Usualmente, cuando hablamos de depresión, se hace referencia a un estado de tristeza, melancolía o derrumbamiento, que incluso en muchas situaciones de la vida, la podemos experimentar durante cortos periodos de tiempo, no consistiendo en algo que pueda ser de mayor preocupación.
En circunstancias avanzadas, la depresión alcanza un estado clínico que puede llegar a convertirse en un trastorno anímico en el cual los sentimientos de tristeza, pérdida, ira o frustración, por periodos de tiempo más largos, hasta evidenciar otros tantos síntomas.
¿Qué es la depresión atípica?
Los síntomas comunes que se presentan en la depresión atípica, son los siguientes: dificultades para conciliar el sueño, pérdida de peso por desgano al comer, falta de energía, dificultad para concentrarse, sentimientos de desesperanza y abandono, pérdida de placer en actividades que usualmente causarían felicidad e incluso pensamientos de muerte o suicidio.
La depresión, es un fenómeno psicológico complejo que llega a expresarse bajo consideraciones muy variadas de sus síntomas y por lo tanto es clasificada de diferentes maneras; entre ellas, la depresión atípica, la cual, a pesar de su nombre, no se trata de algo inusual, ya que es más común de lo que se puede imaginar, y muchas personas podemos haberla experimentado alguna vez en la vida.
La depresión atípica, es un trastorno depresivo que a pesar de mostrar muchos de los signos de una depresión mayor, también se manifiesta a través de otros síntomas atípicos y poco frecuentes en este tipo de alteración psicopatológica, por lo que puede llegar a ser diagnosticada de forma equivocada si no se tienen en cuenta sus síntomas en su dimensión más amplia.
Síntomas de la de depresión atípica
El paciente con depresión atípica pierde confianza en sí mismo, se siente más débil física y mentalmente, lo acompañan signos evidentes de ansiedad y la sensación de que algo malo sucederá.
Entre los síntomas de la depresión atípica es normal evidenciar que el individuo presente un estado de ánimo depresivo la mayor parte del día, disminución del interés o placer por las actividades que realiza, representando dificultades para realizar actividades cotidianas. No obstante, existen las siguientes señales sintomatológicas que pueden variar dependiendo del paciente:
- Hipersensibilidad, consistente en una sensibilidad muy marcada al sentir que cualquier indicio desemboca en una situación negativa, así como susceptibilidad al rechazo o a las críticas, hasta llegar a afectar relaciones interpersonales, la vida social o el ambiente laboral.
- Reactividad alterada o depresión surgida de forma temporal en respuesta a buenas noticias, eventos positivos, al recibir visitas significativas o cuando es elogiado.
- Hiperfagia o exagerado aumento de la sensación de apetito e ingesta descontrolada de alimentos, con el consecuente incremento de peso.
- Hipersomnia, caracterizada por presentar elevadas horas de sueño en el día, derivando regularmente en un cansancio extremo y dificultades para conciliar el sueño nocturno, lo cual produce una ansiedad, acentuando la sintomatología depresiva durante la noche.
- Parálisis pesada o abatimiento, considerada como una sensación de pesadez en brazos o piernas con regular duración de una hora o más al día y llegando incluso a sentir dolor.
- Cansancio extremo, siendo frecuente una sensación de cansancio convirtiéndose en una situación que altera significativamente las relaciones sociales y laborales, reforzando la enfermedad con el aislamiento y descuidando incluso las necesidades básicas como la higiene, el cuidado del hogar o la alimentación.
Causas de la depresión atípica
Como en la mayoría de trastornos mentales, las causas de la depresión atípica procede de fenómenos multicausales, tanto biológicos, genéticos, culturales y en asocio con lo aprendido en interacción con el entorno.
Se estima que es posible que intervengan combinaciones de factores referentes a anormalidades de sustancias químicas en el cerebro que alteran la función de receptores nerviosos, generando la depresión; también atributos hereditarios, habiendo más presencia en pacientes con parientes consanguíneos que la padecen.
¿Cómo tratar la depresión atípica?
Lo más recomendado para enfrentar la depresión atípica, consiste en hacer énfasis en la prevención a través de medidas para controlar el estrés, que permitan aumentar la resiliencia y mejorar la autoestima.
Conservar una red de apoyo con familiares y amigos a con los que se puede contar especialmente en momentos de crisis; buscar atención psicológica ante los primeros signos de alerta para evitar empeoramiento de los síntomas depresivos, y considerar recibir un tratamiento de larga duración para evitar la reaparición de dichos síntomas, permitiendo a la persona, la oportunidad de tener mayor control sobre su realidad.
Propiamente la intervención psicoterapéutica, busca tratar la depresión atípica, a través del entrenamiento de los pacientes hacia la adopción de hábitos de competencias sociales, enfoques mentales que permitan la adopción de ideas, creencias y estilos de pensamiento en la interacción con el entorno y en el modo de percibir e interpretar lo que ocurre cotidianamente.
Usualmente este tratamiento se acompaña de psicofármacos, siendo más comunes los antidepresivos inhibidores bajo prescripción y monitoreo psiquiátrico, los cuales producen mejoras notables, ayudando a retomar las actividades de la vida con total normalidad y ofreciendo una mejor calidad de vida.
[mks_toggle title=»Bibliografía:» state=»close «]
- Torres A. S.F. Depresión atípica: síntomas, causas y tratamientos. Recuperado de: [Link]
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