Cómo el estrés puede modificar nuestra personalidad

Persona estresada tapándose su rostro y cambiando su personalidad

Padecer estrés puede resultar común en la población en general, sin embargo, el estrés crónico supone riesgos a la salud e incluso puede cambiar nuestra personalidad y modificar nuestra forma de ser.

Siendo el estrés, uno de los problemas más comunes en la vida actual, es importante considerar hasta qué punto puede llegar a afectarnos. Y no es una cuestión que nos deba alterar, pues a pesar de estar considerado por la organización mundial de la salud, como toda una epidemia de la era actual, se establece que existen caminos y formas de ser tratado, para evitar sus consecuencias en nuestra salud física y mental, como así también que el estrés termine por modificar nuestra personalidad.

¿Cómo se define el estrés? 

Empecemos por tratar de comprender y definir el estrés en sus más básicas dimensiones. El estrés como tal, es una reacción de nuestro cuerpo ante un desafío, una situación o reto, catalogada como “factor estresante” que se nos presenta en cualquier momento o espacio de nuestra vida.

En algunas ocasiones el estrés puede ser considerado como algo positivo, sin embargo, cuando el estrés dura más de lo adecuado, o se hace persistente, puede llegar a ser riesgoso para la salud.

Dos tipos de estrés diferentes:

Así pues, se consideran dos tipos de estrés, identificados de la siguiente manera:

Estrés agudo: es el que se presenta con una duración relativamente corta. Lo experimentamos a diario, a través de perturbaciones emocionales como sorpresa, susto, alegría, entre otras.

Podríamos ejemplificarlo en circunstancias como altercados con alguna persona, al tropezar o ser alertado por una bocina al cruzar la calle. Esta reacción nos ayuda a controlar situaciones de riesgo.

Estrés crónico: es el que se presenta con una duración de tiempo más prolongado, considerado negativo ya que extiende las reacciones que alteran nuestra mente y nuestro cuerpo, liberando hormonas, haciendo que el cerebro permanezca sobre alertado, causando tensión muscular y un ritmo cardíaco acelerado.

El estrés crónico puede presentarse en situaciones como cuando se tienen deudas, problemas en el trabajo o en relaciones tóxicas con las parejas.

Alteraciones que produce el estrés en nuestra vida

Cuando el estrés se extiende por semanas o meses, se pueden apreciar ciertos signos que nos ayudar a advertir la necesidad de buscar formas de controlar el estrés o acudir a profesionales de la salud mental para ayudarnos a corregir la situación. Analicemos cuáles serían esos signos a tener en cuenta:

  • Presión arterial alta: presente por un bombeo exagerado de sangre, que puede llevar a afecciones médicas mucho peores, como problemas cardiacos, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia renal, entre otros.
  • Baja de las defensas: cuando el sistema inmunológico se ve afectado, haciéndose propenso a sufrir más enfermedades y durar más tiempo en su recuperación.
  • Propensión a trastornos del estado de ánimo: Cuando el estrés es muy fuerte, surge la ansiedad, que al no ser tratada de forma oportuna, puede llegar a generar ataques de pánico, trastornos obsesivos compulsivos, ansiedad generalizada o depresión.
  • Insomnio: Desarrollando problemas para dormirse, descansar en periodos de sueño y recuperar las energías que el cuerpo necesita.
  • Problemas en la alimentación: cuando se presentan variaciones bruscas en el apetito, bien sea perdiendo las ganas de ingerir alimento o por el contrario, comiendo más de lo indicado; todo esto puede acarrear problemas digestivos al llevar que el organismo no extraiga de forma efectiva los nutrientes de los alimentos.
  • Problemas de la piel y del cabello: se suelen presentar cambios hormonales que pueden desencadenar alteraciones y producción de acné en la piel, eccemas, resequedad o grasa en la piel, así como la caída exagerada del cabello.
  • Agresividad: dentro de las variaciones del estado de ánimo, se experimentan emociones negativas que pueden revelar episodios de mal humor y agresividad.

Cambios en la personalidad producto del estrés

Cuando el estrés se ha apoderado de grandes espacios de nuestra vida, como nuestras relaciones, los espacios laborales, sociales, familiares y relación de pareja, se comienzan a presentar cambios más significativos en nuestro personalidad, que llevan a percibir de forma distinta nuestra existencia.

Esto se puede apreciar en personas que antes solíamos ver muy optimistas, enérgicas, sonrientes, amables  y que ahora, pueden mostrarse opacos, tristes, desanimados, agrios o apáticos. Su vida ha dejado de ser la misma y ahora enfrentan cada situación de forma negativa, con desánimo y sin gusto.

Esta es una situación que se puede ver aumentada si se cae en la trampa del sufrimiento y la dolencia de estos síntomas, sin poner un alto a su presencia, aún reconociendo que su calidad de vida ya no es la misma.

Posibles formas de evitar el estrés

Para hacer frente a la aparición de estos signos que hemos presentado, lo mejor que podemos hacer es buscar la forma de conocernos a nosotros mismos lo mejor posible.

De esta forma aprendemos a observarnos en las distintas dificultades que se nos presenten e implementar un plan de acción que nos permitan mantener el control de nuestras emociones, evitar las frustraciones, manejar positivamente nuestra autoestima, establecer prioridades y límites en nuestras responsabilidades.

Así mismo, es preciso acompañar nuestras decisiones y acciones de un estilo de vida balanceado, que incluya una sana alimentación, ejercicio, meditación, recreación, buenas horas de sueño e incluso el apoyo emocional en contextos sociales, familiares o a nivel profesional.

Comenta cuales han sido esos momentos de estrés más desfavorables, como has intentado enfrentarlos y qué resultado te ha dado tratar de superarlos.

[mks_toggle title=»Bibliografía:» state=»close «]

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