¿Cómo enseñar a los niños a enfrentarse a las burlas?

Cómo enfrentar las burlas en la infancia

La crueldad infantil es un fenómeno muy común en nuestras sociedades, donde se pone de manifiesto ciertas carencias afectivas o disfunciones familiares; que se reflejan en este tipo de actitud en algunos niños.

La incapacidad en estos pequeños de sentir empatía por sus semejantes, les impide colocarse en el lugar de los otros; por lo que optan por hacerlos blancos de sus burlas y, en ocasiones, hasta de agresiones tanto físicas como verbales.

¿Cuáles son las consecuencias de las humillaciones?

Lo preocupante de esta problemática son las secuelas a que esto conlleva:

Recientemente, un estudio llevado a cabo por un grupo de investigadores pertenecientes a la Universidad de Ámsterdam, dejaron en evidencia que las heridas emocionales que causa la humillación en un niño; son mucho más peligrosas de lo que se creía.

El estudio estableció que en las personas víctimas de humillaciones, se produce la activación de ciertas áreas cerebrales que están asociadas a las sensaciones de dolor.

Esto trae como consecuencia, que el efecto negativo que causan las humillaciones en los niños se traslade a la edad adulta.

Con el transcurrir del tiempo, el niño se irá convirtiendo en una persona con muy baja autoestima y con problemas de inseguridad o, por el contrario, alguien que se torne muy agresivo ante cualquier eventualidad.

De allí lo importante de destacar lo nocivo que resulta este tipo de conducta.

¿Cuáles son las estrategias adecuadas para no ser una víctima?

La mejor manera de evitar que nuestro hijo sea el blanco de agresiones o que en alguna ocasión pueda llegar a sufrirlas, es respetarlo y demostrarle desde muy temprana edad su valor como persona y fomentar en él su autoestima.

Solamente valorando sus capacidades lograrás que se vaya convirtiendo en una persona independiente, y se vea libre de influencias potencialmente negativas.

Una estrategia recurrente para enfrentarse con éxito a las burlas, es mantener una buena actitud haciendo caso omiso a las provocaciones, o respondiéndolas con asertividad y con palabras inteligentes; si es que acaso el niño tiene esta habilidad.

Sin embargo, la seguridad que pueda tener en sí mismo será un factor determinante para evadir las ironías de los agresores.

Por tal razón, es incluso preferible ignorar las burlas para que éstas pierdan su efectividad; al no lograr que el niño se enganche a ellas.

Recomendaciones adicionales si persisten las burlas:

Puede presentarse el caso en el que aun llevando a cabo estas estrategias, el niño no pueda desembarazarse de los agresores; ya sea en la escuela o por causa de sus hermanos.

Aun así,  puedes ayudarlo a confrontar sin violencia esta situación y tener la plena seguridad de que llegará a superarla; atendiendo a las siguientes recomendaciones:

  1. Evalúa con él las posibles razones por las que está siendo víctima de burlas. Pueda que exista algún aspecto que le puedas ayudar a mejorar, ya sea a nivel conductual, en su apariencia o en las costumbres que sean susceptibles a cambios.
  2. Analiza que no sea su actitud la causa de las burlas, al ser quizás fanfarrón con sus compañeros o estar un poco alejado del sentido de la realidad.
  3. Fomenta en él su valoración positiva, para que se vea libre de inseguridades y de los principales problemas que genera una baja autoestima.
  4. Hazle sentir que lo amas y que siempre lo apoyarás por encima de lo que pase, para que entienda que no está solo.
  5. Incúlcale que existen cosas más significativas en la escuela, que la absurda conducta de unos cuantos y además; hay otros niños con quienes compenetrarse y compartir.
  6. Motívalo a entablar amistades que tengan una influencia positiva en él y que puedan eventualmente brindarle algún tipo de protección ante los ataques.
  7. Es importante hablar mucho con él, para generarle confianza y que te mantenga al tanto de cómo van las cosas en el colegio y cuáles son sus amistades.
  8.  Aliéntalo a solicitar ayuda si llega a necesitarla, acudiendo a sus maestros u otras autoridades.
  9. Entrevístate con los representantes de los niños agresores  y hazles partícipes de la situación.

Este es un problema de todos, inclusive, de las mismas autoridades escolares; quienes tienen que buscar la manera de darle un freno a la situación.