mismo que desafiarse ni pelear con el cónyuge. Discutir contribuye con la liberación de las tensiones y moviliza la energía que a veces se estanca en la relación.

Otro de los aspectos positivos de saber discutir con la pareja, es el poder llegar a acuerdos conciliadores y conseguir ser escuchados y a la vez, saber escuchar. Esto es sumamente productivo en una relación para desarrollar la confianza y acercarse más a esa persona, conociendo sus puntos débiles y fuertes.

Sin embargo, lo más habitual, es que pequeños malos entendidos terminen en peleas vacías, desaprovechando la oportunidad de poder aprender del otro y también de forjar una relación más sincera con la persona amada. Cuando esto sucede, es prudencial evitar los típicos errores luego de una discusión de pareja.

Errores que deberías evitar después de una discusión con tu pareja

A menudo, durante una confrontación, la discusión está contaminada por elementos extraños y dañinos: orgullo, reproches y reclamos, victimización, chantaje emocional, celos, intentos de manipulación, quejas. Todos estos elementos que se introducen en una pelea son «sustancias tóxicas» que envenenan una discusión convirtiéndola en un diálogo no constructivo.

1. No le des de repente la espalda

Puede que necesites tu espacio luego de discutir, y eso no es problema, pero es importante hacérselo saber a la otra persona. Uno de los mayores errores que comete la gente después de una discusión es poner un muro y no dejar que se le acerquen.

Esta conducta de rechazo, es una manera de castigo hacia la otra persona, y puede traer graves consecuencias en la relación de pareja, ya que hará aprender a la otra persona que es mejor no expresar ciertas cosas y eso generará cargas pesadas en la relación, ya que en el futuro habrán ciertas cosas sobre las que mejor no se discutirá, lo que irá cargando de piedras la relación, sin poder llegar a acuerdos ni profundizar en el problema raíz.

Siempre que puedas seguir un diálogo, o mencionarlo con las palabras adecuadas, harás saber a la otra persona que tu requieres más tiempo para calmar las emociones, pero dejando en claro que tu silencio no es castigo.

2. No digas «lo siento» cuando todavía hay desacuerdo

Siempre que vayas a mencionar que lo sientes, es conveniente elegir el momento adecuado, y suele ser mejor cuando las «aguas se claman». Algo que se suele hacer es pretender arreglar todo rápido simplemente diciendo «perdón», y se hace incluso en el momento menos oportuno, cuando la otra persona aún está dolida. lo que desata otra pelea porque ahora tú eres el ofendido porque no te aceptan la disculpa.

Lo conveniente es explicar de qué estás hablando, mencionar por qué lo sientes y en qué fallaste o se falló, mostrando que eso será corregido en el futuro.

3. No digas «No quise decir esto»

Usar esta expresión tiene el mismo efecto que un borrador en un marcador indeleble. Usar esta expresión inflama la situación porque tu pareja dirá: «Sí, lo dijiste en serio».

Yendo y viniendo sobre lo que se dijo o no se dijo, lo que querías o no querías decir, te mantendrá atado al pasado en lugar de buscar una solución para el futuro, que es el punto de llegada para cada desacuerdo y la meta de cada discusión.

4. No pongas palabras en la boca del otro

Cuando intentes asumir el rol de conciliador en la discusión, o luego de haber terminado, es importante ser neutral, lo más que se pueda, y hablar a partir de uno mismo, por ejemplo, mencionando: «yo creo que» , «siento que yo podría», «me parece que estamos…». Ponernos en primera persona le resta peso al otro, y nos hace ver como partícipes de la solución de un conflicto.

El error habitual es cargar a la otra persona, indicando que el o ella dijo tal o cual cosa, que pensó tal o cual otra, que sintió tales o cuales otras cosas. Eso nunca ayudará a conciliar, sino que generá tensión al intentar hablar por el otro, o lo que es peor, poner palabras en la boca del otro.

5. No uses la palabra «siempre» y «jamás»

Cuando intentes arreglar las cosas, el uso de palabras como «siempre, o «jamás», son muy limitantes y sentenciadoras, generan un impacto perdurables de reproches escondidos. Cuando señalas a la otra persona que siempre ha sido así, o que nunca ha sido de tal manera, es como anular cualquier intento de reconciliación, ya que das por hecho cómo es el otro y que tú siempre tuviste la razón.

Defender nuestro ego en una discusión o luego de ella, es igual a volver a encender la llama. Estas palabras no se deben usar en una discusión, en cambio se pueden usar palabras como «ahora has sido así», o «te estás comportando de tal manera».

Todos quieren una pareja que esté involucrada y discutir es la señal de que ambos están contribuyendo a su relación, esto sin dudas es algo bueno. Alégrate de que sigas haciendo lo suficiente para llegar al fondo de tus problemas, sin pretender que no existen.

Las parejas que nunca pelean, o que ya no pelean, tal vez simplemente abandonaron el hecho de que es mejor ir más allá de las cosas, y esto honestamente no tiene nada constructivo, de hecho tiene algo muy triste, significa que no están interesados en construir, pero solo permanecen en la quietud aburrida y silenciosa de una relación que quizás esté demasiado vacía y destinada a fracasar.