Qué es la rumia y cómo puedes evitar pensamientos obsesivos

una persona que subre pensamientos obsesivos y rumiación

La rumia puede llegar a ser debilitante y desfavorable para poder avanzar, manteniendo a la persona sumida en ciclos repetitivos de pensamientos y emociones no superadas, con las cuales se pueden potenciar padecimientos como la depresión. Pero antes de seguir entendamos de qué hablamos al decir «Rumia».

¿Qué es la rumia?

La palabra rumiación en realidad se refiere a la forma en que ciertos animales (como las vacas) comen, almacenando sus alimentos parcialmente digeridos en el estómago especial llamado «rumen», para reutilizarlos más tarde y masticar más a fondo.

Sin embargo, cuando hablamos de la rumia en el contexto de los humanos y desde una postura psicológica, estamos hablando de una compulsión insalubre de pensar repetidamente sobre eventos pasados ​​y reflexionar sobre ellos constantemente.

Cómo la rumiación alimenta la depresión

Desafortunadamente, aunque la rumiación ayuda a una vaca a digerir su comida más a fondo, a una persona, la rumia no le ayuda a digerir sus pensamientos más a fondo.

En cambio, el constante abordaje de tus recuerdos sirve para alimentar y prolongar la depresión, manteniéndote en un ciclo negativo y muchas veces obsesivo.

De hecho, la rumia puede conducir, empeorar o perpetuar la depresión de diferentes maneras:

Mediante la rumia, es más probable que te concentres en lo negativo, tanto en los recuerdos del pasado como en la percepción de los acontecimientos actuales.

También es más probable que visualices el futuro de una manera negativa. Estos pensamientos negativos, a su vez, afectan tus emociones y te hacen sentir más deprimido acerca de tu vida.

La rumiación no te permite resolver problemas

El rumiamiento afecta tu capacidad para resolver problemas porque crea sentimientos negativos que nublan el juicio.

Incluso cuando se llega a una buena solución a un problema, la rumiación puede crear sentimientos de duda que te impedirán llevar a cabo tus planes.

La rumia invade tu motivación para tomar las medidas necesarias para mejorar tu situación. Por ejemplo, es probable que sepas lo que ayudará a resolver un problema, pero simplemente te quedas sin energía para llevarlo a cabo o pierdes el deseo de hacer algo al respecto o crees que de todos modos no te ayudará.

Rumiar puede hacer que te alejes de tu muy necesitado apoyo de amigos y familiares porque tu incapacidad para avanzar desde lo que te preocupa te desgasta y te frustra.

Cómo se puede evitar la rumia

¿Qué puedes hacer para evitar caer en la trampa de la rumia? Las siguientes recomendaciones incluyen prácticas que puedes realizar por ti mismo, y algunas terapias psicológicas que son muy efectivas para tratar el trastorno de la rumiación.

Distracción

Las investigaciones muestran que una manera de contrarrestar la rumiación es aprender formas positivas de distraerse.

Las distracciones positivas son actividades que contrarrestan la tendencia a la depresión de retirarse y estar inactivo, como socializar con amigos, hacer crucigramas, leer un libro, dibujar, escuchar música que te gusta o salir a caminar y disfrutar de la naturaleza.

Aprende a aceptar tus sentimientos, pero no a detenerte en ellos

Esto puede sonar paradójico, pero también existen ciertas estrategias que implican ir dentro de uno mismo para examinar los pensamientos más de cerca que se han encontrado útiles.

El  entrenamiento de la atención plena y los enfoques basados ​​en la aceptación, que te enseñan a observar tus sentimientos y pensamientos sin apelar a ningún juicio o involucrarte demasiado en ellos, han demostrado ser útiles para prevenir la rumia.

Mantente activo

A veces un buen entrenamiento, ya sea yoga, nadar o levantamiento de pesas, puede ayudarte a salir de la rumia.

Una ventaja adicional: la investigación también muestra que el ejercicio mejora el estado de ánimo gracias a las endorfinas adicionales que crea el cuerpo, además de que reduce los sentimientos de ansiedad, por lo que mantenerse activo es beneficioso para todos.

Enfoca tus pensamientos en otra persona

Piensa en alguien que conozcas, incluso si no es alguien que conoces bien, que está teniendo dificultades ahora mismo.

Llámalo o envíale un mensaje para que esta persona sepa que estás pensando en él o ella. Quitarte de ti y acercarte a los demás puede ser increíblemente liberador y ayudarte a retroceder y ver el panorama general, es decir, tal vez las cosas no sean tan malas.

Terapia cognitivo conductual

La terapia conductual cognitiva  (TCC), que enseña a desafiar la validez de tus pensamientos negativos y reformular tus pensamientos de forma más positiva, también es muy útil para combatir la rumia y la depresión.

Actualmente se está estudiando un nuevo tipo de TCC llamado terapia cognitivo conductual enfocada en la rumiación para ver si es incluso más eficaz en el tratamiento de la rumiación.

Terapia de resolución de problemas interpersonales y sociales

La rumia puede ser la causa y el resultado de conflictos interpersonales, por lo que mejorar tus habilidades sociales y tu capacidad para manejar los problemas de relación puede ayudarte a evitar caer en este ciclo.

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