La depresión en los niños y sus primeros síntomas

niño que sufre depresión infantil

El trastorno de la depresión infantil, está caracterizado por una transformación en el estado de ánimo que se prolonga por un período de tiempo determinado, y afecta la calidad de vida de quienes la padecen, en el caso de la población en edad infantil, suele ser un poco más difícil de detectar.

¿Cómo se manifiesta la depresión infantil?

La depresión en la infancia es considerada una enfermedad mental grave, esto debido a los efectos negativos que puede tener sobre la salud física y mental del individuo, así como al peligro permanente que representan las ideas suicidas propias del trastorno.

En los niños, aunque en menor medida, si se establece una comparación con la población adulta, aparece la depresión motivada por diversas causas, que pueden tener un origen fisiológico, psicológico o ambientales.

Aunque los síntomas de la depresión pueden variar entre adultos y niños, por lo general, la enfermedad se asocia con cambios o alteraciones en el estado de ánimo asociados con emociones negativas como el desamor o desinterés por la vida, sostenidos por un período de tiempo considerable.

En los niños, especialmente los menores de 10 años, el diagnóstico de la depresión es un poco complicado en vista de una incapacidad para identificar las emociones y de darse cuenta de aquello que le está sucediendo.

En base a esto, el especialista, para evaluar y posteriormente elaborar un diagnóstico, se entrevistará con los padres o cuidadores del niño y con los docentes para conocer las impresiones de éstos en una primera fase.

Luego de obtener los relatos de las personas que rodean al infante, el especialista en conducta procederá a realizar pruebas al niño, así como entrevistas estructuradas que le ayuden a tener una clara visión de aquello que le está sucediendo y poder determinar si se trata de una depresión infantil.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que, hasta el año 2021, la depresión será la segunda causa más importante de la carga de morbilidad mundial.

Síntomas de la depresión infantil

Un niño con depresión por lo general presentará los siguientes síntomas:

1. Cambios observables y constantes en su estado de ánimo:

Consiste en una transformación abrupta en lo que respecta a su manera de ser habitual, es decir, un niño que solía ser alegre ahora siempre se ve notablemente triste todo el tiempo, por un período prolongado de tiempo (2 semanas o más).

En otros casos, el cambio de conducta se manifiesta por medio de la hostilidad, la irritabilidad o la rebeldía en contra de las figuras de autoridad o de las normas preexistentes. Es común que un niño con depresión que siempre se caracterizó por ser un buen alumno, de pronto no cumpla con las tareas o presente mala conducta en el aula.

En muchos casos, estás conductas se presentan en los niños debido al desconocimiento de sus emociones y al no saber expresarlas. Por consiguiente, la actitud que toman debido al sentimiento que les sobrepasa es de agitación o desadaptación.

2. Cambios en los patrones de sueño:

Estos se manifiestan por medio de alteraciones del sueño, como la aparición del insomnio en un niño que durmió siempre bien, o de pesadillas recurrentes que le impiden un buen descanso.

Otro de los cambios puede ponerse de manifiesto al multiplicar las horas de sueño, de manera completamente atípica, con respecto a sus hábitos de sueño.

3. Pérdida de interés por las actividades que más le gustan:

Este es un signo de alarma en la depresión infantil, y consiste en un desinterés total por la realización o participación en aquellas actividades que constituían sus principales pasatiempos, supone una desconexión con aquello que le conecta con el placer.

El niño, además de no interesarse por lo que más le agradaba, se muestra apático y de manera visible no existe nada que parezca disfrutar.

4. Aislamiento social:

Evita de todas las formas posibles relacionarse con las demás personas, por el contrario, no muestra ningún interés por compartir con ninguno de sus semejantes. Si tenía un grupo de amigos, suele alejarse y mostrarse retraído.

5. Desórdenes alimenticios:

La depresión infantil trae consigo alteraciones en el peso como producto de los cambios en los hábitos alimenticios, los cuales se traducen en la pérdida de apetito total o parcial, o en algunos casos, causan un aumento incontrolado de la ingesta de alimentos, completamente atípicos.

6. Problemas de concentración:

Los niños al experimentar una depresión es posible que experimenten serias dificultades para concentrarse, resolver problemas cotidianos  o pensar con claridad, lo cual disminuirá su rendimiento escolar o académico.

Baja autoestima:

La depresión infantil traerá consigo sentimientos de poca valía y amor propio, un niño deprimido se sentirá solo y estará convencido de que por su misma culpa ninguna persona le quiere, que de hecho lo merece.

Pensamientos Suicidas:

Este es indudablemente uno de los aspectos más peligrosos de la depresión en la infancia, porque de manera recurrente el paciente experimentará deseos de morir y le asaltarán las fantasías de suicidarse.

Este dato, en Polonia, es contundente sobre la importancia que tiene darle un serio enfoque a la depresión infantil, con la finalidad de evitar desenlaces lamentables y evitables.

Las estadísticas policiales que comparte un encuesta en Polonia, son impactantes: El año pasado, 177 niños se suicidaron, uno de ellos tenía menos de 9 años, 15 eran niños de 10 a 14 años y 161, adolescentes de 15 a 19 años. Hace dos años, casi 600 niños y jóvenes intentaron suicidarse. Las peores estadísticas sobre los suicidios entre niños en la historia de la posguerra en Polonia llevan a tristes reflexiones. Muchas de estas víctimas sufrieron de depresión. Sin embargo, la ayuda no llegó a tiempo.

Cómo se trata la depresión en niños

Existen pocos ensayos clínicos sobre el tratamiento de la depresión en niños y adolescentes, razón por la cual los médicos hasta ahora han confiado en los resultados de la investigación en adultos.

Estos se refieren principalmente a la farmacoterapia. La efectividad de los antidepresivos en el caso de niños y adolescentes requiere un análisis más detallado. La farmacoterapia es muy necesaria en el tratamiento de la depresión profunda en condiciones hospitalarias. En el caso de depresión leve y moderada, los niños son referidos para terapia individual, grupal o familiar.

La terapia individual con pacientes pequeños es prácticamente imposible, por lo tanto, sus padres también participan en ella. Los padres aprenden cómo lidiar con un niño que sufre de depresión.

Los niños pequeños suelen utilizar la terapia de grupo, que puede ser atribuida a una reunión para la diversión. Los pequeños aprenden a interactuar con sus compañeros y a lidiar con las emociones.

La terapia de grupo también puede ser útil para adolescentes que tienen comportamientos rebeldes, que interfieren con las relaciones interpersonales. Además, la investigación científica confirma la efectividad del tratamiento de la depresión leve y moderada durante la terapia cognitiva-conductual e interpersonal, como en el caso de los adultos (Kennedy, Lam, Nutt, Thase, 2010).

La depresión es una enfermedad crónica y recurrente, por lo tanto, su tratamiento dura mucho tiempo y, luego de la aparición del primer episodio depresivo, existe un grave riesgo de un futuro episodio depresivo.

Bibliografía:
  1. Lima, N. N., do Nascimento, V. B., de Carvalho, S. M., de Abreu, L. C., Neto, M. L., Brasil, A. Q., … Reis, A. O. (2013). Childhood depression: a systematic review. Neuropsychiatric disease and treatment, 9, 1417–1425. doi:10.2147/NDT.S42402. [PubMed]

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