La vitamina D es una sustancia esencial para el buen funcionamiento de nuestro organismo. Se encarga de regular el metabolismo del calcio y el fósforo, favoreciendo la salud de los huesos, los músculos y el sistema inmunitario.
Además, tiene un papel importante en el estado de ánimo, la prevención de enfermedades crónicas y el equilibrio hormonal.
Sin embargo, muchas personas sufren de deficiencia de vitamina D, lo que puede causar una serie de síntomas extraños que a veces pasan desapercibidos o se confunden con otras condiciones.
En este artículo te contamos cuáles son estos síntomas y cómo puedes solucionar el problema.
¿Qué causa la deficiencia de vitamina D?
La principal fuente de vitamina D es la exposición al sol, ya que nuestra piel produce esta sustancia al entrar en contacto con los rayos ultravioleta. Por eso, las personas que viven en zonas con poco sol, que usan protector solar constantemente o que tienen la piel oscura tienen más riesgo de sufrir deficiencia de vitamina D.
Otras causas que pueden provocar esta condición son:
- Una dieta pobre en alimentos ricos en vitamina D, como el pescado azul, los huevos, los lácteos fortificados o los champiñones.
- Una mala absorción intestinal de la vitamina D, debido a enfermedades como la enfermedad celíaca, la enfermedad de Crohn o el síndrome del intestino irritable.
- Una alteración en el metabolismo de la vitamina D, causada por problemas en el hígado o los riñones, que impiden su conversión en su forma activa.
- El uso de ciertos medicamentos que interfieren con la absorción o la acción de la vitamina D, como los anticonvulsivos, los corticoides o los antirretrovirales.
- El embarazo y la lactancia, que aumentan las necesidades de vitamina D.
¿Qué síntomas produce la deficiencia de vitamina D?
La deficiencia de vitamina D puede manifestarse de diferentes formas, según el grado y la duración de la misma. Algunos síntomas extraños que pueden alertarnos son:
- Dolor óseo y muscular: La vitamina D es fundamental para la absorción del calcio y el fósforo, que son los minerales que forman parte de los huesos y los músculos. Si hay una falta de vitamina D, estos tejidos se debilitan y se vuelven más propensos a sufrir fracturas, osteoporosis, osteomalacia o raquitismo. Además, el dolor muscular puede ser un signo de inflamación o atrofia muscular por falta de vitamina D .
- Fatiga y cansancio: La falta de vitamina D puede afectar al nivel de energía y al rendimiento físico e intelectual. Esto se debe a que la vitamina D interviene en el metabolismo celular y en la producción de hormonas como la testosterona o la tiroides. Además, la fatiga puede estar relacionada con el dolor muscular o con la anemia por falta de hierro, ya que la vitamina D también favorece la absorción de este mineral .
- Depresión y cambios de humor: La vitamina D tiene un efecto antidepresivo y regulador del estado anímico, ya que participa en la síntesis de neurotransmisores como la serotonina o la dopamina. Estas sustancias son las responsables de generar sensaciones de bienestar, placer y motivación. Por eso, cuando hay una deficiencia de vitamina D, se puede producir una disminución del ánimo, una mayor tendencia al pesimismo, a la irritabilidad o a la ansiedad .
- Infecciones frecuentes: La vitamina D es un potente modulador del sistema inmunitario, ya que estimula la producción y actividad de las células defensivas que combaten las infecciones. Si hay una carencia de vitamina D, se puede producir una mayor susceptibilidad a padecer resfriados, gripes, bronquitis, otitis o infecciones urinarias, entre otras. Además, la vitamina D también tiene un efecto antiinflamatorio y antialérgico, por lo que su deficiencia puede favorecer el desarrollo de enfermedades autoinmunes o alérgicas .
- Antojo de dulces: La vitamina D tiene una relación directa con el nivel de glucosa en sangre y la sensibilidad a la insulina. La insulina es la hormona que regula el transporte de la glucosa desde la sangre hasta las células, donde se utiliza como fuente de energía. Si hay una deficiencia de vitamina D, se puede producir una resistencia a la insulina, lo que implica que la glucosa no se aprovecha correctamente y se acumula en la sangre. Esto genera un aumento del apetito, especialmente por los alimentos dulces, que son los que aportan más glucosa rápidamente. Sin embargo, este consumo excesivo de azúcar puede empeorar el problema y aumentar el riesgo de diabetes .
¿Cómo solucionar la deficiencia de vitamina D?
La solución más sencilla y natural para corregir la deficiencia de vitamina D es aumentar la exposición al sol, siempre con precaución y sin quemarse. Se recomienda exponer al menos el 40% del cuerpo al sol durante unos 15 minutos al día, preferiblemente en las horas centrales del día y sin usar protector solar.
Otra forma de aumentar los niveles de vitamina D es mejorar la dieta, incluyendo alimentos ricos en esta sustancia o suplementos alimenticios. Algunos alimentos que contienen vitamina D son:
- Pescados grasos como el salmón, el atún, la caballa o las sardinas.
- Huevos, especialmente la yema.
- Lácteos fortificados con vitamina D, como la leche, el yogur o el queso.
- Champiñones expuestos al sol.
- Aceite de hígado de bacalao.
Los suplementos de vitamina D pueden ser una opción para aquellas personas que no pueden obtener suficiente vitamina D a través del sol o de los alimentos.
Sin embargo, es importante consultar con un médico antes de tomarlos, ya que hay diferentes tipos y dosis de vitamina D y se debe ajustar a las necesidades y características de cada persona.
Además, se debe controlar el nivel de vitamina D en sangre mediante análisis periódicos para evitar una sobredosis o una toxicidad.
La deficiencia de vitamina D es un problema muy común que puede afectar a nuestra salud física y mental.
Por eso, es importante estar atentos a los síntomas extraños que pueden indicarnos que nos falta esta sustancia y tomar medidas para solucionarlo. Así podremos disfrutar de todos los beneficios que nos ofrece esta maravillosa vitamina.
