La importancia de la responsabilidad para los niños radica en sus beneficios para el desarrollo e integración en la sociedad, en este artículo se mencionan los principales aspectos por los cuales darle a los niños responsabilidades es una buena opción.
Lo esencial de la responsabilidad radica en tener conciencia plena de sus actos y la toma de decisiones. La responsabilidad puede ser entendida como la respuesta que debe tener el sujeto ante una situación que demande de su intervención.
La persona puede ver esa realidad como algo externo a ella o la puede asumir como parte de él. Es por ello que la responsabilidad debe ser vista desde distintos puntos de vista: el hacerse responsable de la situación, en asumir la responsabilidad, en realizar las cosas demandadas con responsabilidad y en tener responsabilidades.
La responsabilidad en los niños debe ser fundada en educación, dados desde el hogar y la escuela. Esto hará que se vayan construyendo valores morales sobre lo que debe calificarse como correcto o incorrecto.
La adquisición de responsabilidades está determinada a su vez por conductas denominadas “prosociales” y por la posición del niño y su reconocimiento hacia el contexto que lo rodea y el rol que debe desempeñar en cada uno de los escenarios.
Adquisición de la responsabilidad en los niños como valor social
Si se desea trabajar la responsabilidad en el niño se debe tener cuidado primero con la internalización de la obediencia.
Esto se puede estimular haciendo que los niños les hagan caso a sus padres con ayuda de múltiples refuerzos; en la colaboración con los quehaceres del hogar, ya que hay que educar que el niño es parte de ese entorno, y en el mantenimiento del espacio físico que se le delegó en la casa, incentivándolos a que colaboren en la limpieza y orden de su habitación.
Aprendiendo a seguir reglas y órdenes
Desde los 5 años de edad los niños pueden comenzar a aprender a ser obedientes, por lo tanto, a esta edad pueden incentivarles a ser responsables.
Sin embargo, esta obediencia se internaliza mucho mejor y más rápido en los primeros hijos que en los consiguientes, ya que los hermanos menores comparan sus quehaceres con el de su hermano mayor asumiendo que tienen el mismo rol en la familia.
Según la teoría de Jean Piaget, esto tiene sentido ya que en el período denominado “preoperatorio” (desde los 2 años hasta los 6-7años), los niños tienen la competencia cognitiva suficiente para comprender la realidad, organizarla y comunicarla.
Por tanto, estos niños tienden a obedecer las reglas que se les prescriban sin cuestionarlas. Si ellos desobedecen las reglas, hacen asociación directamente con un castigo, que es algo que en la medida de sus posibilidades buscará evitar.
En esta etapa del ciclo vital, el niño es egocéntrico, por lo que le cuesta tomar otras perspectivas además de la suya. Es por ello que la para que tiendan a ser responsables, los padres deben entender que es difícil que adapte su percepción inmediata y absoluta a los demás.
Cuando están comenzando la etapa preoperatoria, el niño va a regular su conducta para recibir recompensas, por lo que la sociabilidad no es fundamental sino cuando se encuentran en peligro.
Además de los quehaceres del hogar, el niño en esta etapa buscará vestirse solo, lo que favorecerá a su autonomía y al asumir un rol que no le corresponde a otro sino a él mismo. En este aspecto la obediencia de cómo hacer y bajo qué criterios hacerlo jugará un factor determinante para que él asuma la responsabilidad por si solo.
El compartir también es determinante para comenzar a construir la responsabilidad en los niños
Esto ayuda a su conducta social, definiendo a sus amistades y a la colaboración con ellos. Esto no será problema porque ellos van a soler compartir las cosas habitualmente por el placer de socializar entre los 5 y 6 años.
Es por ello que la responsabilidad se da por etapas: se comienza con la responsabilidad del niño individualmente, pasando con la responsabilidad que demanda el contexto escolar y llegar a la responsabilidad que ocupa dentro del rol familiar.
En cuando a la responsabilidad escolar, esta comienza a forjarse a los 6-7 años de edad, siendo adquirida y asumida gradualmente. Cuando tiene alrededor de los 4 años de edad ellos no suelen tomar responsabilidad escolar por sí mismos. A partir de allí se determina que la ayuda de los padres es fundamental en esta etapa.
