Estos rasgos buscan los pasivo-agresivos en sus parejas

Persona pasivo-agresiva

La pasividad-agresividad es un patrón de comportamiento que se caracteriza por expresar indirectamente la ira, el resentimiento o la hostilidad hacia los demás. Una persona pasivo-agresiva puede parecer amable o cooperativa en la superficie, pero en realidad está saboteando, manipulando o evitando sus responsabilidades.

Este tipo de actitud puede causar muchos problemas en una relación de pareja, ya que genera desconfianza, frustración y falta de comunicación. Además, puede afectar la autoestima y el bienestar emocional de ambos miembros de la relación.

¿Cómo saber si tu pareja es pasivo-agresiva?

A continuación te presentamos algunos rasgos que suelen buscar los pasivo-agresivos en sus parejas y cómo se manifiestan en el día a día.

Buscan parejas que sean complacientes y dependientes

Una persona pasivo-agresiva suele buscar una pareja que sea complaciente y dependiente, es decir, que ceda a sus deseos y que no tenga una vida propia. De esta forma, se asegura de tener el control y el poder en la relación, y de evitar el conflicto directo.

Sin embargo, esto no significa que esté satisfecha con su pareja. Por el contrario, suele criticarla, desvalorizarla o ignorarla cuando no hace lo que quiere o cuando intenta expresar sus necesidades o sentimientos. Así, crea un ambiente de tensión y malestar constante.

Evitan la comunicación honesta y asertiva

Otro rasgo que buscan los pasivo-agresivos en sus parejas es que sean poco comunicativas o asertivas. Es decir, que no sepan expresar lo que piensan o sienten de forma clara y respetuosa. De esta forma, pueden evitar enfrentarse a sus propios problemas o emociones negativas, y culpar a su pareja de todo lo que va mal.

Una persona pasivo-agresiva suele evitar la comunicación honesta y asertiva por varios motivos: porque teme el rechazo, porque no sabe cómo manejar el conflicto, porque quiere castigar a su pareja o porque no quiere asumir su responsabilidad. Así, recurre a estrategias como el sarcasmo, las indirectas, las mentiras, las excusas o el silencio.

Provocan reacciones negativas en sus parejas

Un tercer rasgo que buscan los pasivo-agresivos en sus parejas es que sean reactivas y emocionales. Es decir, que se alteren fácilmente ante sus provocaciones y que respondan con enfado, tristeza o culpa. De esta forma, pueden sentirse superiores y justificar su comportamiento.

Una persona pasivo-agresiva suele provocar reacciones negativas en su pareja de forma deliberada o inconsciente. Por ejemplo, puede llegar tarde a una cita importante, olvidarse de un aniversario, hacer comentarios ofensivos o desinteresarse por los planes de su pareja. Así, logra llamar la atención y desviar el foco de sus propias carencias o conflictos.

¿Qué hacer si tu pareja es pasivo-agresiva?

Si crees que tu pareja es pasivo-agresiva, lo primero que debes hacer es cuidar de ti mismo/a. No te culpes ni te responsabilices por su comportamiento. Reconoce tus sentimientos y necesidades, y busca apoyo en tus amigos o familiares.

Lo segundo que debes hacer es establecer límites claros y firmes con tu pareja. No permitas que te falte al respeto ni que te manipule. Exprésale lo que esperas de la relación y lo que no estás dispuesto/a a tolerar. Sé coherente entre lo que dices y lo que haces.

Lo tercero que debes hacer es fomentar la comunicación asertiva con tu pareja. Intenta hablar con ella de forma calmada y respetuosa. Exprésale tus sentimientos y opiniones sin acusarla ni juzgarla. Escúchala con atención y empatía. Busca soluciones conjuntas a los problemas.

Finalmente, si ves que la situación no mejora o que afecta gravemente a tu salud mental o física, considera la posibilidad de terminar la relación. No te sientas obligado/a a seguir con alguien que no te hace feliz ni te respeta. Recuerda que mereces una relación sana y equilibrada, donde ambos se apoyen y se valoren.