El victimismo crónico: la queja como una insana costumbre

El victimismo crónico

Si entre las personas de tu entorno, hay alguien que se caracteriza por vivir quejándose de todo y de todos, quizás esté sufriendo de “victimismo crónico”. Son el tipo de persona que puede llegar a arruinarte el día, con su mala actitud y pesadumbre. Sin embargo, su situación no es algo escogido, y puede ser revertida.

El concepto de “victimización” está enmarcado en los rasgos psicológicos de una determinada persona, que con su actitud puede llegar a afectar sus relaciones personales y afectivas. En la mayoría de las veces, no identifican con claridad cuál es la causa de su malestar, ni qué es lo que les mantiene en ese estado de frustración

Este comportamiento de “víctima crónica” realmente se trata de una conducta que carece de racionalidad, donde la persona simplemente no intenta acceder a algún tipo de herramienta que le permita diseñar una estrategia útil; para afrontar con éxito las “adversidades” que padece.

Con el tiempo, esta conducta tiende a desaparecer si la persona toma conciencia de lo absurdo de su posición; aunque hay casos donde esta condición se establece como una forma de llevar la existencia misma.

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¿Cómo suelen actuar las personas que presentan victimismo crónico?

Las personas que se denominan víctimas crónicas, son las que tienen una percepción muy particular de la realidad; en la que ellas son el blanco de todas las calamidades y mala fortuna que a una persona le puede llegar a suceder.

Nada de lo malo que les sucede es consecuencia de sus actos, si no responsabilidad de terceras personas. Constantemente, a su entender, son blanco de agresiones de diversos tipos; aunque en el fondo son situaciones ficticias o magnificadas al extremo.

Sin estar plenamente conscientes de ello, las víctimas crónicas se van acostumbrando de manera paulatina a esta situación; negándose a sí mismas la oportunidad de darle un remedio a su conflicto.

Esto termina por enrarecer sus relaciones interpersonales, con las personas que la rodean.

Características de las personas con victimismo crónico

Las víctimas crónicas tienen un comportamiento típico, que puede ser resumido en los siguientes patrones de conducta:

1. Demanda constantemente apoyo a sus allegados

Dan por sentado que el resto de las personas están allí para ayudarle en todo momento y bajo cualquier circunstancia, pretendiendo fomentar sentimientos de culpa cuando no son atendidos sus requerimientos.

2. Desvían la responsabilidad de sus actos hacia otras personas

Aun cuando es su responsabilidad y esto es evidente, intentan transferir sus fallos a terceras personas, porque que a su entender, son culpables de propiciar la situación.

Sin reparar en argumentos, dan explicaciones inconexas donde en todo momento dejan claro; que los fallos no son acreditables a su persona.

3. No manejan la autocrítica como medio de aprendizaje

Este tipo de personas son reacias a aprender de sus errores, por lo que recaen en situaciones desagradables que son fácilmente previsibles; por el hecho de no admitir en ningún momento, que su proceder es incorrecto.

Son incapaces de autoevaluarse porque según su criterio, no tienen nada que reprocharse  en referencia a sus acciones, omisiones o decisiones; ya que asumen que lo que les está ocurriendo es ajeno a su responsabilidad.

4. Se recrean en su posición de víctimas

Por extraño que parezca, las víctimas crónicas se sienten muy bien interpretando ese rol, ya que de algún modo atraen la atención de conocidos y extraños, y eso les agrada.

Les fascina generar empatía en las personas y se creen merecedoras de todo tipo de atenciones y consideraciones.

Esto lo canalizan a través de la exageración de situaciones que muchas veces pueden ser hasta hipotéticas, magnificando consecuencias y haciendo manifiesta su condición de vulnerabilidad e indefensión.

5. Utilizan con habilidad el chantaje emocional

El victimismo crónico es una condición de por sí, manipuladora. La intención es influir en la parte emotiva de las personas del entorno, despertando en ellas sentimientos de culpa, lástima o incluso de responsabilidad ante situaciones que en el fondo les son totalmente ajenas. Esto se conoce como chantaje emocional, y es una maniobra manipuladora más común de lo que podemos imaginar.

La víctima crónica da por sentado que los demás tienen la obligación de prestar su ayuda y si por alguna razón esto no sucede, suelen mostrarse tristes e inconsolables aunque en el fondo; alimentan un agudo resentimiento.