Desarrollo personal y responsabilidad
La conducta de los niños se irá moldeando con ayuda y participación de los otros. Este proceso y maduración cognitiva es importante para que haga a un lado el egocentrismo característico de las primeras edades en la etapa pre-ocuperacional.
Esto colaborará con los procesos psicológicos entendidos como lenguaje, memoria, atención, percepción y cognición, así como también ayudará en la maduración.
Esta etapa va en consonancia con todas las oportunidades que le ofrezca su entorno para lograr la maduración y el desarrollo. Estar conectado con retos cognitivos que tengan una solución rápida estimulará su inteligencia y la puesta en práctica del aprendizaje. Asimismo, también estimulará su independencia y la búsqueda de su autoimagen y personalidad.
Si el niño presenta dificultades en el proceso de desarrollo cognitivo, este se va a ver directamente afectado en la interacción social, por lo que no va a poder adaptarse adecuadamente al medio, generando estrés y frustración.
A través del contexto social, el niño observa y va imitando todos los estímulos que el considerará como significativos. La adquisición del lenguaje es fundamental ya que, a través de él, el niño puede expresar sus pensamientos sin necesidad de recurrir a acciones para que lo logren entender.
Todo este aprendizaje cognitivo en interacción con lo social va a fortalecer los lazos de responsabilidad, ya que poco a poco el niño se irá adaptando a su entorno e irá internalizando que el mundo no gira a su alrededor, sino que él es parte del mundo y debe colaborar para la convivencia en un ambiente armonioso.
La familia y el rol de la responsabilidad en los niños
La familia juega un rol fundamental en cuanto a la sociabilidad del niño, por tanto, la adquisición de patrones de responsabilidad. También es fundamental para que el niño busque cosas que le generen placer, evitando el fracaso. Esto juega un papel fundamental en las emociones del infante.
A través de las normas y la autoridad, los padres logran educar a sus hijos en sociedad y responsabilidad. Si los padres no están involucrados por completo con el desarrollo de los niños, difícilmente ellos podrán adquirir responsabilidades en el futuro.
Pero no solamente los padres son responsables de ellos. Todas aquellas figuras de apego se encargarán de la educación del niño en temprana edad.
Si los padres están totalmente involucrados con la crianza, puede desplazarse la figura de apego del niño hacia los abuelos, por lo que los abuelos serán los encargados de educarlos, sim embargo, su crianza no garantizará que sean eficientes a la hora de que el niño asuma responsabilidades.
La experiencia del niño y su personalidad, ayudarán a que el niño juzgue emocionalmente las emociones y observe las diferencias entre el castigo y la recompensa. Los niños difícilmente se apropiarán del contexto de manera objetivo ya que se dejarán llevar por la intuición de sus emociones.
Los padres implicados en la educación de sus hijos, manteniendo control y autoridad sobre ellos con amor y comprensión logran el desarrollo responsable de los mismos. La autoridad equilibrada de los padres también generará confianza, autoconcepto y autoestima en los infantes.
Un estudio realizado afirma que la conducta de la madre en la crianza está llena de más interacción en cuanto al aprendizaje y desarrollo de hábitos y actividades cognitivas en sus hijos, con respecto a los padres.
Los padres que son muy permisivos difícilmente lograrán un buen desarrollo emocional en los niños, imposibilitando a su vez sus procesos cognitivos. Esto está directamente relacionado con que el niño no fue formado en obediencia, por lo tanto, carecerá de la apropiación de responsabilidad en su personalidad.
Para lograr esto es importante que haya una sincronía en la crianza entre los padres e hijos, jugando con la flexibilidad del carácter de los padres y realizando negociaciones con los niños.
A modo de conclusión
La responsabilidad es adquirida en el desarrollo de los niños, sobretodo en su etapa preoperatoria. Esto se hace a través de la obediencia en el aprendizaje, lo que ayudará a la determinación del niño entre lo que es correcto e incorrecto.
Esto va estrechamente relacionado con su conducta social futura y su conducta social en la escuela y en la familia. Es importante que el niño vaya comprendiendo progresivamente el papel del otro para que así se dé cuenta que tener responsabilidad beneficiará su entorno.
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