Claro, las redes sociales son buenas para transmitir y buscar información, pero no tanto a la hora de promover el entendimiento mutuo.
Es cierto que las nuevas tecnologías ayudan a que nuestras relaciones sobrevivan. Sin embargo, esto no significa que no tengan desventajas. Estamos empezando a las reuniones en persona con simples mensajes de texto, y eso no es bueno. Debemos intentar interactuar menos a través de mensajes de texto y tener más encuentros reales con las personas que nos importan.
Olvidamos lo que es convivir en persona con nuestras amistades
Hoy en día, las amistades se basan más en chatear online que en tener conversaciones tomando un café. Como resultado, nuestros intercambios con los demás tienden a ser más superficiales y menos satisfactorios que los que tienes con una persona cara a cara. Mirar a los ojos de otra persona y recibir un abrazo en un día frío es completamente diferente a la experiencia online.
Los abrazos son importantes para una buena comunicación. Aún así, no debería ser tan difícil hacer tiempo para las personas que amamos. Si es así, tal vez deberíamos considerar nuestras prioridades.
Cuidarte a ti mismo y cuidar a las personas que amas nunca debe dejar de ser una prioridad. Las mejores conversaciones y los mejores momentos no ocurren en el chat. Lo que realmente nos hace sentir cómodos como seres humanos es vernos cara a cara. Es por eso que debes tratar de planear más salidas.
Las redes sociales impiden la escucha activa y el contacto personal
No existen muchos estudios que analicen los efectos que el uso (o mal uso) de las redes sociales tiene sobre nuestra salud mental. Nadie ha estudiado realmente cómo las redes sociales afectan la creación de redes de apoyo estables (y reales).
Sin embargo, lo que vemos en nuestra vida común es que hemos dejado de mirarnos a los ojos cuando comunicamos algo importante. Las interrupciones constantes y la multitarea se han convertido en la norma. Perdemos nuestra capacidad de ser oyentes activos.
Intentar tener una conversación importante a través de un chat significa perder mucha información importante. Carecemos de información o reflexiones que nos puedan ayudar a leer el problema con mayor precisión. Esta falta de información significa que el apoyo que podemos ofrecer a nuestros seres queridos es relativamente pobre.
En las redes sociales, nos vemos atrapados en verdades pretenciosas y a medias. Las personas presentan tanto de su realidad al mundo como quieren que se vea, y esto dificulta tener relaciones de calidad.
El internet promueve la creación de relaciones poco sinceras
No podemos vernos, así que terminamos sin conocernos realmente. No sabemos cómo interpretar las expresiones de nuestros amigos o cómo entender por lo que están pasando.
Este tipo de comunicación puede ser sincera, pero siempre será incompleta. Esta es otra razón por la que deberíamos vernos más y escribirnos menos. Debemos tener más “citas de café”, como en los viejos tiempos.
Además, este hecho no está del todo exento del devastador efecto acumulativo. Poco a poco implementamos estos hábitos de comunicación en nuestra vida diaria. Como resultado, comenzamos a percibirnos a nosotros mismos de una manera más distorsionada.
El síndrome FOMO (miedo a perderse algo)
El FOMO es una reacción a la necesidad que hemos desarrollado de estar siempre en línea. No queremos perdernos nada de lo que sucede en las redes sociales.
Esto significa que la vida de otras personas se vuelve más interesante que la nuestra. Por lo tanto, incluso nuestras relaciones reales se vuelven menos interesantes. Esto puede ser devastador para nuestro estado de ánimo porque dejamos de cuidar nuestra propia vida. Todo en lo que nos enfocamos es en satisfacer esta necesidad ficticia de controlar nuestros mundos virtuales.
Esta necesidad constante de estar conectado y pendiente de lo que ocurre en la nube es limitante a la hora de disfrutar del tiempo que tenemos con otras personas. La triste realidad es que los teléfonos inteligentes están en todas partes hoy en día. Y eliminan la calidad y la calidez de nuestras interacciones en el mundo real.
Ponte a prueba para escribir menos mensajes de texto y organizar más reuniones reales
Te retamos a que guardes tu teléfono la próxima vez que estés con alguien. Haz un esfuerzo por tener un contacto real. Como dijimos antes: las mejores conversaciones no ocurren a través del chat. Por eso, debemos mirarnos más a los ojos y asegurarnos de que las redes sociales no sean nuestra única forma de contacto.
Piensa «menos mensajes de texto, más citas para tomar un café». Al final, las redes sociales son buenas para transmitir información, pero no tanto a la hora de promover el entendimiento mutuo.
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