¿Qué es lo primero que haces cuando te mudas a un nuevo lugar? ¿Te tomas unas selfies? ¿O perteneces a la categoría de personas que «señalan con el dedo» a quienes no pierden ninguna oportunidad de tomarse fotografías?
En las redes sociales todos los días se publica una desorbitarte cantidad de selfies. Llegan a millones de pantallas, por lo cual lo que está sucediendo puede hacernos pensar y preguntarnos qué puede haber detrás de este fenómeno o de esta necesidad de sobreexposición.
El rostro humano llama la atención fácilmente
Algunas mediciones muestran que en las redes sociales, las publicaciones con rostros humanos son hasta un tercio más interesantes y atraen la mirada de los usuarios. Lo que sugiere que existe una atracción irresistible por este contenido. Aquellos que estén interesados en atraer muchos seguidores o que quieran conseguir un alto nivel de exposición están muy atentos a estos detalles.
Desde un punto de vista psicológico, los rostros son formas poderosas de comunicación no verbal. La gente mira los rostros para tener una primera impresión, porque la cara es una parte importante del cuerpo. La expresividad en una selfie, que inevitablemente nos llama la atención, está relacionada con un principio simple en psicología. En el que un sujeto que sabe que es observado ajusta su comportamiento, y esto se vuelve muy evidente cuando estamos frente a una cámara.
Selfies: ¿se trata de preocupación por uno mismo o narcicismo?
La admiración construida en torno a los selfies se basa en una forma de mostrar a los demás que ese momento valió la pena inmortalizar, o que sucedió algo importante y memorable que tenía que compartirse con los demás. De hecho, puede ser un estado de ascendencia o superioridad, un momento en el que la autoestima estaba en un nivel alto, una preocupación excesiva por uno mismo, que algunos confunden con el narcisismo.
Aunque se ha especulado que hay un elemento patológico del área del narcisismo o la obsesión en el comportamiento de quienes se preocupan por tomarse selfies, la buena noticia es que tal interés no tiene nada de enfermo. A lo sumo, algunas motivaciones internas y externas.
Selfies para satisfacer ciertas necesidades
La motivación detrás de publicar selfies puede estar relacionada con la necesidad de transmitir algo sobre uno mismo de forma controlada a los demás. De manera cómoda y agradable, lo que se refleja en la autoestima y eventual admiración de los demás. Otro motivo tiene que ver con la necesidad de validación social, con una manera vana de verse mejor a los ojos de los demás, tras una serie de intentos. Tras lo cual, finalmente, se selecciona la representación más exitosa de uno mismo, desde un ángulo ventajoso, en el que las pequeñas imperfecciones se difuminan o incluso anulan mediante procedimientos de postedición. Para estar más cerca de la representación mental ideal de uno mismo.
A la lista de motivos podemos sumar la necesidad de visibilidad, de estar en la portada de forma sencilla o la necesidad de transmitir un estado positivo o simplemente porque los smartphones nos permiten hacerlo de forma fácil y segura.
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