Signos que indican que por ser complaciente te quedas sin energía a diario

¿Te sientes cansado, agotado y sin motivación para hacer las cosas que te gustan? ¿Sientes que siempre estás dando más de lo que recibes y que nadie valora tu esfuerzo? ¿Te cuesta decir que no y poner límites a los demás?

Si has respondido afirmativamente a estas preguntas, es posible que seas una persona complaciente y que eso esté afectando a tu bienestar físico y emocional.

¿Qué es ser complaciente?

Ser complaciente puede agitarte físicamente

Ser complaciente significa adaptarse a los deseos, necesidades y expectativas de los demás, incluso cuando eso implica sacrificar los propios.

Las personas complacientes suelen tener una baja autoestima, un gran miedo al rechazo y una necesidad excesiva de aprobación. Por eso, evitan el conflicto y la confrontación, y se esfuerzan por satisfacer a todo el mundo, aunque eso signifique renunciar a sus propios intereses, valores y opiniones.

¿Cómo afecta la complacencia a la energía?

La complacencia tiene un alto costo energético para la persona que la practica. Algunas de las consecuencias negativas que puede tener son:

  • Estrés: al estar constantemente pendiente de lo que los demás quieren o esperan, la persona complaciente se somete a una gran presión y tensión. Además, al no expresar sus emociones ni defender sus derechos, acumula frustración, resentimiento y rabia, lo que genera un estado de estrés crónico que afecta a su salud física y mental.
  • Agotamiento: al hacer más de lo que puede o quiere, la persona complaciente se desgasta física y emocionalmente. No tiene tiempo ni espacio para cuidar de sí misma, ni para hacer las cosas que le gustan o le hacen feliz. Se siente vacía, insatisfecha y sin sentido.
  • Depresión: al no valorarse ni respetarse a sí misma, la persona complaciente pierde su autoestima y su confianza. Se siente culpable, inútil e indigna de amor. Puede caer en un estado de depresión, donde se aísla, se desespera y pierde la esperanza.

¿Cómo dejar de ser complaciente?

Si te has identificado con alguno de estos signos, es importante que empieces a cambiar tu forma de relacionarte con los demás y contigo mismo. Algunas claves para dejar de ser complaciente son:

  • Reconoce tu valor: eres una persona única e irrepetible, con cualidades, talentos y virtudes que te hacen especial. No necesitas complacer a nadie para ser querido o aceptado. Tienes derecho a ser tú mismo y a expresar tu autenticidad.
  • Aprende a decir que no: no tienes que hacer todo lo que los demás te piden o esperan de ti. Puedes decir que no cuando algo no te apetece, no te conviene o no te corresponde. Decir que no es una forma de respetarte y de hacerte respetar.
  • Establece límites: no permitas que los demás abusen de ti, te manipulen o te infravaloren. Pon límites claros y firmes a lo que estás dispuesto a hacer o tolerar. Los límites son necesarios para proteger tu integridad y tu dignidad.
  • Cuida de ti mismo: dedica tiempo y espacio para hacer las cosas que te gustan, te relajan y te nutren. Busca actividades que te den placer, alegría y satisfacción. Cuida tu cuerpo, tu mente y tu espíritu. Recuerda que tú eres la persona más importante de tu vida.

Dejar de ser complaciente no es fácil, pero tampoco imposible. Se trata de un proceso de cambio personal que requiere voluntad, compromiso y paciencia. Pero los beneficios son enormes: ganarás en energía, salud, felicidad y libertad.