Fábula sobre el árbol que se moría y su gran enseñanza

La fábula del árbol

Las fábulas pueden ayudarnos a comprender verdades simples, pero que están muchas veces vedadas para la simple comprensión, como lo es el sentido de vivir, la capacidad de ser felices, el amor y la compasión, entre otros temas que pueden abarcarse con las fábulas.

¿Qué es una fábula?

Una fábula suele ser una obra literaria breve, escrita tanto en prosa como en verso, que involucra animales, plantas, piedras, seres vivos de todo tipo, que, para el propósito de la historia, tienen la capacidad de comunicarse y poder revelar, mediante un episodio particular, una verdad que todos podemos apreciar al final.

En esta ocasión, compartimos una fábula sobre la muerte de muchas plantas, que tras ser descubiertas por un Rey, este procuró indagar a las que aún estaban agonizando, para entender por qué estaban muriendo, mientras una de ellas seguía igual de hermosa.

El árbol que moría

Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo.

El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino. Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid. Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa. La Rosa lloraba porque no podía ser alta y sólida como el Roble. Entonces encontró una planta, una fresia, floreciendo y más fresca que nunca.

El rey preguntó: ¿Cómo es que creces saludable en medio de este jardín mustio y sombrío?

No lo sé. Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías fresias. Si hubieras querido un Roble o una Rosa, los habrías plantado.

En aquel momento me dije: «Intentaré ser Fresia de la mejor manera que pueda».

Esta fábula nos puede dejar como enseñanza que debemos primero aceptar quiénes somos, y en vez de gastar nuestro tiempo y desgastar nuestra energía en ser como alguien o algo que imaginamos, —o que nos hicieron creer que debíamos ser—, debemos explotar al máximo eso que somos, que nadie más que nosotros podrá ser.