A veces, la relación entre la mujer y el hombre sufre un duro golpe después del nacimiento del primer hijo. A continuación encontrarás algunos consejos para nuevos padres que quieren seguir siendo una pareja unida y vivir en armonía para el desarrollo saludable del bebé.
¿Cómo la llegada del primer hijo puede afectar la relación de pareja?
Si solo unos meses antes, los padres habían regresado a casa del hospital en el séptimo cielo, con un adorable paquete en la cuna, ahora ya están en desacuerdo. Sí, porque un bebé a veces es como una pequeña bomba de tiempo, capaz de detonar incluso la pareja más sólida y probada.
Un cambio repentino
El nacimiento de un niño es una verdadera agitación, un evento a menudo explosivo, que produce numerosos cambios, tanto dentro de uno mismo, en cuanto a emociones, pensamientos, prioridades y externamente, en términos organizacionales y relacionales.
De hecho, como señaló el psicólogo estadounidense Jay Belsky a principios de la década de 1980, de los tres componentes principales de la relación de pareja, es decir, la relación romántica y erótica, la de complicidad amistosa y la de solidaridad, con el nacimiento del niño, las primeras casi desaparecen.
Una posible inestabilidad en la armonía de la pareja
Algunas investigaciones muestran claramente que el bienestar de la pareja disminuye con la llegada del bebé, mientras que se mantiene estable en parejas de la misma edad, registradas y casadas, que no han tenido hijos. En términos cuantitativos, según estimaciones recientes, el porcentaje de aquellos que consideran que su relación es «buena» antes del nacimiento de un niño es en promedio alrededor del 85% y cae al 45% después.
Siendo así, es fácil comenzar a hacer vidas separadas, cada una para sí mismo, encerradas en su propio capullo. Y desafortunadamente los resultados, corroborados por las estadísticas, están a la vista de todos. Un aumento exponencial en separaciones y divorcios después del primer hijo, debido a disputas, acusaciones, recriminaciones.
¿Qué parejas tienen más riesgo de fallar?
Las dificultades están al acecho, especialmente para las parejas que ya eran precarias o tenían algunas dificultades antes del nacimiento del niño, pero también para aquellos caracterizados por altos niveles de ansiedad y preocupación por el recién llegado.
Un aspecto, este último, que a menudo se refiere principalmente a los padres que han enfrentado la maternidad y la paternidad a una edad más madura o que tal vez se han visto obligados a recurrir a la fertilización asistida. Además, también las expectativas poco realistas y la poca adaptabilidad pueden ser perjudiciales, así como la subestimación del nivel de atención que requiere un recién nacido.
Los padres deben buscar la armonía
Aunque no siempre es fácil y requiere mucho esfuerzo, es esencial que los niños sientan de inmediato una armonía entre los padres, los perciban como una unidad, para internalizar la serenidad y la seguridad. En resumen, mamá y papá deberían ser como dos remeros remando en la misma canoa, dos soldados marchando manteniendo el ritmo.
Si la relación está muy comprometida, es bueno recurrir a un psicoterapeuta, que podrá proporcionar ayuda especializada y específica.
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