La resistencia al cambio es una postura de oposición que asume una persona cuando la transformación en algún aspecto de su vida es inevitable o ya se ha dado.
La actitud ante cualquier cambio que se esté manifestando puede ser positiva o negativa, pero siempre depende de las características de la personalidad, en esta medida la resistencia al cambio puede ser mayor o menor.
En qué consiste la resistencia al cambio
La resistencia al cambio es una conducta caracterizada por la negación hacia la aceptación de transformaciones que pueden darse en cualquier ámbito de la vida de una persona.
Consiste en negarse de manera rotunda a que una dinámica cambie, la manera de resistirse a estas metamorfosis se da por medio de la no aceptación, por ejemplo.
En este sentido, los individuos que muestran resistencia al cambio suelen ignorar la realidad y siguen desenvolviéndose de la manera acostumbrada.
Un típico ejemplo de resistencia al cambio se presenta cuando en las organizaciones incorporan métodos de trabajo distintos, desconocidos por la mayoría, que pueden provenir de nuevas tecnologías, y muchas de las personas se niegan a adquirir los nuevos conocimientos.
Considerarse ineficaz o incapaz de adaptarse
La raíz de tales comportamientos puede residir en los miedos que produce en los individuos la carencia de seguridad que les brindaba lo que hasta el momento dominaban a la perfección y que ahora ya no es suficiente, sino que debe ser complementado con nuevos aprendizajes.
Muchos temen no alcanzar las competencias requeridas o que su labor ya no sea requerida a futuro por cuanto podrían ser sustituidos por estas nuevas herramientas.
Este caso ilustrativo, aunque está referido con el área organizacional, bien puede ser trasladado al aspecto personal, por cuanto la negación al desarrollo y adquisición de nuevas habilidades supone en cualquier caso una resistencia al cambio.
A nivel personal se presenta en la medida en que las personas se nieguen a asumir cualquier tipo de cambios en su vida por miedo a lo desconocido o a que su realidad se transforme de forma negativa.
La necesidad de trabajar esta resistencia
La resistencia al cambio es un factor relevante para trabajar cuando los individuos emprenden acciones con la finalidad de mejorar algún aspecto de sus vidas, porque significa dejar lo conocido, lo que ha venido haciendo desde siempre y optar por lo desconocido.
El miedo es la principal emoción responsable de la resistencia al cambio, y surge porque los individuos se enfrentan a realidades desconocidas que implican, entre otras cosas, el desconocimiento de los resultados.
Una persona que desea iniciar cambios en su vida porque existen aspectos que no le hacen feliz se enfocará en reflexionar en lo que debe cambiar, pero en muchas ocasiones no emprenderá ninguna acción por miedo a no saber cómo actuar o cuáles resultados obtendrá.
En estos casos las personas optan por no emprender ninguna clase de cambio y quedarse en el territorio que ya conocen y que manejan a la perfección, denominado como zona de confort.
Cómo superar la resistencia al cambio
No es una tarea sencilla porque se puede desatar una lucha interna para impedir a toda costa que los cambios se presenten y quedar en territorio extraño y desconocido, pero es posible.
Vencer las resistencias depende de trabajo personal, de una autoestima fuerte, motivación y fuerza de voluntad. No es el mismo esfuerzo para todos ya que existen personas más renuentes a los cambios que otras.
Pasos para vencer la resistencia al cambio
El ser humano goza de la capacidad de adaptación y esta es clave cuando de aceptar los cambios se trata. Cambiar supone una reinvención en cualquier aspecto y al ser parte de la dinámica natural de la vida en cuanto se acepte se convertirá en más llevadera.
1. Trabajo personal
Una de las principales premisas para vencer la resistencia consiste en llevar a cabo un trabajo personal que incluya el autoconocimiento y la autorreflexión.
Se trata de revisar cuáles son aquellos factores que impiden que se acepte el cambio de manera positiva y que se llegue a postergar inclusive, es descubrir qué sentimientos genera la posibilidad de que se produzca una transformación.
Detectar si posee creencias dentro de sí que le impiden movilizarse hacia la consecución de nuevas metas, concepciones que de manera irracional le llevan a quedarse estancado.
Tener el conocimiento de aquello que aleja a la persona de los cambios y que le lleva a negarse es el primer paso para vencer la resistencia.
2. Analizar los posibles escenarios
Es recomendable incluso plasmar en un papel los posibles escenarios que el cambio puede plantear y formularse la pregunta en ese momento: ¿Qué es lo peor que podría pasar?
Tener el conocimiento de lo que implica el peor de los resultados ayuda a tomar las medidas respectivas en lo referente a la posibilidad del cambio y brindará las herramientas para actuar si este es inminente.
3. Darse el permiso de vivir nuevas experiencias
La confianza que proviene del conocimiento de lo que puede ocurrir a raíz de la transformación de la realidad ayudará al individuo a concederse el permiso para vivir nuevas experiencias que terminarán por enriquecerle como ser humano.
De eso se trata, de que la persona se permita a sí misma abandonar la zona de confort que le proveía seguridad, pero que quizás no le brindaba felicidad, que se atreva a dar el paso y llenar su vida con nuevas experiencias.
