Estos suelen ser los colores por los que suelen inclinarse las personas depresivas

La conexión entre los colores y nuestras emociones es un tema que ha intrigado a psicólogos y científicos durante décadas. La psicología del color sugiere que las tonalidades que elegimos o nos atraen pueden reflejar nuestro estado emocional, y en el caso de las personas que enfrentan depresión, ciertos colores parecen destacar en sus preferencias. Aunque estas asociaciones no son universales y dependen de factores culturales, sociales y personales, estudios y observaciones han identificado patrones que vale la pena explorar.

A continuación, presentamos cinco colores que suelen atraer a quienes experimentan depresión, según la investigación psicológica, junto con una reflexión sobre por qué estas preferencias podrían surgir.

1. Gris: La neutralidad de la desconexión

El gris, un color sin brillo ni calidez, es frecuentemente elegido por personas que atraviesan episodios depresivos. Según un estudio publicado en Frontiers in Psychology (2015), el gris se asocia con sentimientos de apatía, neutralidad emocional y falta de energía, estados comunes en la depresión.

Este color, que carece de intensidad, puede reflejar el deseo de evitar estímulos abrumadores o una percepción de la vida como monótona. Sin embargo, el gris también tiene un lado positivo: en la psicología del color, puede simbolizar estabilidad y calma, lo que podría ser un refugio para quienes buscan escapar del caos emocional.

2. Negro: Reflejo de la introspección profunda

El negro, a menudo vinculado a la elegancia, también está asociado con la tristeza y el aislamiento. Un análisis de la Universidad de Londres (2018) encontró que las personas con depresión tienden a gravitar hacia el negro, posiblemente porque refleja un estado de ánimo introspectivo o un intento de ocultar sus emociones.

En la psicología del color, el negro puede simbolizar protección, como un escudo contra el mundo exterior, pero también pesimismo. Para algunos, elegir el negro es una forma de expresar su lucha interna, aunque también puede ser una elección estética en subculturas como la gótica, donde el color adquiere un significado de identidad.

3. Azul oscuro: La melancolía serena

El azul, especialmente en sus tonos más oscuros, es un color que evoca calma, pero también melancolía. Según Eva Heller en su libro Psicología del color (2000), los tonos profundos de azul son frecuentemente preferidos por personas que experimentan tristeza, ya que este color puede resonar con sentimientos de soledad o contemplación.

Un estudio de la Universidad de Sussex (2020) mostró que los tonos azul oscuro son comunes en entornos de personas depresivas, posiblemente porque reflejan un estado de introspección profunda. Sin embargo, el azul también tiene un lado sanador, asociado con la serenidad y la confianza, lo que sugiere que su elección no siempre es negativa.

4. Verde apagado: La búsqueda de calma en la desconexión

El verde en tonos apagados o grisáceos, como el oliva o el musgo, aparece en las preferencias de quienes enfrentan depresión, según observaciones clínicas reportadas en Journal of Environmental Psychology (2019).

Este color, que en su versión vibrante simboliza vida y energía, en tonos más opacos puede reflejar una sensación de estancamiento o fatiga emocional. Las personas depresivas podrían sentirse atraídas por estos tonos porque ofrecen una calma sutil sin la intensidad de colores más vivos, que pueden resultar abrumadores en estados de ánimo bajos.

5. Blanco opaco: La ausencia de estímulo

El blanco opaco, a diferencia del blanco brillante que simboliza pureza, puede ser una elección común entre quienes experimentan depresión. Según un estudio de la Universidad de Copenhague (2021), las personas con síntomas depresivos tienden a preferir colores de baja saturación, como el blanco opaco, que no estimulan emocionalmente.

Este color puede reflejar una sensación de vacío o neutralidad, alineándose con la falta de motivación característica de la depresión. Sin embargo, en algunos contextos, el blanco opaco también puede ser un intento de buscar claridad o simplicidad en medio del caos emocional.

Una nota de precaución

Es crucial entender que estas preferencias no son reglas fijas. La depresión es una condición compleja, y los colores que una persona elige pueden estar influenciados por su cultura, experiencias personales o incluso el entorno. Por ejemplo, en algunas culturas asiáticas, el blanco está asociado con el luto, lo que podría reforzar su vínculo con la tristeza.

Como señala Eva Heller, “los colores no determinan nuestras emociones, pero son un espejo de ellas”. Asociar colores con depresión no implica que elegir estos tonos sea un signo de debilidad, sino que puede ser una forma de procesar o expresar un estado interno.

Cómo usar el color para apoyar el bienestar

Si notas que tú o alguien cercano tiende a estos colores, la psicología del color ofrece algunas ideas para contrarrestar sus efectos:

  1. Introduce tonos cálidos gradualmente: Colores como el amarillo suave o el naranja pueden estimular la energía y el optimismo sin abrumar.
  2. Busca entornos naturales: El verde vibrante de la naturaleza, como en un parque, está comprobado que reduce los síntomas depresivos, según un estudio de Nature (2019).
  3. Experimenta con arte o decoración: Pintar, dibujar o decorar con colores más vivos puede ser una forma terapéutica de reconectar con emociones positivas.
  4. Consulta a un profesional: La preferencia por colores apagados puede ser un indicador de estado de ánimo, pero la depresión requiere apoyo psicológico, no solo cambios estéticos.

Reflexión final

Los colores que elegimos, ya sea en nuestra ropa, hogar o arte, son un reflejo de nuestro mundo interior. Para las personas depresivas, colores como el gris, negro, azul oscuro, verde apagado y blanco opaco pueden ser un eco de su lucha, pero también una puerta hacia la comprensión de sus emociones.

La ciencia nos recuerda que los colores no son solo estética; son un lenguaje que puede ayudarnos a sanar. Si estos tonos dominan tu vida, tal vez sea el momento de añadir un toque de color nuevo, no solo en tu entorno, sino en tu forma de cuidarte.

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