Perdonar es difícil para la mayoría de las personas. Y sin duda se necesita mucho esfuerzo para poder perdonar a alguien que nos ha lastimado de manera irreparable,
Mahatma Gandhi consideraba que el perdón es un atributo del hombre fuerte, y sin duda se necesita mucho esfuerzo para poder perdonar a alguien que nos ha hecho daño irreparable, pero también un esfuerzo aún mayor para poder perdonarnos a nosotros mismos.
El que encuentra difícil amarse verdaderamente a sí mismo, es el que está atrapado en este campo.
Quien no puede perdonar debe soportar el doble de dolor
Son muchos los que cargan en ellos mismos quejas y odios desde hace años interminables. Y por supuesto les parece razonable y justificado sentir estos sentimientos, ya que otros son los responsables del dolor y la ira que les causaron. Pero este es también el gran error, puesto que este solo pensamiento los mantiene en su propia prisión y nunca podrán ser verdaderamente felices en sus vidas.
Al negarnos a perdonar, nos sucede algo terrible. La amargura y la envidia que tenemos, se acumulan dentro de nosotros y se convierten en un veneno que nos mata.
Es imposible ser sano y libre cuando nos mantenemos atados al pasado. Todo lo que pasa debe pertenecer al pasado, porque la vida continúa y tenemos la obligación de seguirla.
Perdonar a alguien no significa que lo justifiques por lo que te hizo.
Todos hacen lo mejor que pueden de acuerdo con la comprensión, la conciencia y el conocimiento que tienen.
Cuanto más difícil, violenta (etc.) ha vivido una persona, más y en mayor medida estos sentimientos dominan dentro de él y estalla.
Deja ir el pasado y libérate con el poder del perdón
No pierdas tu tiempo en vengarte, porque simplemente lo que das siempre se te regresa.
Por lo general, las personas a las que nos cuesta más perdonar son las que nos dan la mayor lección de vida.
Necesitamos amor por nosotros mismos y exaltación de esta vieja condición y luego el perdón vendrá por sí mismo.
Cuando empecemos a perdonar a quienes nos han hecho daño encontraremos con el tiempo una respuesta inesperada..
El contacto personal con la persona o personas no se vuelve necesario para obtener el perdón. El perdón mental y verdadero, el que sale de nuestro corazón, es capaz de traer el cambio dentro de nosotros. Sobre todo, perdonamos por nosotros mismos, no por los demás.
Cuando nos aferramos al pasado e incluso a tales situaciones, no nos permitimos vivir el presente y la vida se pierde frente a nosotros. Mira más profundamente en ti mismo, tal vez necesites perdonarte primero a ti mismo y luego a los demás.
La capacidad de perdonar es una calificación de lo posible. Los débiles nunca perdonan.
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