Crisis existencial: definición, síntomas y causas

Persona contemplando sus propios pensamientos

Se podría definir la crisis existencial como el período en la vida de un ser humano en el cual se plantean serios cuestionamientos; referentes a las razones por las cuales vale la pena vivir, qué motivaciones conducen sus actos y cuáles son las bases en que se fomenta la propia existencia.

Esta definición se deriva del existencialismo, controversial línea de pensamiento filosófico, en la que se manifestaba que el conocimiento de la realidad estaba fundamentado en las vivencias propias del individuo, y su realidad actual, proponiéndose indagar sobre el real significado de la vida.

¿Cuáles son los síntomas que identifican una crisis existencial?

Las crisis existenciales provocan en las personas que la padecen, cierta sintomatología que es importante aprender a reconocer; para tomar las acciones correctivas y lidiar de una manera asertiva con la situación.

Entre estos, tenemos los siguientes:

  • Sensación permanente de aburrimiento.
  • Falta de motivación para realizar las actividades del día a día.
  • Sentimiento de insatisfacción generalizada, aunque existan logros meritorios.
  • Anhelo de efectuar cambios en la vida, que originen acontecimientos distintos y agradables.
  • Sensación de desconocimiento consigo mismo.
  • Pretensión de propiciar alteraciones a los hábitos adquiridos, en búsqueda de nuevas sensaciones.
  • Pensamientos que cuestionan una o algunas de las vivencias ya pasadas.
  • Sensación de que aún faltan muchas cosas por hacer, pero que no se pueden identificar.
  • Agotamiento emocional y espiritual extremo, que ocasionan desgano y apatía.
  • Dudas sobre la idoneidad de las decisiones que se han tomado, hasta el momento de la presentación de la crisis existencial.
  • Cuestionamiento referente a la profesión que se ejerce, la relación actual de pareja y en fin; de todo lo que le rodea o que ha decidido tener.
  • Temor al futuro.

¿Cuáles son las causas que originan una crisis existencial?

Teniendo lo anteriormente señalado como base, se podría entonces inferir que la crisis existencial es una consecuencia directa de la duda existencial; en la que llegan a plantearse preguntas del tipo:

  • ¿Tiene sentido la vida?
  • ¿Hay una razón para estar en el mundo?
  • ¿Qué puedo hacer con mi vida?
  • ¿Vale la pena vivir si igualmente moriremos?
  • ¿Soy realmente feliz?

Este tipo de interrogantes, llevan a la persona a sumergirse en un estado de profunda ansiedad,  angustia y tristeza; al no poder darles unas respuestas satisfactorias que le den sentido a su existencia y lo motiven a vivir.

En la mayoría de las ocasiones, las crisis existenciales se derivan de la imposibilidad de lograr respuestas asertivas; referentes a la duda existencial o de comprender que las posibles respuestas que se tenían, ya han perdido su vigencia o se han ido desvaneciendo con el transcurrir del tiempo.

Es por esta razón que las personas que están viviendo una crisis existencial, experimentan en su interior una desoladora sensación de sentirse absolutamente vacías, sin ánimos de hacer nada y totalmente desmotivadas; a la par de sentir también una intensa tristeza o desasosiego y se les presentan ideas asociadas con la muerte.

¿Cómo afectan las crisis existenciales a las personas?

Las crisis existenciales tienen un profundo impacto emocional en  la vida de una persona, afectándola en todos los niveles.

Conceptos elementales como: los valores, los objetivos propuestos, las motivaciones vivenciales, las virtudes, creencias e ideas preconcebidas; entran en conflicto.

Todos los conceptos anteriormente señalados, quedan sometidos a un proceso de reevaluación en el cual la persona, comienza a valorarlos desde un punto de vista más profundo; para renovarlos y asignarles el alcance con que ella se sienta satisfecha y a gusto.

Es importante señalar que no todas las personas que atraviesan una crisis existencial, la experimentan del mismo modo.

Hay, por ejemplo, quienes la viven durante períodos muy cortos de tiempo; enfocándose en etapas específicas de sus vivencias.

Del mismo modo, hay personas que se les va la vida cavilando al respecto; sin poder darle aparentemente una solución o desenlace a la problemática interna que agobia su existencia de forma directa.

En cuanto a la edad, tampoco existe un patrón definido que indique la propensión a padecer de una crisis existencial. Esta puede experimentarse entre los 20 y los 60, sin que esto sea condicionante.

En realidad, la crisis existencial obedece más a momentos de toma de decisiones, conflictos personales y otras situaciones por el estilo.